Conozca Mid-Valley: La lucha silenciosa de Francisca Aparicio por trabajadoras agrícolas

Francisca Aparicio, organizadora comunitaria de Alianza Mujer de Campesinas, posa para un retrato el miércoles 1 de marzo de 2023 en Salem, Oregon.
Francisca Aparicio, organizadora comunitaria de Alianza Mujer de Campesinas, posa para un retrato el miércoles 1 de marzo de 2023 en Salem, Oregon.

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A Francisca Aparicio le gusta ayudar a la gente. Ella no conoce otra manera. Ayudar a las personas es su pasión, su trabajo y su propósito de vida.

“Mi pasión es el voluntariado”, aseguró Aparicio con una sonrisa cuando se le preguntó si tenía alguna pasión fuera del trabajo. “Para ayudar a la comunidad”.

El voluntariado es cómo Aparicio comenzó como defensora y organizadora de las trabajadoras agrícolas en Oregon. Ella es la única representante del estado para la Alianza Nacional de Campesinas (National Alliance of Farmworker Women), una organización que aboga específicamente por las mujeres en el trabajo agrícola. Alianza brinda recursos a mujeres trabajadoras agrícolas en 15 estados y hace campañas para el cambio de políticas a nivel federal.

El rol de Aparicio dentro de la organización se ve diferente cada día. Algunos días, ella está en los campos brindando recursos a las mujeres trabajadoras agrícolas. Otros días, organiza reuniones y sesiones informativas, junto con la red de organizaciones asociadas con las que trabaja en Oregon, incluidas PCUN y Mujeres Luchadoras Progresistas.

Pero la voluntaria de voz suave resume su papel de manera más concisa:

“Mi trabajo es escuchar”, señaló.

Luchando por trabajadores agrícolas y por ella misma

Alianza Nacional de Campesinas es una organización “de campesinos, para campesinos”. Aparicio, sin embargo, no lo es, ni lo ha sido nunca. Aun así, dijo, este trabajo es su vocación.

Aparico nació en Michoacán, México, y pasó allí los primeros 13 o 14 años de su vida. Hija de padres indígenas, emigró a Oregon cuando era adolescente.

Ella no sabía en ese momento por qué sus padres desarraigaron su vida, la sacaron de su grupo de amigos y estudios, para traerla aquí. Como mujer de 47 años y madre, ahora tiene la sabiduría de la retrospectiva. Probablemente fue para darle una vida mejor, piensa.

Cuando entendió que su propósito era ayudar a las personas, Aparicio también comprendió las barreras que se le interponían en el camino. Emigró sin papeles, dijo, y muchas de las organizaciones para las que quería trabajar los requerían.

Así que Aparicio trabajó en una fábrica hasta que pudo convertirse en residente legal permanente de los Estados Unidos. En el camino, encontró Causa, el grupo de derechos de los inmigrantes ahora disuelto de Oregon. Empezó como voluntaria. Se unió a Causa en su lucha para aprobar un proyecto de ley que permita a las personas obtener licencias de conducir sin tener que probar la residencia legal.

Y a medida que aprendió a luchar por otras personas, también aprendió a luchar por sí misma, dijo.

Conoció a otras mujeres que abogan por la justicia para inmigrantes y trabajadores agrícolas, incluida Rebeca Velásquez en Mujeres Luchadoras Progresistas (MLP). Aparicio se ofreció como voluntaria con PCUN y MLP y eventualmente con Alianza Nacional de Campesinas.

“Y aquí estoy”, apuntó, sonriendo ante la idea de un empleo de tiempo completo. “Me gusta este trabajo más que nada.”

Puede que no sea una trabajadora agrícola, dijo, pero se ve a sí misma en las mujeres trabajadoras agrícolas con las que trabaja. Sus problemas son sus problemas.

Problemas nacionales, prioridades nacionales

La misión de Alianza es doble, detalló Aparicio: es, en parte, dar recursos a las trabajadoras agrícolas.

El COVID-19 hizo que la mitad de la misión de la organización fuera más importante. La pandemia tuvo un impacto enorme en los inmigrantes y las personas de color. Aparicio dijo que escuchó, una y otra vez, que la mayoría de las clínicas de vacunas no funcionaban con los horarios de los trabajadores agrícolas. Algunos dejaban el trabajo para vacunarse, pero perdían el salario. Otros no estaban recibiendo la vacuna pero la querían.

Alianza obtuvo una subvención de 8.1 millones de dólares de la Administración de Servicios y Recursos de Salud (HRSA por sus siglas en inglés) en junio del 2021 para llegar a los trabajadores agrícolas en comunidades rurales con clínicas de vacunas y alcance directo. En Oregon, Aparicio se asoció con Velásquez en Mujeres Luchadoras Progresistas para ayudar a los trabajadores agrícolas a acceder a las vacunas.

"Cientos de personas fueron vacunadas gracias a Francisca", destacó Marlene Rojas, coordinadora nacional del programa de Alianza.

Alianza pudo asegurar esa subvención, gracias, en parte, al testimonio que recopiló Aparicio. Esa es la otra mitad de la misión de Alianza y el trabajo de Aparicio: dar a los trabajadores agrícolas locales una plataforma federal.

Alianza prioriza cuatro temas: violencia contra la mujer, exposición a pesticidas, derechos laborales y reforma migratoria. Para cada tema, y otros que surjan, Aparicio recopila testimonios y distribuye recursos.

Coleccionar con una mano, dar con la otra.

"'A nivel nacional, somos una alianza fuerte con una voz fuerte", dijo. “Tenemos fuerza porque tenemos el testimonio de la comunidad. No es para nosotros. No es para la organización. Es para ellos”.

De mujeres, para mujeres

Alianza es la primera organización nacional dirigida por mujeres trabajadoras agrícolas y que se enfoca en las mujeres trabajadoras agrícolas.

Eso es importante, dijo Aparicio, porque las trabajadoras agrícolas enfrentan desafíos únicos. Y Aparicio descubrió que es menos probable que hablen sobre ellas.

"Se quedan en silencio", lamentó.

Aparicio recordó haber conocido a una mujer de unos 60 años que trabajaba en el campo. La mujer le contó a Aparicio que, como era mayor, pensaba que sus supervisores le estaban dando más trabajo.

“Eso es parte del abuso”, dijo Aparicio. "No la tocaron, pero le dieron el trabajo más pesado sabiendo su edad, sabiendo que no podía hacer el 100 por ciento del trabajo".

Algunas mujeres que Francisca conoce son trabajadoras agrícolas porque no ven otra opción de trabajo. Se sienten limitadas por el estado de la documentación, las barreras del idioma o el acceso a la educación.

Pero otras lo hacen porque les gusta, señaló Aparicio. Quieren seguir haciéndolo.

"¿Cómo las apoyas? Les das lo que necesitan", dijo Aparicio.

Lo importante de apoyar a las mujeres, agregó, es que, en última instancia, no solo las mujeres se benefician.

“Son todos los que trabajan en el campo”, afirmó. Todos los barcos suben con la marea.

Espacio para crecer

En una habitación iluminada por el sol y que una vez perteneció a su hijo ahora adulto, Aparicio ha instalado una oficina en casa. El arte de su hijo todavía cuelga de una pared, una pintura estilo graffiti de Los Ángeles en neón y negro.

Pero alrededor de su escritorio, notas adhesivas, libros y calendarios de pizarra le recuerdan a Aparicio lo que está haciendo y por qué. Entre dos caritas sonrientes en su pizarra, "abeja feliz" está escrito con marcador. Hay un cartel de una mujer sosteniendo a un niño que dice, en mayúsculas, "YA BASTA".

Aparicio no necesita estos recordatorios para mantenerse motivada, dijo. El trabajo es lo suficientemente motivador.

Pero es constante. Aparicio dirá modestamente que trabaja en un horario de oficina normal, de 9 a 5. Rojas no está de acuerdo.

“Estamos al servicio de la comunidad”, aseguró Rojas. "No es un horario de oficina. No trabajamos de esa manera".

Aparicio menciona que espera algún día liderar un equipo de Oregon de organizadores de Alianza para ayudar a recopilar testimonios y distribuir recursos a más trabajadores agrícolas en todo el estado.

"Ese es mi sueño", dijo.

Mientras tanto, asegura que seguirá ayudando a la organización a crecer. Dará su tiempo libre a su familia y a las muchas organizaciones en las que todavía trabaja como voluntaria.

Shannon Sollitt cubre a trabajadores agrícolas a través de Report for America, un programa que tiene como objetivo apoyar el periodismo local y la democracia informando sobre temas y comunidades no cubiertas. Comuníquese con ella por correo electrónico ssollitt@statesmanjournal.com.

Traducción Alfredo García

This article originally appeared on Salem Statesman Journal: La lucha silenciosa de Francisca Aparicio por trabajadoras agrícolas