Colombia en vilo por la “segunda muerte” del líder guerrillero Iván Márquez

Iván Márquez, el guerrillero de las FARC que pasó de negociar la paz a retomar las armas
Iván Márquez, el guerrillero de las FARC que pasó de negociar la paz a retomar las armas

BOGOTÁ.- El anuncio del fallecimiento de Luciano Marín, alias Iván Márquez, el antiguo canciller de las FARC que lideraba el grupo disidente Segunda Marquetalia, tiene en vilo a Colombia, que este viernes quedó a la espera de la confirmación de la guerrilla o del gobierno venezolano.

Según lo adelantado por el canal de televisión Noticentro CM, el histórico dirigente habría muerto a consecuencia de la esquirla que tenía alojada en el cerebro desde el atentado que sufrió hace un año en territorio venezolano, en donde permanecía a resguardo gracias a su alianza con el presidente Nicolás Maduro.

Ya hace un año se lo daba por muerto, al punto que agentes de inteligencia lograron intervenir conversaciones de dirigentes guerrilleros que se lamentaban por el fallecimiento. Con el paso de las semanas se filtró desde Caracas que Márquez, de 68 años, había logrado sobrevivir in extremis en una unidad de cuidados intensivos de la capital venezolana, pese a sus gravísimas heridas.

Iván Márquez y otros disidentes de las FARC anuncian la vuelta a las armas, en 2019
Iván Márquez y otros disidentes de las FARC anuncian la vuelta a las armas, en 2019

“Desconocemos la situación de vida en la que se encuentra Luciano Marín (Iván Márquez). Lo conocimos sano, lúcido y no sabemos lo que ha pasado en estos días”, dijo Danilo Rueda, comisionado de Paz del gobierno colombiano, para añadir aún más incertidumbre a la noticia. El funcionario aseguró que se había reunido recientemente con Márquez y que este no mostraba ningún quebranto de salud.

Los organismos de inteligencia colombianos también trabajan contrarreloj para confirmar una noticia que sorprendió a quienes protagonizan las complejas negociaciones de la “paz total” diseñada por el presidente Gustavo Petro, tras los acuerdos de 2016 con las FARC. El próximo round entre las autoridades colombianas y los jefes guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) se vivirá el tres de agosto en toda Colombia, cuando dé inicio al alto el fuego como parte de las negociaciones de paz.

Pese a comandar los acuerdos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano en La Habana, Márquez, junto a Jesús Santrich, Iván Romaña y El Paisa decidieron traicionar su palabra y conformaron las disidencias conocidas como Segunda Marquetalia. Los dos primeros protagonizaron una fuga de película en 2019, que incluyó atravesar la frontera para protegerse en el santuario venezolano. Sobre Santrich pesaban en ese momento unas fuertes acusaciones por narcotráfico.

A falta de la confirmación de la muerte de Márquez, el resto ha muerto en circunstancias muy parecidas, víctimas de atentados u operativos armados en territorio venezolano.

Las guerrillas de las FARC se desmovilizaron en su mayoría tras los acuerdos de 2016
Las guerrillas de las FARC se desmovilizaron en su mayoría tras los acuerdos de 2016

“La presunta muerte de Iván Márquez es el cruel reflejo de la vorágine de la guerra. Muere un hombre de férreos ideales a quien en medio de profundas diferencias siempre respeté. Se apaga una vida que debió florecer en la paz. ¡Guerra nunca más!”, reaccionó Rodrigo Londoño, alias Timochenko, antiguo líder de las FARC que disputó el trono guerrillero con el propio Márquez.

La realidad es que Márquez parece haber corrido la misma suerte que sus compañeros de armas, tras sufrir el bombardeo de su campamento guerrillero cerca de la frontera de su país. Las muertes de Santrich y los otros jefes de las disidencias también tardaron en confirmarse y se atribuyen a los enemigos de los guerrilleros, desde militares y policías hasta sus rivales en las antiguas FARC.

“El caso de Márquez muestra el destino triste y lamentable de las personas que se han apartado de sus compromisos y que incumplieron las obligaciones”, fustigó Roberto Vidal, presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz.

Amigos venezolanos

La noticia de la presunta muerte de Márquez, tantas veces fotografiado en el Palacio de Miraflores junto a Hugo Chávez, ha coincidido con la declaración ante un juzgado de Estados Unidos del general chavista Clíver Alcalá, quien ha reconocido que facilitó armas a las FARC por orden del “comandante supremo”. Alcalá, muy cercano a Chávez pero enfrentado luego a Maduro, confesó que suministró lanzagranadas y granadas a los hombres de Timochenko y Márquez, una prueba más de la vinculación entre el chavismo y la guerrilla colombiana.

Durante las batallas que se libraron en 2021 en el territorio venezolano de Apure, muy cerca de la frontera, los soldados venezolanos lucharon junto a las disidencias de las FARC y del ELN frente al Décimo Frente de Iván Mordisco y Gentil Duarte, también escindidos de las FARC y que buscaban controlar el gran pasillo del narcotráfico.

Milicianos del ELN, todavía activos en Colombia (Archivo)
Milicianos del ELN, todavía activos en Colombia (Archivo)

En uno de sus informes, Human Rights Watch (HRW) confirmó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), el Ejército venezolano, ha patrullado codo con codo con los guerrilleros de las disidencias y del ELN, con quienes hoy Petro, aliado también de Maduro, busca la “paz total”.

En un acto de “buena voluntad”, el ELN liberó este viernes a la sargento Karina Ramírez y sus dos hijos pequeños, secuestrados por los guerrilleros el lunes pasado. El secuestro de la familia se produjo cuando viajaban en coche a visitar al padre de los niños.

Los medios locales ya adelantan quién será el remplazo de Márquez en Segunda Marquetalia, más ahora que se ha iniciado un segundo proceso de paz. Los expertos apuestan por José Aldinever Sierra, alias El Zarco Aldinever, y por quien sería su segundo, Walter Mendoza.

De la misma opinión es el exministro de Defensa, Diego Molano, el primero en aventurar estos nombres el año pasado durante la “primera muerte” de Márquez. Las autoridades creen que los restos que quedan de las disidencias no tienen suficiente capacidad para enfrentar al Estado, más allá de constituir pequeñas redes para continuar en el narcotráfico.