Las claves del texto que recibieron los constituyentes chilenos para no partir de cero

Santiago de Chile, 7 jun (EFE).- El Consejo Constitucional que se instaló este miércoles en Chile para empezar a elaborar una segunda propuesta de carta magna no partirá de cero y trabajará sobre un anteproyecto confeccionado por un grupo de 24 expertos designados por el Parlamento.

"No es la Constitución soñada para ninguno de nosotros, pero sí una bajo la que todos sentimos que podemos convivir", dijo durante la última sesión del grupo Verónica Undurraga, presidenta de los expertos y nombrada por el oficialismo de centro-izquierda.

Integrado en su mayoría por juristas y con representantes desde el Partido Comunista hasta el ultraderechista Partido Republicano, el grupo solo tendrá derecho a voz a partir de ahora y sus normas podrán ser modificadas por 3/5 de los votos del Consejo.

Con 14 capítulos, el anteproyecto es más moderado que la primera propuesta de Ley Fundamental, elaborada por una convención de izquierdas y rechazada en septiembre por el 62 % de la ciudadanía en un plebiscito.

"Es un texto bastante razonable que debería, teóricamente, suscitar mayores apoyos que el rechazado en septiembre y lograr mayor legitimidad que la Constitución actual, aprobada en 1980", en plena dictadura (1973-1990), dijo a EFE Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile.

El propio presidente, Gabriel Boric, aseguró el domingo en el canal Chilevisión que "aprobaría" el texto así como está en el plebiscito del 17 de diciembre.

Para evitar un texto que cambie por completo la institucionalidad chilena, como la anterior propuesta, los expertos trabajaron sobre 12 principios básicos acordados previamente por los partidos y llegaron a acuerdos transversales.

La gran duda radica en si la ultraderecha, que defiende el modelo neoliberal instalado durante el régimen y tiene 22 de los 50 escaños del Consejo, respetará esas bases o se unirá con la derecha tradicional (11 escaños) para cambiarlas de raíz.

ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO

El artículo 1 declara a Chile un "Estado social y democrático de derecho" -algo que también recogía la primera propuesta-, consagrando así una aspiración histórica de la izquierda, que solo tiene 16 escaños del Consejo.

Para Javier Couso, de la Universidad Diego Portales, es el "gran cambio" que se propone con respecto a la Constitución actual, que fomentó la privatización y otorgó al Estado un rol subsidiario (secundario) en la provisión de servicios básicos, como salud, educación o pensiones.

Según apuntó Couso a EFE, la ultraderecha tratará de limitar el alcance del Estado y "es probable que reponga parte del Estado neoliberal".

PRESIDENCIALISMO Y SISTEMA POLÍTICO

El documento mantiene el sistema bicameral y el régimen presidencial, con mandatos de cuatro años sin reelección, algo que no comparte Avendaño, a quien le hubiera gustado avanzar hacia un presidencialismo "más atenuado".

"El presidencialismo en América Latina se ha convertido en un factor de crisis", añadió.

Pese a las reticencias de muchos partidos, los expertos aprobaron también un umbral del 5 % de los votos para tener representación en el Congreso y reducir así la alta fragmentación política.

DESCENTRALIZACIÓN

El anteproyecto propone una administración más descentralizada que la actual, con nuevas instituciones como los consejos regionales, con parlamentarios escogidos por sufragio universal y que podrán aprobar normas propias.

La propuesta mantiene los gobernadores actuales, que se votarán en un sistema de doble vuelta parecido a las presidenciales.

"Se abre la posibilidad de avanzar en la descentralización, pero falta más discusión sobre cómo será la relación entre el Estado central y el Gobierno regional", indicó a EFE Jeanne Simon, de la Universidad de Concepción.

PUEBLOS INDÍGENAS

El nuevo texto reconoce a los pueblos originarios, "como parte de la Nación chilena, que es una e indivisible", y establece que el Estado debe "respetar y promover sus derechos individuales y colectivos".

Se trata de un avance con respecto a la actual Constitución, donde los pueblos indígenas no aparecen mencionados, pero dista mucho de la primera propuesta, que estableció que Chile era un Estado plurinacional.

No se lograron incluir los escaños reservados y solamente se pudo acordar que "la ley podrá establecer mecanismos para promover su participación política".

MEDIO AMBIENTE Y FEMINISMO

Además de la plurinacionalidad, la propuesta rechazada en septiembre era pionera en la defensa del medioambiente y la igualdad de género e incluso llegó a consagrar el aborto libre.

Esta vez, el texto es más conservador en las reivindicaciones feministas, constitucionalizando únicamente la igualdad salarial y una "representación equilibrada" entre hombres y mujeres en órganos de representación.

En medio ambiente, la propuesta es más ambiciosa, y aborda los retos del cambio climático y la transición energética, además de establecer el agua como "un bien nacional de uso público", lo que cambiaría las propiedades privadas del agua que rigen actualmente.

"De las reivindicaciones progresistas del texto plebiscitado en septiembre, ahora solo queda medio ambiente", remarcó Avendaño.

(c) Agencia EFE