Una ciudad triste y una multitud bajo la lluvia en Buckingham

Humberto J. Rocha

LONDRES, Inglaterra, septiembre 9 (EL UNIVERSAL).- La lluvia no contuvo a la multitud decidida a ser parte del fin de una era. La muerte de la reina Isabel II sacudió a los británicos, que acudieron en masa al Palacio de Buckingham a llorarle a la monarca, dejarle flores y guardarse un pedacito de historia.

Poco importó que el cuerpo de la soberana no estuviera en Londres, sino en Escocia, donde se encontraba al momento de su muerte. La consigna era: todos al Palacio de Buckingham.

Para Tom Lacey, de 24 años y oriundo de Dartford, a una hora de Londres, era obligación ir a las puertas del palacio para estar cerca del centro neurálgico de la noticia. En cuanto acabó de trabajar, Lacey se apuró a comprar rosas rojas y blancas y abordar el primer tren rumbo a Green Park, una estación en el parque a lado del Palacio Real.

"Era una mujer y una reina tan icónica para el Reino Unido. Sentí una gran tristeza cuando me enteré. Sabía que iba a pasar y que solamente era una cuestión de tiempo", lamentó.

La lluvia apretaba a minutos, pero la gente no se iba. De vez en vez se escuchaba en una multitud coreando el himno Dios salve a la reina, que ahora será cambiado en honor al nuevo monarca, el rey Carlos III.

Los ciudadanos se confundían entre la gran cantidad de reporteros de medios presentes para cubrir el momento.

Caroline Carruthers, una estadounidense que ha vivido en Londres por 15 años, logró colocar su ramo de rosas en la puerta del palacio antes de que la policía formara una barricada. "Tenía que venir", sostuvo, mientras la muchedumbre era empujada por la policía. "Guardé mi recibo de las flores para enseñarles a mis estudiantes que yo estuve ahí el día que falleció la reina".

Miles de personas pasaban frente al palacio. Desde el turista que aprovechaba el estar en el lugar oportuno, en el momento oportuno, hasta británicos de traje, y ancianos con un ramo de flores y una nota con la leyenda: "Gracias por su servicio".

No podía faltar un mexicano. Como Carolina Pereira, oriunda de la Ciudad de México, de 23 años, y quien lleva más de cuatro trabajando en la capital inglesa. Más que la muerte de la reina, lo que le pesó fue que será la última mujer al mando de la monarquía: al rey Carlos III le siguen, en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo y el príncipe Jorge.

La marea humana permanecía afuera de Bukingham. Serán días complicados en Londres. La familia real arribará hoy a la capital, mientras se prepara el funeral de la reina. Los británicos seguirán ahí, esperando dar el último adiós a su reina. Entrada la noche, la lluvia seguía cayendo en una ciudad triste.