Ciudad: demolerán una palestra en Núñez y los escaladores analizan recurrir a la Justicia
La inmensa palestra que se levanta en Núñez al costado de la avenida Lugones y es usada para el entrenamiento de andinistas será demolida para dejar espacio aéreo destinado a la traza de un nuevo puente. La medida, confirmada por el gobierno porteño, generó malestar entre los escaladores que buscan conservar el muro, sobre el que destacan que cuenta con características únicas en la Argentina y América del Sur.
La decisión de la administración del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, se enmarca en la obra que encaró recientemente para complementar al puente Labruna y mejorar la conectividad vehicular y peatonal del Parque de la Innovación, el espacio en el que convivirán universidades, centros de investigación y empresas.
Para ello, con el inicio del año próximo se intensificarán los trabajos viales, lo que incluirá la remoción del muro que tiene una superficie de 2600 metros cuadrados y que utilizan más de 500 escaladores pertenecientes al Centro Andino Buenos Aires.
Manifestación
Entrenan antes de enfrentarse a las sierras de Córdoba y de Tandil o a las montañas de Chubut, pero además asisten a cursos de capacitación de, por ejemplo, autorescate y para su ingreso deben aprobar un examen previo. Este viernes, un grupo de socios protagonizaron una protesta en la Avenida del Libertador y Miguel Sánchez, cerca de donde está la palestra, portando los elementos característicos de sus equipos a cuestas como el arnés, cuerdas y cascos.
“En una ciudad superpoblada como la de Buenos Aires, quieren tirar abajo una palestra única, que está en lugar donde se practica deporte y rodeada de verde, para hacer más autopistas”, manifestó una de las personas que estuvo en la actividad que comenzó en el ingreso al Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard).
Es que la palestra construida en 1982 se hizo en un predio dentro del Cenard, un organismo que depende de la Secretaría de Deportes de la Nación. Pero, desde la sanción de una ley de la Ciudad que dio origen al Parque de la Innovación, el lugar está bajo la gestión porteña. Por lo tanto, la posibilidad de su demolición generó confusión respecto de cuál jurisdicción tenía que prestar su conformidad.
En las últimas semanas, representantes del gobierno porteño, junto a los de Nación y la Federación Argentina de Ski y Andinismo iniciaron un diálogo para dar respuesta al reclamo de los usuarios de la palestra del barrio de Núñez. Así, acordaron la firma de un acuerdo para levantar un muro de escalada de similares dimensiones en el Parque Olímpico ubicado en Villa Soldati, al sur de la ciudad.
Sin embargo, la posibilidad no convenció a los escaladores por diversas razones. Ante LA NACIÓN expresaron su desconfianza para que se concrete la construcción de una nueva palestra una vez que sea demolida la actual. También, reconocieron lo dificultoso que les resultará llegar hasta la futura localización, sobre la cual señalaron que “está alejada y es insegura”.
“A Núñez llego en bicicleta, si se van a Soldati voy a tener que dejar la práctica”, dijo Andrea, que entrena entre tres y cuatro veces por semana desde hace ocho años. Ella afirmó que el muro de escalada es su “conexión con la tierra”. Para Adriana, otra de las socias que estuvo en la actividad de este viernes, la palestra representa “la única opción de tocar piedra en 500 kilómetros”. “Es una falta de respeto a quien la construyó que quieran tirarla abajo para un puente”, remarcó.
Un muro singular
Desde el Centro Andino destacaron que la palestra cuenta con una morfología diseñada para simular la topografía de las dificultades técnicas que debe enfrentar la escalada en roca. Consta de dos paredes enfrentadas de aproximadamente cuarenta metros de largo y alcanza el punto más alto a los 17 metros. Su interior está conformado por hormigón, mientras que el exterior fue recubierto en su totalidad con piedra natural traída de San Luis.
Destacan la singularidad de la palestra, con más de 250 vías de ascenso de variados grados de complejidad con centenares de chapas o parabolts de acero inoxidable como puntos de anclaje, como así también con fisuras paralelas en distintos sectores de las paredes que permiten el aseguramiento movible.
Afirman que todo el material que comprende su estructura –desde su base hasta sus estrechas cornisas– se asemeja a las múltiples fisonomías de las montañas que integran la Cordillera de los Andes y los restantes cordones montañosos y serranos, representando a modo de ejemplo a “fisuras”, “microtomas”, “regletas”, “chimeneas”, “espolones”, “diedros”, “placas” y a paredes con desplomes o aplomes.
Todas estas características fueron evaluadas por los equipos técnicos del gobierno porteño. Más precisamente por la empresa estatal AUSA que llevó adelante la licitación de la obra de ampliación del puente Labruna, que fue adjudicada a la firma Vialmani SA con una inversión de de US$15 millones. “La coexistencia con la palestra es inviable”, deslizaron fuentes porteñas a LA NACIÓN para explicar la decisión.
“Vamos a defender la palestra porque es única, inigualable y hecha exclusivamente para el entrenamiento de andinismo”, remarcó Gustavo Damonte, otro de los socios que, a su vez, anticipó que estudian la vía judicial como próximo paso de la campaña que iniciar para conservar el muro. Tiempo atrás, los escaladores se colgaron con sus equipos del puente de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Desde la Secretaría de Deportes porteña anticiparon que financiarán la construcción de un nuevo muro en el Parque Olímpico de Villa Soldati, y sumarán la palestra que funciona en el Parque Sarmiento y que, según dijeron, tiene poco uso, con la idea de crear en el sur porteño un “polo de escalada deportiva”.
“Queremos transformar al Parque Olímpico en un centro de alto rendimiento”, argumentaron desde el organismo porteño al señalar que la escalada se convirtió en deporte olímpico desde 2020. “Es un aporte para dar con una solución a un conflicto que no es propio”, aclararon.