Cate Blanchett insta a la UE a "devolver la humanidad al centro y al corazón" de la política de asilo
"Dentro de diez años, la gente seguirá ahogándose en nuestras costas a menos que algo cambie", ha dicho la actriz australiana, recordando el naufragio cerca de Lampedusa que dejó más de 360 migrantes muertos en 2013 y otros incidentes similares ocurridos desde entonces.
"Las situaciones complejas requieren soluciones complejas. Requieren diálogo. Requieren colaboración, no frases hechas ni eslóganes. Encontrar soluciones sostenibles en los países de origen, tránsito y destino es el único camino."
La ganadora de dos Oscar ha hablado el miércoles por la tarde en calidad de Embajadora de Buena Voluntad de ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, invitada por la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola. Ambas mantuvieron una reunión bilateral antes de dirigirse al hemiciclo de Bruselas, donde Blanchett ha hablado durante más de 20 minutos bajo la atenta mirada de los eurodiputados y de la abarrotada galería de visitantes, que interrumpieron repetidamente su intervención con aplausos.
"En todo el mundo, los desplazamientos forzosos han superado ya la sombría cifra de 114 millones de personas. Muchos de los atrapados en esta vorágine han realizado viajes increíblemente peligrosos en busca de un lugar seguro", ha dicho Blanchett.
"Hacer frente a los retos que plantean los desplazamientos forzosos y los movimientos mixtos requiere unidad, cooperación internacional, recursos y un trabajo paciente y compasivo para abordar las múltiples y superpuestas razones por las que la gente se desplaza" fuera de sus países.
Basándose en los testimonios de los refugiados que ha conocido en sus viajes como Embajadora de Buena Voluntad, la actriz ha pedido a los legisladores que se pusieran en la piel de quienes huyen de "experiencias catastróficas" en sus países de origen y arriesgan sus vidas para llegar a un puerto más seguro, a pesar de saber que sus posibilidades de supervivencia son evidentemente escasas.
Su llamamiento a la bondad y la empatía ha adiquirido un significado especial con el telón de fondo de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, que ha mencionado brevemente.
"En palabras del poeta Warsan Shire, nadie abandona su hogar a menos que su hogar sea la boca de un tiburón. Hay que entender que nadie mete a sus hijos en un barco a menos que el agua sea más segura que la tierra", ha apuntado.
A continuación, Blanchett ha instado a los eurodiputados a utilizar su poder como representantes públicos para defender el espíritu de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y desmentir los "peligrosos mitos" que alimentan "demasiado miedo y hostilidad", en referencia a las afirmaciones frecuentemente utilizadas por los políticos de línea dura para infundir en los votantes una sensación de amenaza e inseguridad.
El argumento de que acoger a refugiados exige "demasiados recursos" del Estado, presiona los mercados laborales y socava los valores tradicionales no sólo muestra un "déficit monumental de compasión", sino también un "desprecio por la historia", ya que Europa ha sido históricamente "atravesada" por personas que huían de guerras, pogromos y otras formas de persecución.
"Como representantes del pueblo europeo, les ruego que recuerden a sus electores que los países de renta baja y media acogen a la inmensa mayoría, casi el 90% de todos los desplazados forzosos", ha dicho Blanchett, dirigiéndose directamente a los eurodiputados presentes.
"Llévenles este mensaje. Desafíen las falsas afirmaciones que, en última instancia, sólo generarán divisiones en nuestras propias comunidades. Buscar chivos expiatorios suele conducir a la violencia y el malestar".
En lo que quizá fue el momento más político del discurso, Blanchett ha denunciado la "dañina" política de "externalización", término que describe los esfuerzos de los países occidentales por externalizar sus responsabilidades en materia de asilo a países vecinos y, en algunos casos, lejanos.
El país de origen de Blanchett, Australia, aplicó durante años una política migratoria basada en mantener a los migrantes en condicion de irregularidad encerrados en centros de detención en islas de ultramar, a menudo durante periodos muy largos. El sistema, ahora en suspenso, fue duramente criticado por expertos de la ONU y ONG humanitarias por abusivo y punitivo.
Pero en los últimos años, otras naciones ricas han anunciado planes similares, como el plan del Reino Unido con Ruanda, que sigue atascado en una batalla legal, y el novísimo plan de Italia con Albania, anunciado hace sólo dos días.
"Como australiana, puedo decirles que aprendimos por las malas el devastador tormento físico y mental que sufrieron los refugiados al ser acorralados en alta mar. El daño psicológico a quienes los custodiaban, los miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes malgastados en un enfoque ahora desacreditado y en gran medida abandonado", ha dicho Blanchett.
"Y permítanme decir a la vergüenza y el pesar resultantes que muchos de mis compatriotas australianos sienten ahora en torno a estas políticas ineficaces e inhumanas".
El discurso ha culminado con una gran ovación de los eurodiputados y visitantes.
Ampliamente considerada como una de las mejores actrices del siglo XXI, Blanchett es conocida por su imponente presencia en la pantalla, su versatilidad y su afición a asumir personajes desafiantes en películas de autor. Su extenso catálogo de interpretaciones aclamadas por la crítica incluye Carol, de Todd Haynes; Nightmare Alley, de Guillermo Del Toro; El curioso caso de Benjamin Button, de David Fincher; y Babel, de Alejandro González Iñárritu; así como sus oscarizados papeles en El aviador, de Martin Scorsese, y Blue Jasmine, de Woody Allen.
El elogiado papel de Blanchett como Lydia Tár, la imperiosa directora de la Filarmónica de Berlín cuyos pecados pasados provocan una espectacular caída en desgracia, le valió este año su octava nominación al Oscar.