Con la ayuda de los testigos ocasionales, mejora la evolución del paro cardíaco

Por Andrew M. Seaman (Reuters Health) - Cada vez más testigos ocasionales se detienen a ayudar a las personas que sufren de un paro cardíaco, según coinciden dos estudios. Y ese aumento de los transeúntes que asisten con la reanimación cardiopulmonar (RCP) está asociado con una mejoría de la evolución de esos pacientes, según publica JAMA. "En términos de resultados, detectamos un aumento del 37 por ciento de la sobrevida con buena función cerebral, lo que es muy significativo", dijo la doctora Carolina Malta Hansen, del Instituto de Investigación Clínica de Duke, Durham, Carolina del Norte, y autora principal de uno de los estudios publicados. Explicó que una persona con un paro cardíaco está prácticamente muerta. "El corazón no late para facilitar la circulación", resumió. Cada año, en Estados Unidos ocurren unos 400.000 paros cardíacos fuera de los hospitales y que no están asociados con lesiones, según informa la Asociación Estadounidense del Corazón. La Fundación Paro Cardíaco Súbito estima que una de cada 10 personas con ese tipo de paro cardíaco morirá y explica que quienes tienen un paro cardíaco necesitan maniobras de RCP para que la sangre siga fluyendo por el cuerpo. Luego, con un desfibrilador se les puede restablecer el ritmo cardíaco. Pero, sin tratamiento, la persona muere en minutos. El equipo de Hansen utilizó los datos de casi 5.000 personas que habían tenido un paro cardíaco fuera de un hospital entre el 2010 y el 2013. El 86 por ciento había recibido RCP antes de que los servicios médicos de ER (SMER) llegaran al lugar: en el 46 por ciento de los casos había sido un testigo ocasional y en el 41 por ciento de los casos, un policía o un bombero. En esos cuatro años, el porcentaje de víctimas que recibieron RCP de un transeúnte creció del 39 al 49 por ciento. No hubo diferencia en los resultados de la RCP de los testigos ocasionales y de los SMER en ese período. Durante el estudio, la cantidad de sobrevivientes sin lesiones cerebrales creció del 7,1 al 9,7 por ciento. El 11 por ciento de los que recibieron RCP de testigos ocasionales sobrevivió sin daños cerebrales, comparado con el 8 por ciento de los que la recibieron de los policías o bomberos y el 7 por ciento de los que la recibieron de los SMER. En el segundo estudio publicado en la misma revista, un equipo de Japón que revisó información sobre casi 168.000 casos (paros cardíacos fuera de un hospital) observó que la intervención de testigos ocasionales creció entre el 2005 y el 2012; lo mismo ocurrió con la cantidad de víctimas que sobrevivió sin lesiones cerebrales significativas, según detalla el equipo de Shinji Nakahara, de la Universidad de Servicios Humanos de Kanagawa, Yokosuka. "El tiempo es esencial", dijo el doctor Venugopal Menon, cardiólogo de la Clínica de Cleveland, Ohio, y que no participó del estudio. "Cuando el corazón deja de latir, no llega sangre a los órganos vitales, en especial al cerebro." Opinó que los resultados demuestran que reaccionar ante un paro cardíaco salva vidas. Hansen adelantó que el próximo paso será conocer qué barreras impiden que la gente ayude a otros durante un paro cardíaco. La Asociación Estadounidense del Corazón recuerda que la persona con paro cardíaco no tiene pulso ni latidos. FUENTE: JAMA, online 21 de julio del 2015.