El Día del Preceptor se celebra en la Argentina todos los 19 de septiembre, en una fecha que busca exaltar la figura de este personal no docente, vital para el funcionamiento de las escuelas.

Aunque no existe un motivo específico para la elección del Día del Preceptor, este se enmarca en septiembre, que es el “Mes de la Educación” en el país. Por eso, en el noveno mes del año se celebran fechas alusivas a ella como el Día del Estudiante (el próximo 21 de septiembre), el Día del Maestro (el 11 de septiembre), y otras efemérides como el Día del Psicopedagogo (17 de septiembre), el Día de la Secretaria o Secretario de Escuelas (4 de septiembre), el Día Internacional de la Alfabetización (8 de septiembre) y el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios (16 de septiembre).

Por eso, en este día especial, se busca dar a conocer las diferentes disciplinas que emplean dentro y fuera del aula los preceptores, que requieren tareas pedagógicas y administrativas. Su figura es importante, ya que instruye y acompaña a los alumnos en el día a día. Asimismo, en muchos casos pueden aplicar sanciones cuando es necesario. Pero reducir su trabajo a eso sería injusto con todas las funciones que ejercen los preceptores, que hoy son celebrados.

Cuáles son las funciones de un preceptor

Como se mencionó, esta figura acompaña a los estudiantes durante todo su paso por la escuela, hasta que egresan. Se encargan de velar por el aprendizaje, la asistencia y el cumplimiento de las normas educativas. Asimismo, asisten a los docentes con el fin de acercarlos al alumnado. Algunas de las tareas que llevan a cabo son:

• Velar por generar acuerdos y estabilidad de convivencia colectiva dentro y fuera del aula, para todos los alumnos.

• Realizar tareas pedagógicas con relación a los alumnos y a sus grupos familiares, estableciendo una comunicación continua.

• Controlar el horario de ingreso y egreso de los alumnos, recreos, traslados, salidas, retiros y situaciones extraordinarias, con el consentimiento de las familias.

• Promover el desarrollo y la curiosidad académica de los estudiantes, motivándolos a mejorar su desempeño y comprometerse con su educación.

• Dar a conocer las normas de convivencia, vestimenta, asistencia y de conducta a todos los alumnos, con el fin de que sean cumplidas.

• Asistir a aquellos alumnos que lo requieran, notificar a las autoridades sobre situaciones que sean consideradas como alarmantes o que requieran una observación adicional.

• Facilitar la comunicación entre el cuerpo directivo de la institución, con alumnos y padres.

• Ayudar a los docentes, de ser necesario, a resolver situaciones conflictivas, asignar sanciones necesarias o generar unidad y consenso en el alumnado.

• Respetar las normas académicas de la institución a la que permanezcan.

• Brindar un espacio seguro a los alumnos para que puedan expresarse con libertad y respeto.

• Presentar mecanismos de apoyo y seguimiento, tanto de los aprendizajes, como de situaciones pertinentes del alumnado que requieran ser observadas.

• Instruir a los alumnos a adoptar conductas de integración social a todos sus compañeros, promoviendo la solidaridad y la equidad.