Caro Quintero y la captura 'casual' del narco más sobrevalorado de México
Acusado por haber torturado y asesinado al agente de la DEA Enrique Camarena, Rafael Caro Quintero fue liberado tras 28 años preso, cuando faltaban 12 años para que cumpliera los 40 que debía estar en la cárcel. La noticia fue cubierta por la totalidad de los medios, el 8 de agosto de 2013. El gobierno de los Estados Unidos manifestó su disgusto y desconcierto por esa liberación.
El gobierno de Peña Nieto dejó ir a Caro Quintero. No instrumentó ningún operativo para recapturarlo, hasta que la presión de los Estados Unidos hizo que las autoridades mexicanas emitieran las órdenes de captura que ahora lo regresaron a prisión.
Para la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, la captura y extradición de Rafael Caro Quintero es una prioridad desde hace 38 años. Así lo indica la recompensa de 20 millones de dólares que ofreció por información que condujera a su captura. El significado de la detención es simbólico para la DEA, significa, según el fiscal General de los Estados Unidos, Merrick Garland, que “no hay escondite para nadie que secuestre, torture y asesine a las fuerzas del orden estadounidenses”.
El operativo que condujo a la captura de Caro Quintero fue ejecutado por la Secretaría de Marina. Dicen unos que participó la DEA con información de inteligencia, otros afirman que solo fueron autoridades mexicanas, hay quien comenta que la vicepresidenta Kamala Harris informó al presidente López Obrador, en su reciente visita a Washington, que un equipo de la DEA localizó a Caro Quintero en Choix, Sinaloa, y le pidió que la Secretaría de Marina procediera a su captura.
La versión oficial sobre los participantes en el operativo para la aprensión de Caro Quintero la dio en su mañanera el presidente López Obrador. Señaló que la DEA no tuvo injerencia directa en la captura, que fue un trabajo de la Fiscalía General de la República con apoyo de la Marina. "La Marina actuó en apoyo de la Fiscalía para hacer valer y ejecutar una orden de aprehensión. Esto implicó trabajo de inteligencia, con el propósito de que no se pierdan vidas humanas.”
La versión de López Obrador significaría que los márgenes de acción de la DEA en México, que él impuso después de la detención en Estados Unidos del General Salvador Cienfuegos, no han cambiado. En la realidad lo que cuenta es el resultado. El actor manifiesto es el gobierno mexicano, el triunfo latente es del gobierno de los Estados Unidos, aunque es una ganancia baja, en términos prácticos.
El hecho de que otra vez esté en la cárcel Rafael Caro Quintero no modifica el escenario delincuencial. Beneficia a los carteles con los que competía, también al gobierno de los Estados Unidos que con este resultado cobra la afrenta que significó la liberación del asesino de Enrique Camarena.
Para el gobierno de López Obrador, la captura de Caro Quintero es evidencia de que estaría en proceso de captura de los liderazgos de la delincuencia organizada, aunque no sea un blanco de alto impacto en las disputas que protagonizan grupos delincuenciales, como el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación, los dominantes en el contexto actual.
Si llevar a prisión a Caro Quintero significa un triunfo le correspondería, de ser cierta la versión, a la DEA por la información de inteligencia aportada. Para el sistema de justicia de ese país está pendiente que le entreguen las autoridades mexicanas al delincuente.
La versión de que la vicepresidenta Kamala Harris informó a López Obrador sobre la “guarida” de Caro Quintero, significaría que estos asuntos el gobierno de los Estados Unidos los “arregla” al más alto nivel y que, en ese punto, se dan los resultados esperados.
La captura efectuada por el gobierno de López Obrador, justo después de entrevistarse con Joe Biden, no hace sino levantar suspicacias por la 'casualidad' de los tiempos y el aparente fin de la práctica de "abrazos y no balazos".