Champions League: Hansi Flick ajustó las piezas de Bayern Munich, la máquina que Barcelona verá venir de frente

Las piezas de la máquina que Barcelona verá venir de frente este viernes en el estadio lisboeta Da Luz fueron ajustadas por Hans-Dieter Flick, un entrenador de bajo perfil, de aire circunspecto, formado en el análisis exhaustivo del fútbol como exasistente técnico de Jürgen Klinsmann y Joachim Löw durante ocho años (2006/14) en el seleccionado alemán, período en el que la Mannschaft experimentó una evolución hacia un juego más asociado y con preeminencia técnica, coronado por el título mundial en 2014.

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Por la gestión de Hansi Flick, Bayern Munich llega al Súper 8 de Portugal, donde se disputarán, desde los cuartos de final, los siete partidos que definirán esta inédita Champions League en tiempos de pandemia, como el equipo en mejor forma de Europa.

No se recuerda que Barcelona haya afrontado en la última década una eliminatoria en la que la condición de favorito esté más volcada hacia al rival. La ecuación se da por la imagen de conjunto desgastado que transmite el Barça, que más que nunca se agarra al talento de Lionel Messi para no cerrar una temporada decepcionante, y por la exuberancia del múltiple campeón de la Bundesliga.

El tanque europeo que normalmente es el Bayern fue potenciado por Flick, un director técnico que en la primera semana de noviembre había asumido de manera provisional, por cuatro partidos, para cubrir la emergencia por el despido de Niko Kovac, y en abril firmó contrato hasta 2023. La opción de ir por Thomas Tuchel pronto se desvaneció. Flick enseguida se ganó la aprobación y la confianza de los dirigentes, entre los que figuran viejas glorias del club. Hansi conoce la idiosincrasia del gigante teutón desde su época de discreto volante, entre 1985 y 1990, con 104 partidos, entre los que está la final de la Copa de Europa 1987 que Bayern perdió 2-1 ante Oporto. Las fotos de esa definición retratan a Flick sobre la línea del arco, sin poder evitar el golazo de taco del argelino Madjer.

El último 25 de febrero, un día después de que Flick cumpliera 55 años, mientras el plantel cenaba en Londres tras golear 3-0 a Chelsea en la ida de los octavos de final, el director deportivo Karl-Heinz Rummenigge lo sorprendió con un regalo que venía dentro de una caja. "Con esta lapicera a veces se firman contratos en Bayern", le anticipó en el salón comedor el exdelantero subcampeón del mundo en México 1986. Más adelante, Rummenigge hizo público su reconocimiento hacia Flick: "Bayern está muy satisfecho con su trabajo. Bajo su dirección, el desarrollo deportivo es excelente, tanto por la calidad de nuestro juego como por los resultados obtenidos".

Lewandowski, goleador de la Champions League, con 13 tantos

Flick era asistente de Kovac, al que lo condenaron algunos resultados -Bayern ocupaba el 4° puesto al cabo de la 10ª fecha de la Bundesliga- y un estilo de juego gris, poco convocante y atractivo. Una derrota por 5-1 ante Eintracht Frankfurt fue su sentencia. Asumió Flick y se puso en marcha una revolución ofensiva. Su gestión suma 30 victorias, un empate y dos derrotas en 33 encuentros oficiales entre Bundesliga, Champions League y Copa de Alemania. Bayern convitió 104 goles (3,15 por encuentro de promedio) y recibió 24 (0,72). Solo en un encuentro no marcó (0-0 ante Leipzig). La temporada local terminó con el doblete Bundesliga-Copa Alemania, el decimotercero en la historia. Por primera vez, el equipo bávaro ganó los seis partidos de la etapa de grupos de la Champions, una racha positiva que se extendió con un global de 7-1 sobre Chelsea por los octavos de final.

Desde su época en el seleccionado, Flick tenía conocimiento y una buena llegada a Neuer, Boateng, Kimmich y Müller. Detrás de su formalidad pública, el entrenador es cercano y afable con sus jugadores, con quienes suele charlar de asuntos familiares antes de comenzar las prácticas. Su buen trato y cordialidad le evitan la disconformidad de nombres pesados que no son titulares, como el caso del brasileño Philippe Coutinho: "Flick nos hace sentir a todos importantes. Entendemos su manera de entrenar y jugar, por eso las cosas están saliendo bien".

Con el mismo material que Kovac, Flick hizo algunos retoques y, fundamentalmente, trabajó en la mentalidad ofensiva. Corrió a Alaba del puesto de lateral al de zaguero para consolidar en el carril izquierdo a Alphonso Davies, canadiense de 20 años, dueño de una velocidad y potencia que abren surcos en ataque, aunque por su formación de base de mediocampista ofrece facilidades en defensa.

Kimmich pasó a dirigir las acciones en el centro del campo y Müller, dentro de un juego de posición, con Gnabry, Coman o Perisic para ocupar los extremos, es un espíritu libre. No tiene ubicación fija en su función de media-punta que aparece por sorpresa. Müller elogió a Flick con una comparación: "La última vez que nuestro juego estuvo tan estructurado y ordenado fue con Guardiola. Cada uno tenía que cubrir una posición determinada". Una baja importante frente a Barcelona será la del lateral derecho francés Pavard, por lo cual Kimmich pasaría a esa ubicación, que ya conoce.

Lewandowski, que hace goles con todos los entrenadores, elevó su eficacia. Por la Bundesliga hizo 34, su cifra más alta en la década que lleva en el fútbol alemán entre Borussia Dortmund y Bayern. Ciro Immobile le arrebató el Botín de Oro europeo con los 36 que marcó para Lazio. El polaco sumó seis por la Copa de Alemania y seguramente los 13 que registra en la Champions le alcanzarán para ser el máximo anotador.

Cuando la pandemia permitió reanudar la actividad, Bayern también sorprendió por su poderío físico, sustento para darle intensidad al control de la pelota. Levantada la veda, el equipo ganó los 12 partidos oficiales que disputó, no dejó ni las migas.

Para la próxima temporada ya fue incorporado el extremo Leroy Sané, procedente de Manchester City. Flick incrementó su cuota de poder en la conformación del plantel. Le hizo ver a los dirigentes la necesidad de retener a Thiago Alcántara y avaló la renovación de contrato de Alaba.

En la temporada pasada, con Kovac, Bayern fue eliminado por el campeón Liverpool en los octavos de final. En este curso puede igualar el triplete que consiguió Jupp Heynckes en 2013, justo cuando ya tenían arreglada la llegada de Guardiola. El paso siguiente hacia ese objetivo es demostrar que es superior a Barcelona, como lo sugiere la actualidad de ambos. Cuando lo consultaron por Messi, Flick respondió con la ortodoxia alemana: "No podemos simplemente mirar a Messi. El Barça tiene otros jugadores de gran calidad, tenemos que centrarnos en todos los jugadores, como lo hicimos contra el Chelsea".