Carlos Alcaraz, un campeón ilustre del Argentina Open: el niño maravilla venció a Cameron Norrie y cerró una semana de brillo en Buenos Aires
El court central del Buenos Aires Lawn Tennis Club, el escenario de tenis más emblemático de la Argentina que recibió numerosas leyendas en sus casi cien años, durante esta semana fue testigo directo de una joya que sacude el deporte de las raquetas y que, realmente, no se sabe si alguna vez regresará. Carlos Alcaraz , el español que derrama todos los recursos sobre la cancha y sólo 19 años que en septiembre pasado se encumbró como el número uno más joven desde la creación del ranking (1973) se coronó en la 23ª edición del ATP 250 de Buenos Aires al vencer al británico Cameron Norrie (12° del mundo) por 6-3 y 7-5. Para el murciano fue su séptimo trofeo, el primero desde el último Abierto de los Estados Unidos.
Desde el primer punto quedó en evidencia el conocimiento entre los finalistas, que antes de la definición porteña se habían enfrentado cuatro veces, siempre con duelos apretados; Norrie, incluso, hizo una pretemporada en la academia de Juan Carlos Ferrero (coach de Alcaraz), en la región de Alicante, donde se entrena Carlitos desde los catorce años. En cada intercambio intentaron esconder las cartas y sorprender utilizando toda la geometría del court, por momentos se llevaron al límite y solamente sacaron diferencia cuanto más creativos, arriesgados y profundos lograron ser.
Sin embargo, llegó el séptimo game, generalmente un momento tenso, y Alcaraz dio el primer golpe fuerte sobre la mesa, rompiéndole el servicio al zurdo entrenado por el argentino Facundo Lugones y se adelantó 4-3. Amplió el score con su servicio (5-3). Norrie (un fanático de Los Pumas que tiene tatuado el logo -un yaguareté- en la zona de las costillas) sintió el impacto y sacó 15-40 en el noveno game: el primer set-point se quedó en la red del español, pero en el segundo, con el reloj señalando los 36 minutos, Alcaraz jugó alto y profundo haciendo daño y adueñándose del primer set (6-3).
Carlitos empezó sirviendo en el segundo set y crispó el puño al arrancar arriba (1-0). El partido, evidentemente, sufrió un quiebre emocional. Norrie sintió el impacto: hasta ese momento lucía sólido, pero volvió a trastabillar y el español que tiene más pinceladas de Roger Federer que de Rafa Nadal lo aprovechó, rompiéndole el saque (2-0). Carlitos, que es una fiera, advirtió el momento y no tuvo piedad: perfeccionó el saque y siguió tomando distancia (3-0). Con amor propio, Norrie (campeón en Indian Wells 2021) decidió no bajarse del ring e intentó seguir luchando; lo logró a medias. El británico sirvió 2-5, con mucha presión, y pudo sumar.
Entonces, fue Carlitos el que tuvo el compromiso de cerrar el partido con su saque y, vaya sorpresa: le pesó. Norrie apretó los dientes y contó con dos puntos para set (15-40): el primero no lo concretó, pero finalmente logró su primer quiebre cuando Alcaraz cometió..., una doble falta. Norrie respiró y sacó 4-5. El match se puso 5-5. Presionado y con mucho menos margen, Alcaraz mostró coraje y sostuvo su saque (6-5). Aceleró, se dio cuenta que era su oportunidad y cuando la pantalla gigante marcó 1h33m, quebró y cerró su obra maestra.
Cuando Alcaraz llegó al país, hace diez días (acompañado, entre otros, por Antonio Cascales, el histórico coach del Mosquito Ferrero), lo hizo con la incertidumbre lógica de acarrear casi cuatro meses de inactividad por dos lesiones distintas (abdominal y muscular en la pierna derecha que lo privaron de actuar en el Masters de Turín y en Australia). El niño maravilla no sabía con certeza cómo respondería en una competencia oficial. Jugó en el turno nocturno, con frío y con un clima radiante y caluroso, como el de este domingo, y siempre lució bien, suelto, con pimienta y una derecha que estremece.
Este 🏆 en Buenos Aires es muy importante para mí! 😀 GRACIAS a todos por el apoyo! ❤️ @ArgentinaOpen pic.twitter.com/6whyg74XHw
— Carlos Alcaraz (@carlosalcaraz) February 19, 2023
Ganando el Argentina Open, el número dos del mundo igualó a Guga Kuerten como el vencedor mejor clasificado en la historia del torneo (el brasileño, en 2001, también era N° 2), y se transformó en el primer adolescente en lograr el certamen (el campeón más joven había sido el noruego Casper Ruud, en 2020, a los 21). Con la nueva coronación, Alcaraz quedará a 590 puntos del líder del ranking, Novak Djokovic, pero la semana próxima deberá defender los 500 puntos del título de Río de Janeiro.
“Fue una gran final. Es el primer titulo después del US Open, mi primer torneo después de cuatro meses parado. Y me siento muy contento por ello. No me esperaba jugar a este nivel. La verdad que estoy muy contento por el nivel que mostré desde el primer día. Soy un chico competitivo, lo llevo en la sangre y quedó demostrado (...) A partir de los cuartos de final sentí como si nunca hubiera parado de competir. Me encontré bien física, mental, tenísticamente..., parecía como si estuviera jugando desde hacía mucho tiempo. Me llevo muchas cosas positivas de este torneo. Me espera un bonito año en el que defiendo títulos y espero disfrutarlo. Estoy peleando por el número uno con Djokovic, con Tsitsipas y hay otros jugadores que pueden ganar Grand Slams”, dijo Alcaraz.
Y añadió, antes de la premiación de la que participaron Gabriela Sabatini y Juan Pico Mónaco (ganador del ATP de Buenos Aires en 2007): “Tenia muchas ganas de vivir la pasión de todos ustedes y me la demostraron. Cada día jugué con el estadio lleno. Les agradezco el apoyo desde el día uno. Me hicieron sentir como en casa. Nunca se sabe si podré volver, pero después de esta gran semana, veremos...”.
Buenos Aires fue testigo directo de una presencia lujosa, de esas que no suelen ser frecuentes. El público le endulzó los oídos con una ovación (”¡Olé, olé, olééé, Carlooos, Carlooos!”). El adolescente que encandila en el mundo de las raquetas dejó una huella indeleble.
El regreso de un trofeo histórico
El Campeonato del Río de la Plata, nacido en 1893, único junto con el US Open que se juega ininterrumpidamente desde su creación, se disputa en su versión profesional con el Argentina Open. En septiembre de 2016, el trofeo fue robado de las vitrinas del club. Durante el último año y, aun cuando en todo este tiempo se había pensado en encargar uno nuevo, las autoridades impulsaron una revisión de otros trofeos existentes en el club y encontraron una copa de la misma época perteneciente al BALTC, diseñada por Barlow & Co, una compañía de artículos de plata que en esos tiempos tenía una sede porteña en la calle Florida 484.
Esta copa hallada fue pulida y reparada y fue entregada a Alcaraz, como ganador de la final del Argentina Open, por el presidente del club, Juan Carlos Mac Donnell.