Caruaru vibra con su Fiesta de San Juan, una de las más largas y multitudinarias del mundo

Caruaru (Brasil), 12 jun (EFE).- Repican el triángulo, el bombo y el acordeón que dan ritmo al forró en cada esquina de Caruaru; y las calles de esta ciudad del noreste de Brasil se impregnan de los olores del churrasco y del maíz asado que emanan de cientos de puestos de comida abarrotados de gente: bienvenidos a la mayor fiesta de San Juan del mundo.

Las Fiestas Juninas o de São João son una tradición arraigadísima en todo el noreste de Brasil, pero en Caruaru han adquirido tal dimensión, que le permite a esta ciudad del interior del estado de Pernambuco reivindicarse como una de las capitales mundiales de la fiesta.

Una multitud de cuatro millones de personas llegadas de todo Brasil, según cálculos de la Alcaldía, inundan en mareas esta población de 400.000 habitantes, a lo largo de diez fines de semana seguidos, del 28 de abril al 1 de julio, en búsqueda de la versión más auténtica de la fiesta de São João.

En Brasil, las fiestas de San Juan exaltan el modo de vida rústico y la figura de los vaqueros y los campesinos, conocidos como "caipiras" (o "matutos", en Pernambuco), y se asocia a la culinaria y la música típica de la región noreste del país, en especial al forró.

Y no por casualidad, Caruaru luce el título oficioso de la "capital brasileña del forró".

EL FORRÓ, PIEZA CLAVE

El Alto do Moura, un barrio de talleres de artesanía de cerámica y de bares y restaurantes, es una de las zonas de Caruaru más agitadas y donde el forró anima la fiesta desde la mañana a la noche.

El pavimento adoquinado de la calle principal del Alto do Moura se convierte en una pista de baile cuando el forró suena a todo volumen desde los parlantes o bocinas de los restaurantes, donde los músicos se presentan en vivo en toda una competición de decibelios con los establecimientos vecinos.

Las tarimas de forró se multiplican por toda la ciudad y la Alcaldía incluso ha montado un escenario itinerante, que ha permitido llevar la fiesta a trece comunidades rurales, entre ellas la aldea de Juá, que queda a media hora de distancia del centro urbano, en una zona donde ni siquiera hay cobertura de celular.

Pero la fiesta, en pleno crecimiento y expansión, ahora no se limita al forró y aglutina a cerca de 1.200 artistas de muy diversos géneros musicales, desde el "sertanejo" -el "country" brasileño-, al rock.

El escenario principal recibe cada fin de semana a 80.000 personas con una estructura similar a la de los grandes festivales de música internacionales y tiene en su cartel de este año a artistas de renombre como Ivete Sangalo, la gran estrella del Carnaval de Salvador, y Gusttavo Lima, que se dio a conocer fuera de Brasil con 'Tchê tcherere tchê tchê'.

TRADICIONES CENTENARIAS

En torno al Patio de Eventos, todo remite al sabor de las Fiestas Juninas: los sombreros de paja, los farolillos de papel, las hogueras, los juegos tradicionales, las actuaciones de bailarines y de artistas que remiten a la vida rural de hace un siglo.

Una de esas tradiciones centenarias es la de los "bacamarteiros", unos soldados vestidos a la moda de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) que disparan sus escopetas al aire cada noche de fiesta.

En los puestos de comida se venden espetos de carne o pollo, y dulces a base de maíz, como pamonha, canjica o cural.

Para tomar, dos clásicos de las Fiestas Juninas: vino caliente y "quentão", una bebida caliente a base de cachaza; o cerveza bien fresca y la "caipirinha", el cóctel que no puede faltar en las fiestas de Brasil.

La gastronomía guarda un lugar superlativo en la fiesta, también por su tamaño.

A lo largo de los 65 días de fiesta se sirven cerca de 50 comidas típicas en ración gigante. Este fin de semana, la estrella ha sido un cuscús de maíz -otro de los platos típicos de la región- de 600 kilos.

RETORNO ECONÓMICO

Los números económicos de la fiesta son de igual tamaño.

La inyección económica en la ciudad alcanzará este año los 600 millones de reales (unos 125 millones de dólares/115 millones de euros), según las proyecciones más conservadoras de la Alcaldía.

Esto es fundamental para sostener a los bares y restaurantes, hoteles, el transporte o los artesanos de cerámica, que son uno de los atractivos de Caruaru, y beneficia de forma indirecta a la economía de toda la región, dijo a EFE el alcalde de la ciudad, Rodrigo Pinheiro.

"Son 65 días de eventos, más de 1.200 actuaciones diversas. El São João de Caruaru es uno de los principales festivales culturales del país. Proyectamos que cuatro millones de personas van a circular por la ciudad, diez veces la población de Caruaru, y se está cumpliendo lo programado, dentro de un clima de tranquilidad y seguridad", afirmó el alcalde.

(c) Agencia EFE