Carlos III viajó por primera vez como rey a Kenia, en una delicada visita por la violencia del pasado colonialista británico
NAIROBI.- El rey británico, Carlos III, y la reina Camila comenzaron este martes un viaje de cuatro días a Kenia, su primera visita de Estado como monarca a un país de la Commonwealth, que subraya su compromiso con una organización que ha sido clave para el prestigio y la influencia global de Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial.
También es una visita llena de simbolismo porque la madre de Carlos, la fallecida Isabel II, supo que se había convertido en la monarca británica cuando visitaba una reserva de caza en el país del este de África, en 1952.
El objetivo es “subrayar la asociación sólida y dinámica entre el Reino Unido y Kenia”, indicó la embajada británica en un comunicado.
Pero el desplazamiento de Carlos, de 74 años, y de Camila, de 76, debe permitir evocar “los aspectos más dolorosos de la historia común del Reino Unido y de Kenia” en los años previos a la independencia, según el Palacio de Buckingham.
Entre 1952 y 1960, más de 10.000 personas fueron abatidas durante la revuelta de los Mau Mau contra el poder colonial, una de las represiones más sangrientas del imperio británico. También resultaron muertos 32 colonos.
Carlos III afirmó que no hay “disculpas” posibles para las atrocidades cometidas en la época colonial, pero no pidió perdón, como solicitaban algunas voces en este país del este de África.
”Hubo unos aberrantes e injustificables actos de violencia contra kenianos mientras libraban [...] una penosa batalla por la independencia y la soberanía. Y para eso no puede haber disculpas posibles”, dijo el monarca durante una cena de Estado ofrecida por el presidente keniano, William Ruto.
Ruto recibió a los monarcas en una ceremonia en la Casa Estatal, con una alfombra roja y una salva de 21 miembros de la armada local.
Luego, Carlos III -vestido con un traje a rayas azul adornado con una amapola roja- y Camila, de blanco, hicieron una visita simbólica a los “Jardines de la libertad” (“Uhuru Gardens”, en swahili) de la capital donde Carlos plantó un helecho africano.
Además, el soberano depositó una corona sobre la tumba del soldado desconocido en este lugar donde se izó en diciembre de 1963 la bandera de Kenia, en lugar de la “Unión Jack” británica.
Excusas públicas incondicionales
La ONG Comisión de Derechos Humanos de Kenia (KHRC, por sus siglas en inglés) llamó el domingo “al rey, en nombre del gobierno británico, a presentar excusas públicas incondicionales e inequívocas [...] por el trato brutal e inhumano infligido a los ciudadanos kenianos durante todo el período colonial”, entre 1895 y 1963.
La KHRC también pedió reparaciones “por todas las atrocidades cometidas contra los diferentes grupos del país”.
Después de años de procedimientos judiciales, Londres aceptó en 2013 indemnizar a más de 5000 kenianos víctimas de abusos durante la insurrección Mau Mau.
El ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, expresó entonces el “sincero pesar” de Gran Bretaña.
Itinerario
La pareja real permanecerá dos días en Nairobi. El programa incluye reuniones con empresarios, jóvenes, banquete de Estado y visita de un nuevo museo dedicado a la historia de Kenia.
A continuación viajará la ciudad portuaria de Mombasa, al sur, donde Carlos III -comprometido con las cuestiones medioambientales- visitará una reserva natural y se reunirá con representantes religiosos.
No se desplazará a Nanyuki, donde tiene su sede la Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico en Kenia (Batuk), en medio de controversias recurrentes entre acusaciones de violación, asesinato y presencia de municiones sin estallar que mutilan a las poblaciones locales.
Después de las visitas de Estado a Alemania y luego a Francia, marcando una voluntad de acercamiento de Londres con sus aliados europeos, Carlos III se vueca hacia la Commonwealth.
Este vestigio del imperio británico, que agrupa a 56 países -en su mayoría antiguas colonias británicas-, está debilitado por críticas cada vez más vivas sobre el pasado colonial de Reino Unido.
Agencias AP y AFP