Otra cara del coronavirus: la corrida para proveerse de insumos médicos

PARÍS.- No pelean por el petróleo, el comercio, la ideología ni territorios. No es la carrera de armamentos ni la carrera espacial. Ante la creciente demanda dentro de sus países, los gobiernos comienzan a mostrar una de las caras más oscuras de la crisis del coronavirus, lanzados a una competencia feroz y a veces desleal por obtener los insumos médicos.

La elocuencia de los números acelera la locura por hacerse de suministros. Las cifras globales del coronavirus superaron ayer los 1.081.000 casos, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins, con más de 58.000 muertos. Estados Unidos (265.000), Italia (119.000) y España (117.000) siguen al frente de la lista.

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Ahora la batalla se centra en hacerse con insumos fundamentales como los barbijos, que se producen por millones en China, pero resultan escasos ante la tremenda demanda internacional, traducida en una disputa.

Tal es la necesidad que en Japón, donde el uso de barbijos está muy difundido, el gobierno planea enviar por correo dos máscaras a cada uno de los 50 millones de hogares.

El gobierno de Donald Trump, por su parte, evaluaba ayer una recomendación para que todos los estadounidenses se cubran la cara si salen a la calle. La propuesta requiere otro tipo de tela y no necesariamente máscaras médicas, reservadas, debido a su escasez, para los médicos, enfermeros y demás personal de salud en la primera línea de fuego contra el Covid-19.

Si bien Estados Unidos llegó a un acuerdo con China para comprar guantes, máscaras y ropa transportada por al menos 20 vuelos chárter, varios países están cuestionando la cancelación de pedidos que ya se habían cerrado con proveedores chinos.

Altos funcionarios franceses de la región oriental del país, la más afectada por el virus, se quejaron de que funcionarios estadounidenses se quedaron con un cargamento de barbijos reservado para Francia en un aeropuerto chino. Lo hicieron ahí mismo, cuando el avión estaba por despegar, forzando el desvío del cargamento a fuerza de dólares.

"En la pista, llegan los estadounidenses, sacan efectivo y pagan tres o cuatro veces más por nuestras órdenes", denunció el doctor Jean Rottner, presidente del consejo regional de la región de Grand Est y médico del hospital de Mulhouse

El fenómeno es mundial. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, pidió a los funcionarios de su país que investiguen reclamos similares de que se estaban desviando mascarillas de su país.

"Los mercados de suministro para el coronavirus se están colapsando", señaló el profesor Christopher R. Yukins de la Universidad de Washington en una videoconferencia.

"Hay una tensión extrema con respecto a estas mercancías frente a las necesidades inmediatas de los Estados", explicó Bolloré Logistics, un gran empresa de logística francesa, presente en China.

"Los Estados están en competencia entre sí para acceder a recursos", explicó el investigador Jean-Sylvestre Mongrenier del instituto franco-belga Thomas More. "Es desagradable, pero no significa un estallido de las hostilidades", estimó.

El diputado ucraniano Andrii Motovylovet, que viajó a China en marzo para acompañar un cargamento médico, contó en Facebook que fue testigo de una "competencia aterradora por equipo médico".

"Nuestros cónsules que van a las fábricas chinas se encontraron con colegas de otros países que querían arrebatarnos nuestros pedidos. Pagamos nuestros pedidos por adelantado mediante transferencia bancaria y tenemos contratos firmados. Pero ellos tenían más dinero en efectivo. Cada cargamento es una lucha", dijo

En China, pocos fabricantes tienen permisos para exportar. Los que no tienen, deben pasar por empresas comerciales si quieren exportar. De ahí la existencia de muchos intermediarios.

En esta lucha despiadada, algunos países han desplegado a sus servicios secretos. Según el diario francés Le Figaro, el Mossad israelí llevó a cabo en marzo un operativo clandestino para hacerse con kits de detección del virus en un país que no fue identificado.

Y en este contexto el pago en efectivo hace milagros. El exprimer ministro eslovaco Peter Pellegrini dijo a la televisión TA3 el 15 de marzo que su país había reservado millones de mascarillas en Ucrania, que debían pagarse en efectivo.

"Estábamos preparando una valija con 1,2 millones de euros. Tuvimos que usar un vuelo especial del gobierno para recogerlas. Pero un intermediario alemán llegó antes, nos superó en la oferta y se las llevó", contó.

También hay tensiones entre países aliados, miembros de la Unión Europea. Según la revista francesa l'Express, Francia requisó el 5 de marzo en su territorio cubrebocas de una compañía sueca, que estaban destinados a España e Italia, los dos países europeos más golpeados por el coronavirus.

Agencias AFP, AP y ANSA