Cómo suena una telaraña, y para qué querríamos saberlo

Telaraña
Telaraña

Un equipo de investigación ha traducido una telaraña a música. Han realizado un proceso conocido como “sonificación” para transformar la compleja red de telas de araña en algo que podamos percibir de una manera más sencilla: sonido. Y además de ser algo curioso, tiene más relevancia de lo que podría parecer.

Porque, en realidad, las arañas hacen algo parecido en su día a día. Las arañas no tienen una gran agudeza visual. Sus ojos no forman imágenes nítidas que luego sus cerebros procesen para navegar el mundo a su alrededor. Sus ojos – y tienen muchos, no sólo dos – forman imágenes muy rudimentarias, y son muy hábiles en detectar cambios de luz y oscuridad, y para detectar movimientos.

Pero para entender su entorno, navegar su mundo, las arañas emplean vibraciones: vibraciones de las hojas, vibraciones provocadas por otros animales al moverse, vibraciones provocadas por otros congéneres al golpear el suelo, y las vibraciones de sus propias telas de araña. Pero es que estas vibraciones no dejan de ser sonido.

Pensemos en una guitarra – o cualquier instrumento de cuerda, realmente. Las cuerdas vibran, y esa vibración produce un sonido. Pues eso es lo que hace una tela de araña: vibrar y generar un sonido. Con esos sonidos, las arañas detectan y se relacionan con su entorno.

Transformar en sonidos las telas de araña, asignando una frecuencia a cada hilo de la tela de araña, nos ayudará a entender mejor cómo entienden el mundo las arañas. Incluso, en algún momento, podría ayudarnos a “comunicarnos” con ellas.

Una cuestión importante que hay que dejar clara es que la sonorización de las telas de araña no pretende ser perfecta. Es decir, no se pretende que lo que nosotros percibimos al haber traducido a sonidos las telas de araña sea lo mismo que perciben las arañas.

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Aquí hay que detenerse un momento a explicarlo bien. El sonido que produce una cuerda al vibrar depende, principalmente, de su longitud. El diámetro de la cuerda, conocido como calibre, o su composición dan otras propiedades al sonido. Pero la frecuencia viene determinada principalmente por la longitud y la tensión, y eso es igual para humanos que para arañas.

Pero no todos los animales percibimos las mismas frecuencias. Este es un hecho conocido, y el ejemplo clásico es el de los perros, capaces de oír sonidos que los humanos somos incapaces de percibir. Con las arañas pasaría lo mismo: no sabemos exactamente qué sonidos pueden o no percibir las arañas. Pero las frecuencias que provoca una vibración en un hilo de telaraña, eso sí podemos saberlo.

También hay que decir que los sonidos no tienen por qué resultar agradables – de hecho, al escucharlos por primera vez se nota bastante disonancia. No se generan melodías, se generan sonidos.

De momento, este estudio ha dejado unos cuantos vídeos interesantes. Pero el siguiente paso que se quiere dar es generar sonidos propios de una telaraña, y comprobar cómo reaccionan las arañas a estos sonidos. Es decir, dar los primeros pasos para intentar deducir el lenguaje de las arañas.

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