Científicos observan la potente llamarada gigante de un magnetar en el exterior de la Vía Láctea

Científicos observan la potente llamarada gigante de un magnetar en el exterior de la Vía Láctea

Los científicos observaron una explosión repentina proveniente de un objeto extraño en una galaxia cercana.

Los investigadores creen que la explosión debe ser la llamarada gigante que surge de un magnetar, una especie de estrella de neutrones. Ofrece la oportunidad de estudiar un evento increíblemente raro y podría ayudar a explicar otros tipos de actividad inusual en el universo.

Estas llamaradas gigantes son tan inusuales que solo hemos visto tres en nuestra galaxia y en la cercana Gran Nube de Magallanes en los últimos 50 años. Verlas desde más lejos no es tan fácil porque es complicado saber de dónde vienen.

Esas llamaradas gigantes pueden ser increíblemente poderosas. En 2004, una de ellas nos impactó desde una distancia de 30.000 años luz, pero aun así pudo afectar la atmósfera terrestre.

A finales del año pasado, el satélite INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea detectó lo que parecía ser una explosión en parte del cielo. Durante solo una décima de segundo, el cielo se iluminó con una explosión de rayos gamma energéticos.

Los astrónomos de todo el mundo recibieron una alerta urgente sobre el evento, que llegó solo 13 segundos después. Demostró que procedía de la galaxia M82, que está relativamente cerca, a 12 millones de años luz de distancia.

“Nos dimos cuenta de inmediato de que se trataba de una alerta especial. Los brotes de rayos gamma provienen de lugares lejanos y de cualquier lugar del cielo, pero este brote provino de una galaxia brillante cercana”, explicó Sandro Mereghetti del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF-IASF) en Italia, quien dirigió el trabajo del nuevo estudio.

Los investigadores se apresuraron a examinar la ubicación de la explosión, esperando poder ver las ondas gravitacionales, el brillo de los rayos X y la luz que normalmente quedan cuando dos estrellas de neutrones chocan.

Pero solo pudieron ver estrellas y gas caliente. No se veían rayos X ni señales luminosas, ni ondas gravitacionales.

Tras la observación, los investigadores teorizaron que la señal provenía de un magnetar, una especie de estrella de neutrones con un campo magnético particularmente poderoso. Lanzan llamaradas, que a veces son enormes, pero muy rara vez.

Es la primera confirmación sólida de que una llamarada de magnetar de este tipo proviene de fuera de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Proviene de M82, una galaxia brillante que forma estrellas en un proceso de agitación en el que nacen y rápidamente viven vidas violentas que terminan en una estrella de neutrones.