Conforme Rusia gana confianza, una nueva urgencia se apodera de Ucrania

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el presidente Joe Biden llegan a una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca en Washington, el martes 12 de diciembre de 2023. (Doug Mills/The New York Times)
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el presidente Joe Biden llegan a una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca en Washington, el martes 12 de diciembre de 2023. (Doug Mills/The New York Times)

Ucrania se enfrenta a una reducción en sus reservas de municiones, personal y apoyo de Occidente. La contraofensiva que lanzó hace seis meses fracasó. Rusia, la cual antes estaba inundada de recriminaciones por una invasión desastrosa, celebra su capacidad para mantener una guerra interminable.

La guerra en Ucrania llegó a un momento crítico, pues meses de combates brutales le han dado mayor confianza a Moscú y han vuelto más insegura a Kiev en torno a sus posibilidades.

La dinámica fue palpable la semana pasada, cuando Vladimir Putin anunció con indiferencia sus planes para postularse como presidente de Rusia por seis años más, mientras bebía champaña y presumía sobre la creciente competencia del Ejército ruso. Declaró que Ucrania no tenía futuro, debido a su dependencia de la ayuda exterior.

Ese aire de confianza en sí mismo contrasta con el sentido de urgencia presente en el viaje que hizo esta semana a Washington el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien presionó al Congreso para que aprobara un proyecto de ley de gastos paralizado que incluye 50.000 millones de dólares más en ayuda de seguridad para Ucrania.

En una conferencia de prensa conjunta con Zelenski celebrada en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden señaló que, si los legisladores no aprobaban el paquete, le iban a “dar a Putin el mejor regalo de Navidad posible”.

Sin embargo, las súplicas de Zelenski fracasaron, al menos por ahora, entre los republicanos del Congreso, quienes insisten en que la ayuda adicional a Ucrania tan solo puede llegar junto con restricciones de la migración en la frontera sur de Estados Unidos. Después de reunirse con Zelenski, Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, declaró que su escepticismo no había cambiado.

Soldados ucranianos de la Cuadragésima Cuarta Brigada con un obús autopropulsado cerca de Borova y Svatove, en la región ucraniana de Járkov, el 6 de diciembre de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)
Soldados ucranianos de la Cuadragésima Cuarta Brigada con un obús autopropulsado cerca de Borova y Svatove, en la región ucraniana de Járkov, el 6 de diciembre de 2023. (David Guttenfelder/The New York Times)

Los mensajes desde Moscú y Washington ilustran la creciente presión sobre Ucrania ahora que está cambiando a una postura defensiva y se prepara para un duro invierno de ataques rusos y escasez de energía. Kiev está luchando por mantener el apoyo de su principal financiador, Estados Unidos, una nación a la que ahora le preocupa otra guerra, en la Franja de Gaza, así como la campaña presidencial de 2024.

Sobre las posibilidades de Kiev se cierne el posible regreso a la presidencia del expresidente Donald Trump en 2025, un viejo detractor de Ucrania y alabador de Putin que fue llevado a juicio político en 2019 por retener ayuda militar y presionar a Zelenski para que investigara a Biden y otros demócratas.

Casi 22 meses después del inicio de la guerra, en general, las encuestas han revelado una disminución del apoyo estadounidense para seguir financiando a Ucrania, en especial entre los republicanos. Según una encuesta reciente del Centro de Investigación Pew, poco menos de la mitad de los estadounidenses cree que Estados Unidos le está brindando la cantidad adecuada de ayuda a Ucrania o que debería proporcionar más.

Johnson mencionó que el dinero para Ucrania requería una mayor supervisión del gasto y “un cambio transformador” en la seguridad de la frontera de Estados Unidos con México. “Hasta ahora, no hemos conseguido ni lo uno ni lo otro”, comentó.

No obstante, la Casa Blanca todavía tiene tiempo de llegar a un acuerdo que incluya la seguridad fronteriza y Zelenski afirmó que seguía optimista sobre el apoyo bipartidista a Ucrania, ante lo cual agregó: “Es muy importante que a finales de este año podamos enviar una señal muy fuerte de nuestra unidad al agresor”.

Una ruptura en el financiamiento estadounidense podría darle la razón a Putin en su antigua convicción de que puede agotar la determinación occidental en la política y los conflictos mundiales. Aunque su gobierno fracasó en la invasión de Ucrania en febrero de 2022, Rusia se ha reagrupado, en parte porque Putin estaba dispuesto a aceptar una cantidad enorme de bajas.

“Poco después de que la ofensiva inicial no produjo los resultados que Rusia esperaba, Putin se preparó para una guerra larga y estimó que Rusia, a final de cuentas, tendría la mayor resistencia, y el mayor poder de permanencia, en esta lucha”, opinó Hanna Notte, experta en política exterior y de seguridad de Rusia del Centro James Martin de Estudios sobre la No Proliferación.

Rusia se ha adaptado, aumentando su producción nacional de municiones y armamento e importando material crítico de Irán y Corea del Norte, todo esto con el objetivo de mantener una guerra larga, mencionó Notte.

Ucrania, un país que depende de Occidente para su armamento y financiamiento, enfrenta presiones a corto plazo que Rusia no tiene. Los aliados de Kiev no tienen las municiones ni el equipo necesarios para armar otra contraofensiva, lo cual vuelve improbable una nueva gran campaña durante la mayor parte de 2024, según analistas y antiguos funcionarios estadounidenses.

Estados Unidos es por mucho el principal patrocinador de Ucrania, y representa la mitad del armamento donado y una cuarta parte de la ayuda exterior. La lucha en el Congreso, empantanada en una disputa partidista sobre la seguridad fronteriza, ha inquietado a muchos ucranianos.

“En la actualidad, los ucranianos están empezando a sospechar que Estados Unidos quiere obligarnos a deponer las armas y llegar a una tregua vergonzosa”, señaló en una entrevista Yuriy Makarov, comentarista político de Ukrainsky Tyzhden, una revista ucraniana. “Da la impresión de que no se tiene en cuenta que los ucranianos casi destruyeron el Ejército profesional de Rusia, el cual hasta hace poco era el principal enemigo de Estados Unidos”.

Los combates favorecen que Rusia goce de un mayor acceso a las municiones de artillería. A inicios de este año, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, estimó que Ucrania disparaba entre 4000 y 7000 proyectiles de artillería al día, mientras que Rusia disparaba 20.000.

Estados Unidos ha suministrado más de dos millones de proyectiles de artillería de 155 milímetros y ha negociado entregas de otras naciones. Sin embargo, las reservas de los ejércitos occidentales, los cuales no habían anticipado librar una gran guerra de artillería, están disminuyendo.

Ucrania también necesita las municiones para la defensa antiaérea, a fin de que las descargas rusas de drones explosivos, así como los misiles balísticos y de crucero no atraviesen el manto de defensa antiaérea que cubre la capital y la infraestructura principal.

Ucrania también enfrenta problemas a causa del desgaste de su personal.

Kiev no anuncia objetivos de movilización ni bajas, pero un excomandante de batallón, Yevhen Dykyi, ha calculado que Ucrania necesitará alistar 20.000 soldados al mes hasta el año que viene para mantener su Ejército, tanto para remplazar a los muertos y heridos como para permitir las rotaciones.

“Por desgracia, debido a todos los trucos y tecnologías militares, algunas cosas tan solo pueden compensarse con puros números”.

c.2023 The New York Times Company