Las compañías aseguradoras están comenzando a incluir en sus coberturas los abortos que se realizan a través de la telemedicina

Rachna Kaul, una médica familiar que ofrece servicios para la práctica de abortos por telemedicina a pacientes de tres estados, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 18 de abril de 2023. (Jackie Molloy/The New York Times)
Rachna Kaul, una médica familiar que ofrece servicios para la práctica de abortos por telemedicina a pacientes de tres estados, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 18 de abril de 2023. (Jackie Molloy/The New York Times)

Las medidas jurídicas para prohibir las ventas por correo de las pastillas abortivas aparecieron justo cuando la incipiente industria de la telemedicina pasó a ser una parte más aceptada y consolidada de los servicios para la práctica de abortos.

Esta semana, Hey Jane, uno de los más de una docena de prestadores de servicios virtuales para la práctica de abortos que no tienen una ubicación física, comenzó a realizar contratos con las aseguradoras Anthem Blue Cross Blue Shield de Connecticut, Empire Blue Cross Blue Shield de Nueva York y Sana, las cuales ofrecen planes de gastos médicos para pequeñas empresas a nivel nacional. Hey Jane también ya aceptó a Aetna en ocho de los nueve estados donde trabaja.

No es común que las aseguradoras ofrezcan cobertura para los abortos realizados a través de la telemedicina y la mayoría de las clínicas virtuales solo aceptan efectivo. Las clínicas son nuevas y la cobertura de las aseguradoras para abortos es muy variable. Durante el año anterior a que se anulara el fallo de Roe contra Wade, solo una tercera parte de las pacientes que abortaron recurrieron al seguro. En algunos estados se exige que las aseguradoras privadas ofrezcan coberturas para los abortos, mientras que en otros esto está prohibido. La legislación federal prohíbe usar Medicaid en la mayoría de los abortos, pese a que en dieciséis estados se emplean fondos estatales para pagarlos. Pero ni siquiera los planes que sí ofrecen esta cobertura incluyen muchas a estos nuevos prestadores de servicios de telemedicina en su red.

Las aseguradoras de gastos médicos tienden a cubrir los tratamientos que los doctores aceptan mucho y que son asequibles, y las alianzas de las aseguradoras con Hey Jane son la muestra más reciente de que las clínicas virtuales que practican abortos son consideradas por la industria de la atención médica como una opción segura muy solicitada. También suelen ser menos costosas que los procedimientos que se llevan a cabo dentro de una clínica, tanto para las pacientes como para las aseguradoras.

Hay información nueva que demuestra que la medicina a distancia representa un porcentaje de rápido crecimiento en materia de aborto, y Honeybee, la farmacia virtual más grande que vende pastillas abortivas por correo, señaló que estaba surtiendo más de 10.000 recetas al mes.

No obstante, estas clínicas también podrían ser maniatadas justo cuando está comenzando su crecimiento. La semana pasada, el quinto circuito determinó que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) debía prohibir las recetas de telemedicina y el envío por correo de mifepristona, el primero de los dos medicamentos que casi siempre se prescriben para inducir el aborto. Es un mandato provisional mientras un tribunal de Texas decide si anular por completo la autorización de estos fármacos. El viernes, la Corte Suprema determinó que la mifepristona podía seguir estando disponible hasta la medianoche del miércoles para que el tribunal tuviera tiempo de evaluar el caso.

Las pastillas abortivas mifepristona y misoprostol son empacadas en Maitri Wellness, la clínica de Rachna Kaul, para enviarlas por correo a las pacientes, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 18 de abril de 2023. (Jackie Molloy/The New York Times)
Las pastillas abortivas mifepristona y misoprostol son empacadas en Maitri Wellness, la clínica de Rachna Kaul, para enviarlas por correo a las pacientes, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 18 de abril de 2023. (Jackie Molloy/The New York Times)

La FDA autorizó la práctica del aborto a través de la telemedicina en 2020, lo cual fue una decisión de emergencia tomada a principios de la pandemia y después de que mediante una gran cantidad de datos se demostró que era una manera segura y eficaz de proporcionales pastillas abortivas a las pacientes. La agencia estableció que esta política fuera permanente en 2021.

Los farmacéuticos deben obtener una certificación especial para surtir la mifepristona y pasar un reporte de los datos asentados en todas las recetas, explicó Jessica Nouhavandi, cofundadora de Honeybee. “Literalmente, tuve que crear protocolos y capacitar a los farmacéuticos”, comentó. “La mayoría de ellos ni siquiera se enteran de esto en la escuela”.

Casi todas las clínicas emergentes solo trabajan en unos cuantos estados; deben tener un médico certificado en cada estado en el que atienden pacientes. Algunas están financiadas por inversionistas o fundaciones mientras descubren cómo generar un negocio rentable. Otras cuantas contratan abogados para que les ayuden a transitar por estos desafíos jurídicos recientes.

Han integrado una red informal para ayudarse mutuamente mediante grupos de chats para tratar acerca de los expedientes médicos electrónicos o cuestiones de orden jurídico. Una organización sin fines de lucro llamada Plan C ofrece asesoría y en ocasiones pequeños subsidios y bases de datos de los prestadores de servicios.

Han comenzado a hablar acerca de lo que harán si tras el proceso judicial le solicitan a la FDA que retire la mifepristona del mercado. Muchos están preparándose para proporcionar únicamente el segundo fármaco, misoprostol, el cual es eficaz cuando se usa de manera aislada para interrumpir un embarazo, pero puede tener más efectos secundarios.

Rachna Kaul dirige Maitri Wellness, una clínica independiente de atención primaria ubicada en Nueva Jersey, pero comenzó a prestar el servicio de abortos a través de medicina a distancia durante la pandemia y ahora su clínica surte por correo varias docenas de paquetes de pastillas al día en tres estados en los que tiene la autorización para hacerlo. Los precios son en efectivo para las pacientes que pueden pagar el servicio y emplea subvenciones para cubrir los costos en el caso de las pacientes que no pueden costearlo.

Kaul comentó que para ella fue más sencillo añadir este servicio que para muchos de sus colegas porque ella trabajaba por su cuenta. “Al principio, no contábamos con ningún financiamiento así que todo lo sacamos de nuestro bolsillo”, nos contó. “Podría hacer cualquier otro trabajo y ganar mucho más dinero, pero esta es una enorme necesidad”.

Carafem es un prestador de servicios para la práctica de abortos por medio de la telemedicina en dieciséis estados y también tiene algunas clínicas físicas. Melissa Grant, la directora de operaciones, afirmó que una de las partes más difíciles de sus operaciones había sido aprender las diferentes normas de cada estado.

Las preguntas acerca de la cobertura de las aseguradoras nos hablan de estas complicaciones y a menudo las amplían. Grant señaló que sus prestadores de servicios ayudan mucho a las pacientes para que sepan qué tratamientos cubre su seguro y están tratando de que más planes de gastos médicos trabajen con su empresa.

“No todos los planes cubren el aborto”, añadió. “Por desgracia, cuando se trata de medicina a distancia, hay muchas más compañías que niegan la atención”.

Incluso si ofrecen la cobertura, no todas las pacientes quieren usarla, señaló Stephanie Colantonia, una doctora de atención primaria en California que ofrece sus servicios para la práctica de abortos por telemedicina a través de Luna Flow Health. “A algunas pacientes les preocupa tanto la privacidad y la seguridad que prefieren pagarlo de su propio bolsillo”, comentó.

c.2023 The New York Times Company