Citando a la Unesco, una ciudad de Perú declaró como “Patrimonio Cultural” las peleas de gallos

Gallo EFE/Archivo
Gallo EFE/Archivo

Desde hace muchos años, organizaciones protectoras de animales vienen alertando sobre la crueldad de las riñas de gallos. Tanto, que muchos países han promovido legislaciones para prohibir esa actividad que consiste en el combate hasta la muerte de dos aves, con el objetivo de apostar por alguno de los dos.

Sin embargo, y a pesar del rechazo internacional que esa actividad genera en amplios sectores de la sociedad civil, en Perú se declaró “Patrimonio Cultural, Tradicional, Costumbrista y Turística las Peleas de Gallos en la Provincia de Nasca”. Y no sólo eso: se instauró el 7 de septiembre como el de la Fiesta Tradicional que promueve esa práctica.

La medida la tomó el alcalde de Nasca, Oscar Elías Lucana, quien argumentó que la pelea de gallos es “un espectáculo de viejas tradiciones que apasiona a todos los grupos sociales”, siendo “el gallo de combate catalogado como un ave doméstica y amparada por la Unesco, como trabajo del hombre, y se debe velar por su cuidado y continuidad”.

La polémica resolución se produce en medio del intento de movimientos animalistas del Perú de prohibir la actividad, tras el pedido de una ciudadana de declarar inconstitucional una disposición complementaria a la Ley de Protección y Bienestar Animal del Perú, por la cual se “exceptúa” de la ley “la corrida de toros, peleas de gallos y demás espectáculos declarados de carácter cultural”.

Pero apoyándose en la ley, los “galleros” (así se llama a quienes practican las peleas de gallos) protestaron el mes pasado en la ciudad peruana de Arequipa, para manifestarse en contra de la iniciativa, usando palabras no muy tolerantes:

Aunque algunas personas consideran a esta como una tradición cultural, lo cierto es que en los últimos años avanzaron las legislaciones en distintos países para prohibirla. Por ejemplo, en Estados Unidos están prohibidas en los 50 estados, y el último en hacerlo fue Louisiana, hace doce años.

Puerto Rico, territorio libre asociado, sancionó una ley para prohibir las riñas de gallos en diciembre pasado, pero no sin resistencia: este mismo mes un grupo de legisladores viajó a Washington para pedirle al Congreso que revierta la prohibición de lo que consideran un “deporte de caballeros”.

En México, el estado de Veracruz prohibió las peleas de gallos, pero en Hidalgo una propuesta similar también se ha encontrado con el rechazo de al menos un diputado.

Más allá de consideraciones sobre el maltrato animal, se trata, además, de un negocio lucrativo. Según la Sección Nacional de Criadores de Aves de Combate de México existen 50 millones de ejemplares de gallos de pelea en México en una industria que mueve 3,5 millones al año.

La Organización de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés), la mayor organización del mundo que defiende los derechos de los animales, considera que este es “un deporte sangriento” que conlleva una “crueldad contra los animales”, y que además se relaciona con las “apuestas ilegales”.

“Se coloca a los gallos en un ring y son obligados a pelear a muerte para la ‘diversión’ de sus espectadores”, cuestiona PETA.

Y tú, ¿qué crees de las peleas de gallos? ¿Es una tradición cultural o deberían prohibirse?