La buena condición física se relaciona con una mejor salud mental en los jóvenes

En un estudio, la mejora del rendimiento en actividades como carreras de 800 metros, flexiones de brazos y saltos de longitud se relacionó con un menor riesgo de padecer trastornos mentales. (Michelle Gustafson/The New York Times)
En un estudio, la mejora del rendimiento en actividades como carreras de 800 metros, flexiones de brazos y saltos de longitud se relacionó con un menor riesgo de padecer trastornos mentales. (Michelle Gustafson/The New York Times)

La presencia de una buena condición física entre los niños y adolescentes puede protegerlos contra el desarrollo de síntomas depresivos, ansiedad y trastorno por déficit de atención con hiperactividad, según un estudio publicado el lunes en JAMA Pediatrics.

El estudio también halló que un mejor rendimiento en las actividades cardiovasculares, la fuerza y la resistencia muscular se asociaban a una mayor protección contra estos trastornos mentales. Los investigadores consideraron que esta relación era “dosis-dependiente”, lo que sugiere que un niño o adolescente que esté más en forma puede tener menos probabilidades de sufrir un trastorno mental.

Estos hallazgos se producen en medio de un aumento de los diagnósticos de salud mental entre niños y adolescentes, tanto en Estados Unidos como en el extranjero, lo que ha impulsado iniciativas para comprender y frenar el problema.

El estudio

El nuevo estudio, realizado por investigadores de Taiwán, comparó la información de dos grandes conjuntos de datos: las Pruebas Nacionales de Aptitud Física de los Estudiantes de Taiwán, que miden el rendimiento físico de los estudiantes en las escuelas, y las Bases de Datos Nacionales de Investigación sobre Seguros, que registran las reclamaciones médicas, los diagnósticos, las recetas y otra información médica. Los investigadores no tuvieron acceso a los nombres de los estudiantes, pero pudieron utilizar los datos anónimos para comparar los resultados de aptitud física y salud mental de los estudiantes.

El riesgo de padecer trastornos mentales se ponderó en función de tres parámetros de la condición física: la aptitud cardiovascular, medida por el tiempo del estudiante en una carrera de 800 metros; la resistencia muscular, indicada por el número de abdominales realizados; y la potencia muscular, medida por el salto de longitud en parada.

La mejora del rendimiento en cada actividad se relacionó con un menor riesgo de trastornos mentales. Por ejemplo, una disminución de 30 segundos en el tiempo de 800 metros se asoció, en las chicas, con un menor riesgo de ansiedad, depresión y trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH. En los chicos, se asoció con una menor ansiedad y riesgo de padecer este trastorno.

Un aumento de cinco abdominales por minuto se asoció con una menor ansiedad y riesgo de padecer el trastorno en los niños, y con un menor riesgo de depresión y ansiedad en las niñas.

“Estos resultados sugieren el potencial de la buena condición cardiorrespiratoria y muscular como factores protectores para mitigar la aparición de trastornos mentales entre niños y adolescentes”, escribieron los investigadores en el artículo de la revista.

Añadieron que ya se suponía que la salud física y mental estaban relacionadas, pero que las investigaciones anteriores se habían basado en gran medida en cuestionarios y autoinformes, mientras que el nuevo estudio se basó en evaluaciones independientes y criterios objetivos.

La visión de conjunto

El director general de Sanidad de Estados Unidos, Vivek Murthy, ha calificado la salud mental de “la crisis de salud pública más importante de nuestro tiempo”, y ha hecho de la salud mental de los adolescentes un elemento central de su misión. En 2021, Murthy emitió una rara advertencia pública sobre el tema. Las estadísticas de entonces revelaban tendencias alarmantes: de 2001 a 2019, la tasa de suicidios entre los estadounidenses de 10 a 19 años aumentó un 40 por ciento y las visitas a urgencias relacionadas con autolesiones aumentaron un 88 por ciento.

Algunos responsables políticos e investigadores han culpado del fuerte aumento al uso intensivo de las redes sociales, pero la investigación ha sido limitada y los hallazgos a veces contradictorios. Otros expertos teorizan que el uso intensivo de las pantallas ha afectado la salud mental de los adolescentes al desplazar el sueño, el ejercicio y la actividad presenciales, todos ellos considerados vitales para un desarrollo saludable. El nuevo estudio parece respaldar el vínculo entre la buena condición física y la salud mental.

“El hallazgo subraya la necesidad de seguir investigando sobre programas específicos de ejercicio físico”, concluyeron sus autores. Tales programas, añadieron, “tienen un potencial significativo como intervenciones preventivas primarias contra los trastornos mentales en niños y adolescentes”.

c.2024 The New York Times Company