Antes de fines de año, la ciudad de Buenos Aires contará con una cancha de footgolf, un deporte poco conocido que combina el fútbol y el golf, y surge como una alternativa para quienes buscan una actividad física al aire libre con menos riesgo de lesiones, que puede practicarse solo o en grupo.

La obra arrancó en junio a cargo del Gobierno porteño en 13 de las 130 hectáreas de superficie del Parque Indoamericano, situado en el barrio de Villa Soldati, comuna 8, con fecha de finalización prevista para noviembre próximo como parte de un plan oficial para mejorar y poner en valor más de 50 espacios verdes de todo el distrito capitalino.

En el caso del parque del sur de la ciudad, los trabajos incluyeron la renovación del paseo Malvinas Argentinas y la regeneración del circuito que rodea al lago. Este pulmón verde también tiene sectores con juegos para niños, postas aeróbicas y canchas polideportivas para fútbol, básquet, vóley, hándbol, patín artístico y tenis.

El futuro campo de footgolf estará emplazado en un polígono localizado sobre el extremo que da a la avenida Escalada y la calle Batlle y Ordóñez, donde anteriormente se acopiaban materiales diversos, suelo de relleno y ramas provenientes de la poda.

Los primeros trabajos contemplaron las tareas de movimiento de suelo necesarios para lograr una cancha de 18 hoyos con un diseño que garantice la dinámica de juego de esta novedosa práctica deportiva que fusiona la pasión del fútbol y la precisión del golf.

“Celebro el proyecto que va a ayudar a que crezca este deporte”, expresó a LA NACION Javier De Ancizar, presidente de la Asociación Argentina de Footgolf, que ofició de consultor de la obra y fue quien trajo la modalidad al país desde Europa hace 14 años.

El footgolf consiste en embocar la pelota de fútbol en un hoyo de 52 centímetros de diámetro con el pie y en la menor cantidad de golpes posibles; tiene más similitudes con el golf ya que se rige por el mismo reglamento y demanda concentración y técnica. Para jugarlo solo se requiere de un balón y un par de botines sin tapones para no dañar el césped.

El fenómeno deportivo que se juega en 38 países nació en Holanda en 2009 y un año después desembarcó en la Argentina, desde entonces fue creciendo la cantidad de personas que se acercaron a conocer de qué se trataba y no lo abandonaron más.

Por lo general, son hombres de más de 40 años con antecedentes deportivos a quienes se les dificulta reunirse en grupo o tienen menor capacidad física. Además, existen categorías para los jóvenes y una “senior” para los “más 55″, así como una importante comunidad de jugadoras mujeres.

Si bien en el país hay una gran cantidad de campos para practicar este curioso deporte, casi la totalidad son “prestadas” por los aficionados al golf, lo que hace que los días y horarios disponibles sean acotados. La del Parque Indoamericano será la primera exclusiva en la ciudad.

Cada hoyo contará con todas las áreas idénticas a las del golf, como el tee de salida (que marca el primer golpe), el fairway (que es el camino por donde se desplaza la pelota) y el green (la zona del campo con una bandera que señala el lugar para embocar el tiro).

“El proyecto tiene como principal objetivo fomentar este deporte en pleno crecimiento, con lo que será el primer campo de juego público del país, que incluirá un sector de servicios y estacionamiento”, precisaron desde el Ministerio de Espacio Público porteño, a cargo del plan de obra.

“Es clave”

Matías Perrone se consagró campeón mundial de footgolf en 2018 y subcampeón en 2023 por la Argentina. En diálogo con LA NACION durante una escala en Singapur de un viaje con destino final a Malasia, evaluó que “es clave” contar con lugares de práctica a través de los cuales “se introduzca este deporte y que sea más conocido”.

“La Argentina es uno de los países donde más se juega pese a que es un deporte joven”, explicó, y agregó que la adhesión aún “de nicho” ocurre “en países futboleros como el nuestro y en Italia, España y Francia”. “Es bastante inclusivo. Se necesita de una pelota y unos botines de papifútbol sin tapones, lo que representa un fácil acceso”, remarcó.

Desde la Federación Argentina de Footgolf, que nuclea a 14 asociaciones en el país, su presidente, Julián Curcio, coincidió en que “es un deporte que necesita difusión”. “De concretarse el campo, es una idea fantástica: quien se arrima por curiosidad, no lo deja”, sostuvo.

El campo de footgolf en el Parque Indoamericano no es el único proyecto vinculado a esa disciplina planificado para este año, ya que en la Plaza Irlanda de Caballito se inició la obra de la segunda cancha de minifootgolf de la ciudad, que se sumó a la ya existente en el Polideportivo Onega de Villa Devoto.

La obra en Villa Soldati formó parte del anuncio efectuado semanas atrás por el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, de un plan de intervenciones para la puesta en valor de 56 espacios verdes porteños.

“Son fundamentales para el bienestar de los vecinos, son espacios de convivencia y de identidad cultural. Cada una de estas plazas tiene su historia para los barrios y los vecinos disfrutan su lugar de encuentro. Esto también es parte de nuestra política de Parques Seguros, porque además de mejorar las plazas sumamos iluminación, cámaras y más vigilancia”, sostuvo Macri.

Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana porteño, indicó que “estas obras las pensamos y coordinamos en conjunto con las comunas, que son quienes conocen en detalle la idiosincrasia de cada barrio, las ideas de los vecinos y sus necesidades concretas”.