Cenizas al espacio, el futuro de la industria fúnebre

Lanzamiento de un cohete de la firma privada Space X, de Elon Musk. (Getty)
Lanzamiento de un cohete de la firma privada Space X, de Elon Musk. (Getty)

Pablo Scarpellini – Los Angeles, Estados Unidos – @pscarpe
Antes era el mar. Ahora es el espacio. La industria fúnebre parece estar avanzando con timidez pero sin pausa hacia un futuro en el que esparcir los restos de los seres queridos más cerca de las estrellas sea una posibilidad tan común como los ataúdes reposando en los cementerios. Son varias las compañías que se están posicionando ante ese presunto jugoso pastel dentro de una industria que cada año factura 17.000 millones de dólares.

El pasado mes de mayo, Elyssium, una ‘start up’ en San Francisco con tan solo cinco empleados, agitó el debate al anunciar su acuerdo con Space X, la empresa espacial del fundador de Tesla y SolarCity, Elon Musk, para usar sus cohetes con el fin de hacer llegar las cenizas hasta el exterior del planeta.

La empresa fundada por Thomas Civeit describe su operación como un “vuelo espacial memorial” que será enviado al espacio dentro de un cohete Falcon 9 de SpaceX durante 2017, y que ya cuenta con 100 clientes a razón de 2.500 dólares cada uno.

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Parece asequible, aunque no lo es tanto si se tiene en cuenta que lo que se envía es un gramo de los restos del ser querido y no toda la urna. Eso, según explica Civeit, costaría un millón de dólares, más o menos. Aún así, este francés ex empleado de la NASA cree que hay mucho futuro en este mercado.

– Un ritual diferente –

“Es una oportunidad para las familias de recordar a los suyos de una forma distinta”, explica, en pleno momento de transición del entierro clásico a la cremación. Civait asegura que el cambio se ha ido produciendo de forma paulatina en los últimos 50 años y que la industria se ha tenido que adaptar.

La gente cada vez pide menos el funeral tradicional y opta por algo que conecta más con la vida de la persona. El espacio implica la poesía de la noche, las estrellas, el misterio de lo que yace ahí fuera, y por eso está aumentando la demanda”, dice.

Elon Musk, durante una conferencia. (Archivo – Getty)
Elon Musk, durante una conferencia. (Archivo – Getty)

Su plan pasa por hacer firmar un contrato a cada cliente por el que reciben un kit con una cápsula en la que depositan esa pequeña cantidad de cenizas. Se envía de vuelta a Elysium y viaja junto con las otras 100 cápsulas —al menos de momento.

Una vez lanzado, el cohete orbita “de manera pacífica” durante dos años alrededor de la Tierra hasta que entra de nuevo en la atmósfera y se desintegra. “Creo que, tras el anuncio de Space X, tendremos unas 200 personas para el cohete, que a futuro confiamos en que salga cada tres meses al espacio”.

– Poca gente conoce la nueva opción –

Civait cree que si no hay más gente apuntada es porque no se conoce lo suficiente esta opción. “Creemos que hay mucho espacio para la expansión”, en un momento en el que en EEUU se creman más de un millón de personas al año y en plena fase de exploración de mercados como Japón, donde apenas hay entierros y la conexión con la naturaleza y las estrellas es muy poderosa. Solo en país del sol naciente se incineran un millón de personas al año, tantas como en la primera potencia mundial.

Es una tendencia al alza por varios factores que implican religión, familia y, en especial, dinero. El precio promedio de un entierro a la vieja usanza —y de acuerdo a la tradición católica— es de 6.500 dólares, incluyendo los 2.000 dólares de un ataúd, un coste que puede incrementarse por las tarifas posteriores de los cementerios.

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Con la cremación, toda esa carga financiera y burocrática desaparece en favor de una urna y la opción de esparcir los restos por uno o varios lugares. De acuerdo a los expertos, antes las familias optaban por un solo punto geográfico y una sola ceremonia de despedida. Ahora, son muchos los que deciden repartir los restos por varios lugares dependiendo de las conexiones de esa persona. Mar, montaña, diferentes países. El mercado parece no tener límite ni falta de creatividad.

Un buen ejemplo, es una compañía en Florida, Eternal Reefs, que desde hace años fabrica unas urnas de cemento donde se pueden depositar la urna con cenizas y otros recuerdos del ser querido antes de sumergirlo en el fondo del mar. Además, la forma de las cápsulas submarinas tiene un diseño especial para favorecer la vida en el océano en un momento de acidificación de los océanos por el calentamiento global.

Elysium, que compite con empresas como Celestis en esta nueva carrera espacial, pretende ser parte de la ecuación. “Nosotros no somos el producto final sino un proceso adicional, algo simbólico que estoy seguro de que va a hacer feliz a muchas familias. El espacio es caro y con el paso del tiempo se irá abaratando, haciendo posible que más personas se apunten a la experiencia”, concluye Civait.

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