Condenan a 30 años prisión domiciliaria por tortura a excomisario de dictadura paraguaya

Asunción, 20 feb (EFE).- Un tribunal de Paraguay condenó este martes a 30 años de pena privativa de libertad, la máxima establecida por la legislación actual, al excomisario Eusebio Torres (88 años), acusado de tortura durante la prolongada dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989).

En una audiencia pública celebrada en presencia de los denunciantes y otras víctimas del régimen militar, el tribunal de sentencia conformado por los jueces Juan Francisco Ortiz, Manuel Aguirre y Rossana Maldonado declaró la "no prescripción del hecho punible", en alusión a la denuncia presentada en 2011 por Carlos Ernesto Casco, Luis Alberto Casco y Teresa Aguilera de Casco (fallecida hace dos años) sobre hechos ocurridos en 1976.

Al dar lectura a la sentencia, Ortiz indicó que el tribunal decidió imponer la "pena privativa de libertad máxima de 30 años" a Torres, lo que fue recibido entre gritos y aplausos de júbilo por los asistentes.

El excomisario siguió la audiencia por vía telemática.

Ortiz, quien presidió el tribunal de sentencia, aclaró que debido a la edad y la condición de salud del acusado cumplirá arresto domiciliario, del cual podrá salir en casos de que sufra algún problema médico o requiera de atención.

Entre otros, el magistrado argumentó que se logró probar en juicio la participación de Torres "en el hecho punible de tortura", a quien además calificó como responsable "penal y civilmente" de los hechos objeto de la causa.

La sentencia consideró "típica, antijurídica, reprochable y punible" la conducta del expolicía, quien era llamado 'Tejuruguái' (látigo de cuero trenzado en la lengua guaraní), en alusión a uno de los instrumentos usados para infringir castigos durante los interrogatorios a los detenidos en el Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional, escenario de torturas durante la dictadura.

La condena superó los 15 años solicitados por la fiscal de la unidad especializada de hechos punibles contra los derechos humanos, Sonia Sanguinés, ya que, según Ortiz, el Tribunal puede "aplicar la pena que considera justa, sea mayor o menor a la pretendida por el Ministerio Público".

Celebración entre las víctimas

La lectura de la sentencia fue celebrada, entre abrazos y expresiones de júbilo, por los asistentes a los gritos de "Dictadura nunca más" y "Tortura nunca más".

"Esta es una sentencia ejemplificadora, es un sentencia histórica", declaró a EFE la fiscal Sanguinés, quien se dijo "muy conforme" con el fallo y consideró que "el tribunal decidió dar un claro mensaje de que en la democracia paraguaya ya no van a ser permitidos este tipo de abusos".

A la celebración también se sumó Luis Alberto Casco, quien agradeció la "oportunidad de ver" una condena que "nunca" se esperó.

Casco quiso recordar "a quienes fallecieron y se llevaron a la tumba el sueño de la libertad y la justicia".

Antonio Pecci, integrante de la Mesa de Memoria Histórica y uno de los testigos durante el juicio, dijo a EFE que la sentencia superó sus expectativas y consideró que es un "gran alivio para la comunidad de víctimas, que son miles en Paraguay, para sus familiares y para toda la sociedad en general".

"Con esto, realmente, se demuestra que en Paraguay cuando hay un tribunal que está comprometido con la Justicia, con la dignidad humana, se pueden lograr este tipo de sentencias, no por venganza", afirmó Pecci, quien reivindicó el pedido de Justicia de las víctimas.

La Comisión de Verdad y Justicia reveló en 2008 que la dictadura dejó 20.090 víctimas directas de violaciones de derechos humanos, 336 desaparecidos, 18.772 torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente y 3.470 personas exiliadas.

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