Los claroscuros de Whitney Houston

CIUDAD DE MÉXICO, enero 5 (EL UNIVERSAL).- Bisexualidad, conflictos familiares y desamor son los temas principales de la nueva cinta I Wanna dance with somebody, un tributo a la cantante estadounidense Whitney Houston, quien falleció en 2012 víctima del consumo de drogas.

Sin embargo este homenaje, que se estrena el 26 de enero, previo al que será el 11 aniversario luctuoso de Houston (fallecida en febrero), no entra en detalles sobre otros de los conflictos que también enfrentó la intérprete de “I will always love you”, como el abuso sexual que sufrió de niña por parte de su tía Dee Dee Warwick, el consumo de sustancias que la llevaron a la muerte e incluso el racismo que experimentó en varios sentidos durante su vida.

La cinta tiene un guión escrito por Anthony McCarten (Bohemian Rhapsody) y fue dirigida por Kassi Lemmons, quien explica que la autorización de la familia de Houston, así como la extensión de la película hicieron de esta producción un tributo musical dirigido a los fans.

“Hubo un tira y afloja con la familia al responder, pero creo que sabían que originalmente teníamos un primer corte de cuatro horas y 16 minutos, teníamos mucha historia y música, así que tuvimos que tomar ciertas decisiones”, cuenta Lemmons en entrevista.

"Tubo algunas idas y venidas de la familia sobre con qué se sentían cómodos, empujamos los límites y creo que fue artísticamente saludable para la película, fue intencional centrarse en su música y su carrera, pero también incluir la vida y sus historias de amor".

Fue hasta cinco años después de su muerte cuando la orientación de la también actriz fue confirmada en las confesiones de su mejor amiga, Robyn Crawford, con quien sostuvo una relación que, para los años 90, la mejor época de Houston, era un secreto a voces.

La cinta resalta esta relación.

"En ese momento era una cosa difícil, ahora es interesante recordar que hubo momentos en que las personas realmente tenían que tomar decisiones sobre cómo querían ser percibidas y había personas que eran un poco más cuidadosas con su imagen. Ella tenía presión dentro de su familia", explica la directora.

La actriz encargada de darle vida a la icónica intérprete, que sorprendió al mundo con su voz, obteniendo 400 premios y vendiendo 170 millones de discos en su corta carrera, es la británica Naomi Ackie, quien para interpretarla pasó ocho meses documentándose con videos, documentales y libros sobre su legado, así como biografías, especialmente la de Robyn (A song for you: My life with Whitney Houston).

“Realmente disfruté aprender sobre su relación y amistad con Robyn, de más de 20 años, y cómo se apoyaban y amaban como si fueran la una para la otra”, señala Ackie.

Houston se casó en 1992 con el rapero Bobby Brown, con quien tuvo una hija llamada Bobbie Kristina, quien murió a los 22 años de edad, apenas tres años después de su madre y en condiciones similares.

Bobby fue señalado por familiares y amigos como el causante de la adicción a las drogas de hitney. Aunque el tema del consumo de cocaína se toca en la cinta, no es profundizado. “Lo mismo sucede con el racismo al que Houston estuvo expuesta.

"A veces todo se reduce a ‘No eres lo suficientemente negro para ellos’. No eres lo suficientemente R&B. Eres muy popular. El público blanco te ha alejado de ellos’”, reflexionó Houston en 1989 después de haber sido abucheada en los premios Soul Train.

Una herencia dura

Desde el inicio la película entra en detalle sobre la relación que Whitney tuvo con su padre, John Russell Houston, quien en 1999 la demandó reclamando 100 millones de dólares que, argumentaba, le correspondían por un contrato millonario que él cerró antes de ser despedido como su jefe de negocios, en medio de especuaciones acerca de que él le robaba.

"Conocí a Whitney al mismo tiempo que a John y fui testigo de una relación muy interesante: Él usaba la palabra ‘marca’ para referirse a ella y pensé: esto es interesante y un poco inquietante, acabo de conocer a una mujer muy humana, ‘marca’; era una dinámica sobre cómo querían que ella fuera percibida y sentí esa tensión, así que quería hablar sobre eso”, explica la directora.