Se cierra el mercado de traspasos de la NBA y el Heat sorprende al no traer a nadie

Pues sí. El mercado de la NBA llegó a su fecha de cierre y el Heat se quedó sin comprar.

Casi todos los equipos de la liga hicieron sus movimientos según sus necesidades, pero el equipo de Miami, uno de los más necesitados, no movió un dedo porque no se puede contar como tal el envío del centro Dewayne Dedmon a los Spurs de San Antonio.

Jimmy Butler y Bam Adebayo se quedaron sin la ayuda que necesitaban porque con Tyler Herro , el grupo de jugadores no “drafteados’’ y sin hombres grandes no se va a ninguna parte.

La esperanza es que le compren el contrato a un buen jugador como Russell Westbrook o John Wall, pero incluso así el equipo ya tiene en Kyle Lowry a un armador veterano.

La Nación Heat se quedó helada con la inamovilidad de la franquicia y todas las miradas apuntan al presidente Pat Riley, sin importar que esto sea un negocio y como tal el dinero importa, pero para los demás equipos también.

¿Y no será que se ha magnificado la figura de Riley cuando en verdad es uno más?

No puede ser que el Heat de los tres campeonatos tenga solo tres buenos basquetbolistas, más este grupo de jugadores no “drafteados’’ que, si bien se entregan en defensa, son una moneda al aire en el ataque.

Jugadores de dos vías convertidos primero en contratos regulares y luego en titulares como Gabe Vincent, Max Strus, Caleb Martin, Haywood Highsmith, y por último, casi con total seguridad, Orlando Robinson.

En verdad no es lo que se espera del equipo por no hablar de los ausentes (lesionados) Duncan Robinson y Omer Yurtseven, quienes tampoco fueron elegidos en el draft y pasaron el mismo proceso.

Este miércoles, ante los Pacers, el banco de Miami lo completaban Jamaree Bouyea (contrato de 10 días), Jamal Cain (contrato de dos vías) y el eterno Udonis Haslem.

Mientras Lowry, cuya apuesta por Miami salió mal, no estaba siquiera en la Arena.

Pero más allá de eso, el Heat hoy no tiene hombres grandes que ayuden a Adebayo para poder garantizar el éxito.

La última vez que Miami alcanzó una final fue en el 2020 cuando junto a Adebayo estaban Kelly Olynyk y Meyer Leonard.

Luego ni con Jae Crowder ni con PJ Tucker llegaron muy lejos en las siguientes temporadas.

Antes, en el 2006, fueron campeones con Shaquille O’Neal y un joven Haslem, mientras en el 2012 y 2013 consiguieron el título con Chris Bosh y LeBron James, junto a un gran Shane Batier. Nada que ver con lo que ocurre hoy.

El verdadero acierto de Riley fue elegir a Dwyane Wade en el Draft 2003.

D-Wade fue el que atrajo, primero a Shaq, y luego al Big Three. Incluso fue el que reclutó a Butler cuando jugaba en Chicago.

El presidente del Heat, que sí participó y por ello se llevó el aplauso en las anteriores contrataciones, no volvió a dar en el blanco hasta el draft del 2017 con Adebayo y el del 2019 con Herro.

Riley seguro estará haciendo lo que él considera mejor para la franquicia, pero la sensación es que que su jubilación está hoy más cerca que nunca.

La lista de intentos fracasados es más larga con Kevin Durant, Giannis Antetokounmpo, Gordon Hayward, Bradley Beal, Kawhi Leonard, por no hablar de los que se han escapado como LeBron James, Crowder, Turker y hasta el propio Wade.

Y ni comentar de los fracasos con Michael Beasley, Dion Waiters y Hassan Whiteside, entre otros.

Al final Lowry se quedó después de estar en todas las papeletas para irse y tal vez tenga gran parte de culpa su amigo Butler, quien cabildeó para que se quedara.

“Ese es mi chico y lo amo hasta la muerte. No sé que va a pasar, pero amo a Kyle como jugador de la NBA y como ser humano”, expresó Butler tras el triunfo 116-111 ante los Pacers el miércoles.

“Quiero jugar con Kyle, pero eso está fuera de mi control y fuera de su control”.

Pero la vida sigue y este viernes el Heat (6to con 30-25), con los mismos hombres del miércoles, se enfrenta a los Rockets de Houston (7:30 p.m. TV: Bally Sun) en el Miami-Dade Arena, en su batalla particular por luchar por el campeonato.

Al fin y al cabo lo último que se pierde es la esperanza.