El Consejo de Seguridad de la ONU constata en el Pacífico colombiano las heridas de la guerra
Buenaventura (Colombia), 10 feb (EFE).- Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se desplazaron este sábado al corazón del Pacífico colombiano para recibir testimonios sobre los avances y las múltiples necesidades que hay en esa región, mayoritariamente afrocolombiana e indígena, y donde aún se siente el azote del conflicto armado.
En Buenaventura, el principal puerto colombiano en el Pacífico, los quince representantes del Consejo de Seguridad se reunieron con la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, y con otros miembros del Gobierno nacional y de locales, así como con organizaciones afrocolombianas e indígenas.
"Que ustedes estén aquí es una gran oportunidad para que puedan escuchar las voces de quienes han enfrentado y siguen enfrentando y resistiendo las distintas violencias que por décadas han padecido fruto de la política de violencia y saqueo que ha azotado nuestro país", explicó Márquez en un acto en un hotel del centro de la ciudad frente al mar.
Márquez, afrocolombiana y procedente de un pueblo del Pacífico azotado por la violencia, fue la encargada de hacerles ver a los miembros del Consejo de Seguridad -que llevan dos días repitiendo que Colombia es un ejemplo de éxito y una esperanza en el contexto de paz mundial- que en el país, y sobre todo en esta zona, el conflicto aún se siente.
Ahí, "violencia, racismo estructural y despojo se ensañan de manera despiadada contra la población y la naturaleza", por lo que "la población que vive en este territorio padece violencias estructurales y sigue viviendo en condiciones de violencia y sin garantía de sus derechos", aseveró la vicepresidenta.
La deuda étnica
El propósito de la visita desde Nueva York hasta este puerto del Pacífico era conocer de primera mano los avances y retos de implementación del capítulo étnico del acuerdo de paz de 2016 con la extinta guerrilla de las FARC, que es donde más retrasos ha habido.
"El capítulo étnico ha avanzado en un 43 %, una cifra importante pero que es insuficiente al 77 % de lo esperado en esta fecha. Esto nos pone en el desafío de avanzar rápidamente en la implementación de una estrategia que garantice el derecho integral de los pueblos étnicos a vivir en paz", aseguró la vicepresidenta.
Buenaventura, que llegó a ser una de las ciudades con más homicidios del país por la disputa de las dos bandas criminales -que se dedican al contrabando, narcotráfico y las extorsiones- que controlan la ciudad, es ejemplo de esa falta de inversión estatal y de la llegada de proyectos que se prometieron en el acuerdo de paz para las zonas más afectadas por el conflicto con las FARC.
"Sabemos las intenciones que tuvo el expresidente Juan Manuel Santos al firmar la paz, los territorios sintieron una temporal calma, pero se requiere continuar con los compromisos dentro de la implementación", explicó a EFE el consejero de juventudes de Buenaventura, Ronald Caicedo.
Esos incumplimientos forzaron la creación de disidencias y también la falta de oportunidades hace que aún decenas de jóvenes acaben en las filas de los grupos armados. Por eso, la implementación de la paz pasa por llevar a cabo los proyectos de infraestructura, sanidad o educación que se prometieron con el acuerdo y que las propias comunidades deben trazar.
Frutos visibles
A pesar de todo, el Consejo de Seguridad rescata el ejemplo colombiano y el espíritu persistente de Colombia por la paz, que está volviendo a encarnar con las negociaciones ya instaladas con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN); el Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las FARC, y también las intenciones de sentarse con el otro gran grupo de disidencias, la Segunda Marquetalia.
Y ese espíritu, la mejoría que ha habido en Colombia, tiene frutos concretos. En la última visita del Consejo de Seguridad, en 2019, los miembros visitaron el Cauca, también en el Pacífico, para reunirse con líderes indígenas y afros.
A esa reunión, contó el representante del secretario general de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, estaba invitada una líder afro que nunca pudo llegar por las amenazas que tenía en su contra.
Cinco años después, durante esta tercera visita del Consejo de Seguridad, esa líder afro, Francia Márquez, estaba encabezando la reunión de alto nivel que ha tenido lugar en Buenaventura.
"Y ese es uno de los elementos importantes de las transformaciones que ha experimentado Colombia, gracias en buena medida a los acuerdos de paz", destacó Ruiz Massieu.
Los miembros del Consejo también se reunieron con jóvenes de la ciudad antes de desplazarse a Cartagena de Indias donde acabará su tercera visita al país, al que de forma unánime ha apoyado en su búsqueda por la paz.
Irene Escudero
(c) Agencia EFE