Caso Kate Middleton: qué hay detrás de las teorías conspirativas sobre la supuesta desaparición de la princesa

Kate Middleton
Kate Middleton

NUEVA YORK.- Kate Middleton ha sido un imán para los rumores durante mucho tiempo: ¡le exigió a una galería de arte que retirara un retrato real! ¡Se separó de su marido! ¡Cambió su peinado para distraer la atención de los rumores de embarazo! ¡Ella no fue la que dio a luz a su hija!

Este año, las especulaciones se han intensificado. Middleton —ahora princesa de Gales— se ha mantenido fuera del ojo público desde Navidad. El palacio de Kensington dijo que se estaba recuperando de “una operación abdominal programada” y que era poco probable que pudiera reanudar sus funciones reales sino hasta después de la Semana Santa. A los teóricos de la conspiración se les ocurrieron otras ideas más siniestras. La única explicación para la larga ausencia de la futura reina, argumentaban, era que estaba desaparecida, moribunda o muerta, y que alguien estaba tratando de encubrirlo.

“KATE MIDDLETON PROBABLEMENTE ESTÁ MUERTA”, se leía una publicación en X, con el texto flanqueado por emojis de calaveras y gritos.

Con su muerte inventada, la princesa se une a una serie de celebridades y personajes públicos —desde el presidente Joe Biden hasta Elon Musk— que en los últimos meses han sido declarados clones, dobles, avatares generados por la inteligencia artificial o personas diferentes a las que son.

Para muchos de los individuos que difunden estas falsedades, se trata de una diversión inofensiva: una investigación casual que solo dura unos pocos clics, una mina de oro para los generadores de memes. Otras personas, sin embargo, dedican “horas incontables” a la búsqueda, siguiendo a otros escépticos por la madriguera del conejo y exigiendo que las celebridades den pruebas de vida.

Sea cual sea la motivación, lo que perdura es el deseo de cuestionar la realidad, afirman los expertos en desinformación. Recientemente, a pesar de las numerosas e incontrovertibles pruebas que dicen lo contrario, el mismo sentimiento de sospecha ha permeado en las conversaciones sobre las elecciones, la raza, la salud y el clima.

Una buena parte de internet ahora está en desacuerdo sobre hechos básicos, un fenómeno que ha sido exacerbado por la intensificación de la polarización política, la desconfianza en instituciones como los medios de comunicación y el mundo académico, así como el auge de la inteligencia artificial y otras tecnologías que pueden deformar la percepción de la verdad.

Kate Middleton
Kate Middleton - Créditos: @revistavanityfair,es

En un entorno así, las teorías de conspiración sobre los famosos se han convertido en una forma de tomar el control de “un momento realmente precario, aterrador e inquietante”, dijo Whitney Phillips, profesora adjunta de ética de los medios de comunicación y las plataformas digitales en la Universidad de Oregón.

“La oscuridad que está caracterizando a nuestra política se va a meter incluso en las especulaciones más inocentes. Simplemente habla de una sensación de inquietud en el mundo”, añadió.

La historia de la cultura pop está plagada de alegaciones post mortem que afirman que personas famosas que han muerto (como Elvis y Tupac) siguen vivos. Ahora ocurre lo contrario.

En las últimas semanas, un debate frenético en internet alegaba que Kate estaba muerta o incluso en un coma inducido, un rumor que el palacio califico como “ridículo”. Los detectives de internet declararon que las fotos de Kate en las que se le ve en automóviles en compañía de su madre o su marido eran en realidad de otra mujer que no tenía los lunares faciales de la princesa.

Kate Middleton, princesa de Gales, en el asiento del pasajero en el auto conducido por su madre, Carole Middleton, el 4 de marzo de 2024
Kate Middleton, princesa de Gales, en el asiento del pasajero en el auto conducido por su madre, Carole Middleton, el 4 de marzo de 2024

La semana pasada, el palacio desató más teorías con una imagen del Día de la Madre de la princesa con sus tres hijos. Inconsistencias en la ropa y el fondo de la imagen inspiraron rumores de que el retrato había sido tomado de fotos antiguas para tratar de ocultar el verdadero paradero de la futura reina. Cuando Kate se disculpó por haber editado la imagen, la etiqueta #WhereIsKateMiddleton (dónde está Kate Middleton) se extendió por las redes sociales.

Otro video de Kate y su marido en una tienda en días recientes fue analizado a detalle por los teóricos de la conspiración, que decían que ella se veía demasiado borrosa, demasiado sana, demasiado delgada, con el cabello demasiado plano, y que estaba demasiado desprotegida por los guardaespaldas para realmente ser la princesa. Esta semana, después de que empezó a circular un video en el que se veía la bandera de la Unión a media asta en el palacio de Buckingham, los usuarios de las redes sociales interpretaron las imágenes como una señal de que la princesa o el rey Carlos III, diagnosticado con cáncer, habían muerto. El video resultó ser de un edificio de Estambul en 2022, tras la muerte de la reina Isabel II.

Los videos reciclados, las imágenes falsas que se generan de manera sencilla por computadora, la reticencia general de la mayoría del público para verificar afirmaciones que pueden ser fácilmente desacreditadas e incluso los esfuerzos de desinformación desde el extranjero pueden contribuir a sembrar dudas sobre la existencia o la independencia de las celebridades. Hay rumores de que Joe Biden es interpretado por varios actores enmascarados, entre ellos Jim Carrey. Musk es uno de los 30 clones que existen, según el rapero Kanye West (de quien a menudo se dice que es también un clon). El año pasado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se enfrentó durante una rueda de prensa retransmitida en directo a una versión de sí mismo generada por la inteligencia artificial que le preguntaba por sus supuestos dobles.

Los vistazos dentro de la vida de los famosos eran antes cuidadosamente seleccionados y restringidos mediante un conjunto limitado de medios de comunicación, afirmó Moya Luckett, historiadora de los medios de comunicación de la Universidad de Nueva York. Pocos personajes públicos se han enfrentado al revuelo que causó Paul McCartney en 1969, cuando circuló el rumor de que el Beatle había muerto años antes y que había sido sustituido por un doble. Las supuestas pruebas —letras de canciones reveladoras y mensajes secretos en las pistas escuchadas al revés en las canciones de los Beatles— cautivaron tanto al público que McCartney asistió a varias entrevistas y sesiones fotográficas para comprobar su presencia en el mundo de los mortales.

Hoy en día, los contenidos sobre los famosos están disponibles de forma generalizada y constante. La participación pública es una parte crucial (y a menudo solicitada) del aparato publicitario; la privacidad, no tanto. La realidad se retoca y se pasa por filtros, lo que permite que algunos personajes públicos parezcan eternamente jóvenes, al mismo tiempo que despierta sospechas irracionales sobre aquellas personas que no se ven así.

Cuando los fans creen que un famoso está en apuros, resolver el caso se trata de una actividad de unión comunitaria nacida de “un sentido de derecho disfrazado de preocupación”, explicó Luckett. Llama a esta práctica “troleo por preocupación”.

“Se trata de querer controlar cómo me responde esta persona, de querer formar parte de su historia: ya he agotado toda la información que había, y ahora necesito más”, indicó, señalando que un impulso similar anima la actual obsesión por los relatos de crímenes reales. “No creo que necesariamente quieras rescatar o ayudar”.

Britney Spears
Britney Spears

Britney Spears, recién salida de una tutela restrictiva, compartió el año pasado una serie de publicaciones sin filtro y a menudo excéntricas que algunos fans interpretaron como pruebas de que había sido sustituida por una doble.

Los llamados Britney truthers analizaron lo que consideraban discrepancias en los tatuajes de Spears, los espacios entre sus dientes y el color de sus ojos. En un foro, un hilo titulado “¡La clonaron!” recibió casi 400 comentarios. Una etiqueta popular transformó una de las letras más conocidas de Spears en #itsbritneyglitch, que apareció junto con alegaciones de que un imitador estaba utilizando un filtro de inteligencia artificial para imitar a la cantante en internet.

Spears, quien fue filmada en Las Vegas este año, ha rechazado en varias ocasiones las falsedades sobre su defunción o sus roces con la muerte. “Me revuelve el estómago que sea legal que la gente se invente historias de que casi me muero”, escribió en Instagram en febrero del año pasado. Unos meses después, publicó (y luego borró): “¡¡¡Gente, no estoy muerta!!!”. People la citó en octubre diciendo: “No más conspiración, no más mentiras”.

Los vendedores de teorías de la conspiración no son necesariamente creyentes: algunas de las principales voces detrás de las mentiras sobre el fraude electoral han admitido ante las cortes que sus afirmaciones eran falsas. Ed Katrak Spencer, profesor de culturas digitales en la Universidad Queen Mary de Londres, sugirió que intentar desenmascarar públicamente a una celebridad falsa puede resultar divertido.

Este mes, una vieja teoría de la conspiración sobre la cantante Avril Lavigne resurgió en un pódcast humorístico de la cómica Joanne McNally, quien tituló su primer episodio como “What the Hell” (Qué diablos). La afirmación —que Lavigne murió y fue suplantada por un doppelgänger— se originó en un blog brasileño llamado “Avril Está Morta”, o “Avril está muerta”, en donde, a su vez, se lee: “Qué susceptible es el mundo para creer en cosas, sin importar lo extrañas que parezcan”. En 2017, más de 700 personas firmaron una petición en línea presionando a Lavigne y a su doble a proporcionar “pruebas de vida”.

“Los fans son también intérpretes vocales, e internet y especialmente TikTok son plataformas para su actuación”, dijo Spencer. “Se trata más de la creación y la circulación de contenidos, con todo esto existiendo como una especie de escena. Se trata de la economía de la atención más que de otra cosa”.

Spencer, quien trabajó en artículos académicos sobre rumores relacionados con Beyoncé, sostuvo que era posible desarmar las teorías de la conspiración de celebridades. En 2020, un político de Florida acusó a la cantante de fingir su ascendencia negra “para darse a conocer” y dijo que en realidad era una italiana llamada Ann Marie Lastrassi que estaba coludida con un complot del Estado profundo que implicaba al movimiento Black Lives Matter.

Los seguidores de la cantante, conocidos como BeyHive, adoptaron “Lastrassi” como término cariñoso y lo incorporaron a los fanfics y a los tributos en línea. La propia Beyoncé ha abordado las afirmaciones de que ella y su marido, Jay-Z, pertenecen a una sociedad secreta en “Formation”, una canción en la que canta: “Y’all haters corny with that Illuminati mess” (ustedes, envidiosos trillados, con ese lío de los Illuminati).

“Todo vuelve a la cuestión de la autenticidad, y la crisis de confianza en la percepción de autenticidad de la gente”, insistió Spencer. “La gente cuestiona constantemente lo que ve”.

Por Tiffany Hsu