Capo venezolano de la droga pide nuevo juicio en Nueva York

Carlos Orense Azocar, declarado culpable en Nueva York en diciembre de encabezar una red transnacional de narcotráfico con ayuda de militares venezolanos, está solicitando un nuevo juicio, argumentando la falta de evidencia y la escasa credibilidad de las personas que testificaron en su contra.

Orense fue extraditado en junio del 2022 a Estados Unidos desde Italia tras ser acusado de ser uno de los principales operadores del denominado Cartel de los Soles, organización que controla las actividades del narcotráfico en Venezuela.

El juicio en su contra dejó en evidencia entre otras cosas el activo papel que militares venezolanos juegan en las operaciones de droga y como los fondos ilegales eran lavados a través de empresas estatales, incluyendo Petróleos de Venezuela.

“Durante más de una década, Carlos Orense Azocar trabajó con algunos de los narcotraficantes más grandes del mundo para enviar toneladas de cocaína a Estados Unidos. Se asoció con funcionarios gubernamentales y militares corruptos de alto rango en Venezuela y empleó un arsenal de armas de alto poder para proteger su organización de distribución de cocaína”, manifestó el fiscal estadounidense Damian Williams durante el juicio.

“Por años, envió montañas de veneno a este país y ganó millones de dólares con el dinero del narcotráfico. Pero no más. Un jurado de este distrito ha declarado responsable por unanimidad a Orense Azocar de sus crímenes, y ahora enfrentará una posible sentencia de cadena perpetua tras las rejas”, agregó.

De 68 años, el venezolano fue declarado culpable de tres cargos de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos, y de hacer uso de ametralladoras para promover la conspiración. Los cargos de conspiración conllevan sentencias obligatorias de entre 10 años de prisión y cadena perpetua, mientras que el uso de armas de guerra conllevan sentencias mínimas de 30 años de prisión.

Pero en una moción presentada el 16 de enero, Orense argumenta que el jurado se equivocó al encontrarle culpable y que los testimonios presentados no demostraron más allá del beneficio de la duda de que el venezolano estaba involucrado en la conspiración.

“El Sr. Orense respetuosamente sostiene que se debe ordenar un nuevo juicio porque el interés de la justicia así lo requiere basándose en la falta de prueba de cada cargo más allá de toda duda razonable,” presentó el abogado del venezolano ante la corte. “El jurado llegó a un resultado gravemente erróneo al condenar al Sr. Orense por todos los cargos de la acusación. Una evaluación objetiva de las pruebas presentadas en el juicio demuestra que el veredicto de culpabilidad es un error judicial. Más específicamente, el peso de la evidencia y la falta de credibilidad de los principales testigos del gobierno… junto con la evidencia de parcialidad y motivo para implicar falsamente al Sr. Orense, indica que sería una injusticia manifiesta dejar que se mantenga el veredicto de culpabilidad”.

Según los abogados, las declaraciones de los testigos no lograron demostrar fehacientemente que Orense participó directamente en la conspiración, ya que éstos o carecían de credibilidad o no lograron identificar al venezolano durante el juicio.

En particular, los abogados cuestionaron el testimonio de Ronmel José Boada, quien dijo haberse reunido con Orense en una finca en República Dominicana por un período de entre 10 y 15 minutos, pero no logró identificarlo en la corte. Los abogados también enfatizaron que Boada tiene un largo historial de mentirle a las autoridades sobre sus actividades de narcotráfico.

“El testimonio de Boada no es creíble. Mintió a la policía sobre su historia en el narcotráfico y no implicó al Sr. Orense hasta que fue abordado por dos reclusos que hablaron con él y le mostraron una fotografía del señor Orense,” señaló el abogado.

El testimonio del principal testigo del gobierno, Antonio Arvelaiz, también es cuestionado por el equipo de defensa, que lo acusó de implicar al venezolano por motivos de venganza, ya que consideraba que él estaba en prisión por culpa del acusado.

Según una conversación presentada en el juicio, Arvelaiz le había confesado a Carel Ydler, quien luego testificó a favor de la defensa, que él tenía todo preparado para inculpar a Orense en el juicio.

Arvelaiz admitió que él “iba a j…er a [Carlos y] que tenía todo listo. Y que la familia de Carlos sufriría todo lo que la familia [de Arvelaiz] había sufrido [cuando él fue encarcelado]. Y que él también iba a j…er a sus hijos, y que estos no podrán ni siquiera visitarlo en la cárcel”, enfatizaron los abogados.

Funcionarios estadounidenses que investigan las operaciones de narcotráfico en Venezuela dijeron al Miami Herald poco antes de la extradición de Orense que él era una de las piezas más importantes en las operaciones del Cartel de los Soles.

Según la acusación presentada por la fiscalía de Nueva York, Orense trabajó estrechamente con un funcionario de alto rango de la Dirección de Servicios de Inteligencia y Prevención de Venezuela, identificado en el documento sólo como “CC-1” — abreviatura de coconspirador 1 — y con el jefe de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela, identificado como “CC-2”.

Los ingresos derivados de las drogas, descritos como enormes en uno de los documentos, fueron luego lavados a través de la empresa estadounidense identificada como “Compañía-1”, la cual pertenece a una empresa estatal venezolana designada como “Compañía-2”.

Según los cargos, Orense poseía y operaba una serie de fincas en Venezuela donde almacenaba toneladas de cocaína que eran enviadas al norte con destino a Estados Unidos. Para proteger sus envíos, empleó equipos armados de seguridad, uno de los cuales estaba dirigido por “CC-5”, quien proporcionó grandes detalles sobre la operación a los fiscales.

“CC-5 estuvo presente en decenas o en cientos de conversaciones entre el acusado y sus asociados… sobre el tráfico de cocaína a gran escala. Estos socios comerciales incluían a funcionarios venezolanos como CC-1 y CC-2, además de narcotraficantes venezolanos como [“CC-6”]. Cuando CC-5 trabajaba para el acusado, éste compraba cantidades masivas de cocaína de fuentes de suministro ubicadas en Colombia y Venezuela o sus alrededores”, dice el documento de la fiscalía.

Orense organizó el transporte por avión y barco de la cocaína a través de Centroamérica y México, así como por el Caribe, incluyendo República Dominicana, las Islas Vírgenes Británicas y Puerto Rico, para que la cocaína pudiera ser llevada hasta Estados Unidos.

“En promedio, CC-5 recuerda que el acusado distribuyó aproximadamente una tonelada de cocaína cada semana, durante aproximadamente 10 meses al año, pero no durante las vacaciones de fin de año, lo que representa 40 toneladas de cocaína por año”, dice el documento.