El comisario europeo Lenarcic: Es comparable a las plagas de la Edad Media

Bruselas, 3 abr (EFE).- Salvar vidas y aplacar el impacto económico del COVID-19 es la preocupación inmediata del comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, quien considera crucial impulsar un modelo de sociedad más sostenible tras superar una pandemia que equipara a las plagas que en la Edad Media azotaron Europa.

"Posiblemente los casos más comparables sean de la Edad Media, cuando Europa sufría oleadas de plagas, en el sentido de que no tenemos vacunas ni medicinas que puedan aliviar el sufrimiento de los pacientes. Es similar a lo que experimentaron nuestros ancestros", explica en una entrevista con Efe Lenarcic (Ljubljana, 1967).

No existe "memoria viva" de un virus tan devastador por "lo rápido y ampliamente que se propaga" el Sars-Cov-2, que ni siquiera es comparable a "la llamada gripe española" de 1918, dice el comisario, quien retrocede hasta mediados del siglo XIV para evaluar la gravedad de la crisis sanitaria.

"No tenían vacunas, no tenían medicinas y hacían lo que nosotros aplicamos, el distanciamiento social", comenta en un inglés sosegado al otro lado del teléfono el que fuera embajador de Eslovenia ante la Unión Europea (UE) hasta el pasado noviembre.

Pese a la crudeza de su análisis de urgencia, que "requiere la total movilización de todos, en los Estados miembros y en las instituciones europeas", Lenarcic se dice esperanzado de cara a la respuesta en el medio y largo plazo y confía en que "la UE emerja de esta crisis siendo más fuerte".

"Habrá muchos cambios debido a esta crisis. Incluso cuando la tengamos detrás, no creo que todo sea lo mismo y se vuelva a donde estábamos. Pero soy optimista sobre el proyecto europeo porque a estas alturas debería de estar claro para todo el mundo que la única posibilidad de ganar esta batalla es mantenernos unidos, ayudarnos y cooperar", dice.

UNA CRISIS IMPREVISTA

Nadie se esperaba esta pandemia, tampoco el responsable comunitario de Gestión de Crisis, quien achaca parte de la falta de reacción generalizada a experiencias recientes con virus como el SARS (2003) o el MERS (2012), que invitaron a pensar que el virus sería un problema que se podía controlar a nivel local en China.

"Algo que es de proporciones inéditas, lógicamente no se esperaba. Sin embargo, la Comisión sintió el peligro pronto. Quizá no vimos la dimensión, nadie podía. Pero notamos el peligro. El 10 de febrero di una conferencia en nuestro Centro de Respuesta Coordinada de Emergencia y dije que era un problema serio para la salud pública", recuerda.

La Comisión Europea, que el 28 de enero activó su mecanismo de crisis, tiene un poder limitado en lo inmediato, pues las competencias de sanidad, protección civil o control de fronteras recaen en los Estados miembros.

"Pero todo el mundo tiene un papel que desempeñar en esta crisis porque todos somos la Unión Europea: las instituciones, los Estados miembros y los ciudadanos", resume Lenarcic.

Las luces rojas empezaron a encenderse en Bruselas a finales de enero, después de que China anunciase la primera víctima oficial del coronavirus el 11 de ese mes, y "al final de febrero se hizo claro que los equipos de protección personal eran un problema en toda Europa".

"¿Cómo lo supimos? Porque Italia pidió este tipo de material a otros Estados miembros (...) y nadie respondió. Ahí es cuando empezaron a sonar las alarmas en la Comisión y decidimos ponernos inmediatamente en acción con todas las herramientas que teníamos", dice.

La CE ha trabajado desde entonces en aportar una respuesta solidaria y coordinada a los países de la UE con directrices sobre fronteras y tests, fomentando un aumento de la producción de material sanitario y preparando licitaciones públicas para los equipos médicos básicos que escasean en todo el planeta, porque "si las medidas se toman de manera alineada serán mucho más efectivas".

La prioridad ahora, más allá de la dimensión sanitaria, es ayudar a ciudadanos y empresas a "sobrevivir financiera y económicamente hasta que el brote esté bajo control" e intentar que después haya "un rebote de la actividad económica".

"Tenemos que asegurarnos de que tenemos una estrategia de salida bien diseñada para que todos los esfuerzos que se han hecho en la últimas semanas no hayan sido en vano", lo que implica levantar "cuidadosa y gradualmente todas las restricciones para prevenir que el virus pueda repuntar" porque "si no salimos de las medidas de confinamiento con cuidado, el virus resurgirá".

El comisario también se refiere al desafío global que supone la pandemia.

"Tenemos que ayudarnos no sólo en la UE, sino globalmente", agrega el comisario, quien considera "muy importante" ayudar a países en África, Latinoamérica y parte de Asia con "sistemas sanitarios más débiles" porque "si suprimimos el virus en Europa y no fuera, habrá una segunda oleada".

DESPUÉS DEL CORONAVIRUS

"Esta crisis acelerará nuestra transición verde y digital. Cuando llegue el tiempo de la recuperación, tenemos que trabajar en construir mejor nuestras vidas y nuestra economía. No simplemente regresar a lo de antes, sino utilizarla para avanzar "por sendas más sostenibles. Esa es mi esperanza", dice.

La "lección cardinal" de esta crisis "horrible" para Lenarcic es que "somos interdependientes, porque el mundo es uno y todos lo compartimos y debemos dejar caer las ilusiones egoístas y nacionalistas", añade.

"Este virus es un recordatorio de que todo eso es una ilusión" y de que "tenemos que cuidar los unos de los otros, no solo dentro de las fronteras europeas, sino también más allá. Si no aprendemos la lección, no seremos capaces de resistir mejor al próximo desafío", concluye.

(c) Agencia EFE