Capacitación policial contra agresores armados varía en el sur de la Florida. Pero eliminar la amenaza es la misión

Dave Magnusson, ex jefe de Policía de El Portal, dijo que una de las cosas que le quitaba el sueño era el miedo a un agresor armado en la mayor escuela pública de la pequeña ciudad, la Sscundaria Horace Mann.

Con una docena de policías de tiempo completo y un presupuesto limitado, sus agentes recibieron algún tipo de capacitación sobre agresores armados con la Policía Escolar de Miami-Dade, mucho más grande. Pero sobre todo, dijo Magnusson, su personal se preparó para lo peor a través de ejercicios “de mesa”. Se trata de sesiones de discusión, no de prácticas.

Las limitaciones presupuestarias también influyeron. Según Magnusson, algunos agentes no disponían de fusiles, lo que probablemente los dejaría en inferioridad de condiciones en caso de un tiroteo.

Aun así, se dejó clara la misión a los agentes: Eliminar la amenaza. No esperar para actuar.

“No teníamos suficiente personal”, dijo Magnusson, que dejó El Portal el año pasado. “Teníamos algunos fusiles. Pero no teníamos presupuesto para comprar uno para cada agente. Pero incluso así, tienen que enfrentar la amenaza de frente. A veces, hay que dejar de lado el manual”.

Los más recientes tiroteos en Uvalde, Texas, y Buffalo, Nueva York, reavivaron la preocupación por la respuesta y la capacitación policial en todo el país. Los organismos policiales del sur de la Florida, donde ocurrió el peor tiroteo escolar del estado en Parkland hace cuatro años, insisten en que han aprendido de esa tragedia y revisaron sus políticas.

Los departamentos más grandes como la Policía de Miami-Dade y la Policía de Broward ahora participan rutinariamente en la capacitación para para enfrentar agresores armados que hace hincapié en la confrontación de los hombres armados, algo que no ocurrió inmediatamente en Parkland o en la más reciente masacre en la escuela de Texas.

La capacitación para enfrentar a agresores armados también se convirtió en una prioridad para muchos departamentos más pequeños, aunque el presupuesto hace que algunos estén mejor equipados para el peor de los casos que otros. Los recursos y la capacitación pudieran ser la diferencia entre la vida y la muerte, dicen los expertos, especialmente cuando la respuesta policial rápida es crucial para salvar vidas.

El jefe de policía de Key Biscayne, Frank Sousa, afirma que sus agentes reciben entrenamiento para enfrentar agresores armados dos veces al año y que cuentan con lo más avanzado en equipos de protección. Cortesía de la Policía de Fort Lauderdale
El jefe de policía de Key Biscayne, Frank Sousa, afirma que sus agentes reciben entrenamiento para enfrentar agresores armados dos veces al año y que cuentan con lo más avanzado en equipos de protección. Cortesía de la Policía de Fort Lauderdale

Mientras que El Portal y algunos departamentos más pequeños tienen dificultades para equipar y capacitar a los agentes, la policía del rico enclave de Key Biscayne no tiene ese problema. El jefe de policía de Key Biscayne, Frank Sousa, afirma que los habitantes exigen una actuación policial proactiva y una protección de alto nivel para sus hijos, y eso es lo que se les ofrece.

Los 38 agentes jurados de la isla realizan simulacros de agresores armados dos veces al año, a menudo junto a agencias más grandes, y sus policías tienen toda la potencia de fuego ofensiva y el equipo de protección. Su departamento coordina ejercicios de capacitación con vecinos más grandes como Coral Gables y Hialeah. Después del tiroteo de Parkland, Key Biscayne también trajo expertos militares y de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina estadounidense para tres sesiones.

Sousa confía en que sus agentes se enfrentarían de inmediato a un agresor armado en cualquiera de las escuelas de la localidad.

“Nuestros agentes escolares tienen relaciones con las escuelas y conocen a todos los niños”, dijo Sousa. “Han sido investigados y capacitados en intervención en casos de crisis”.

MEJORAS DESDE PARKLAND

Al día siguiente del tiroteo del 24 de mayo en Uvalde —donde la Policía no entró en la escuela hasta más de una hora después de los primeros disparos— el jefe de Policía de Broward, Gregory Tony, habló públicamente sobre cómo había recibido más de 100 mensajes de texto de padres preocupados por enviar a sus hijos a la escuela al día siguiente.

El jefe les pidió hacerlo y expuso algunos de los cambios en su departamento desde que Nikolas Cruz entró a la escuela Marjory Stoneman Douglas con un fusil tipo militar y acabó con la vida de 17 estudiantes y maestros. Otros 17 fueron heridos. Cruz, que admitió la matanza, enfrenta ahora la pena de muerte.

El tiroteo del día de San Valentín de 2018 en la secundaria de Parkland acabaría costándole el puesto al entonces jefe de Policía de Broward, Scott Israel. Algunos agentes en el lugar de los hechos también se demoraron en entrar y un panel designado por el estado determinó que la falta de una estructura de mando adecuada probablemente contribuyó a la pérdida de vidas. Se trata de una conclusión similar a la alcanzada un año antes, cuando, bajo el mando de Israel, cundió el pánico después que un hombre armado mató a a cinco personas en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale.

Desde entonces, la Policía de Broward ha implementado cambios en sus normas, que incluyen capacitación adicional para los agentes, la creación de una unidad de evaluación de amenazas y el acceso en tiempo real a las cámaras de las escuelas en vivo durante las emergencias. Las normas implementadas después de Parkland incluyen detener al agresor, rescatar a las víctimas y prestar asistencia médica como las tres principales prioridades, en orden.

Tony dijo que los equipos de evaluación de amenazas han emprendido desde entonces más de 1,600 investigaciones que terminaron con más de 200 arrestos. Se han enviado terapeutas a lugares de hechos más de 500 veces y en 40% de los casos, a los sujetos se les dio seguimiento con asistencia de salud mental, dijo el jefe. Y, según Tony, la Policía de Broward ha gastado casi $3 millones en la compra de fusiles capaces de penetrar los chalecos blindados más avanzados.

“Estamos viendo enfoques de imitadores de agresores armados que ahora dicen que van a equiparse con chalecos antibalas”, dijo. En algunos casos incluso llegan con cascos y con capacidad militar de combate”.

Ese fue el caso de Buffalo el 17 de mayo, cuando un hombre armado y con con chaleco antibalas irrumpió en un supermercado y mató a 10 personas en una comunidad de mayoría afroamericana en el norte del estado de Nueva York. El personal de seguridad disparó y dio en el blanco, pero el chaleco antibalas lo protegió.

Misión principal: enfrentar al agresor

Aunque la potencia de fuego y otras capacidades de los cuerpos de seguridad del sur de la Florida pueden variar según el departamento, hay uniformidad en una política de misión crítica: Un agresor armado debe ser enfrentado de inmediato por cualquier personal que están en el lugar.

La política de la ciudad de Miami, por ejemplo, actualizada cinco meses después de Parkland en julio de 2018, dice que la respuesta debe “neutralizar rápidamente el ataque y mitigar la pérdida de vidas”. El “enfoque” para lograr eso, dice la norma, depende de las condiciones de la amenaza, los recursos disponibles y la “probabilidad de una intervención exitosa”.

En respuesta a Parkland, la Policía de Miami-Dade modificó su política y volvió a capacitar a sus agentes para enfrentar al agresor y tratar de salvar rápidamente más vidas. También crearon grupos de Equipos de Respuesta Especial altamente capacitados en situaciones de emergencia y gran cantidad de víctimas, que recorren todo el condado y llegan a las emergencias en cuestión de momentos, a veces segundos.

Michael D’Angelo, que tuvo una larga carrera policial en el sur de Miami y que ahora dirige la empresa de asesoría de seguridad Secure Direction, dijo que las técnicas de capacitación para enfrentar a agresores armados cambiaron después de la masacre de la secundaria Columbine en 1999. Antes de eso, la Policía estaba capacitada para establecer un perímetro y esperar a que el equipo SWAT se enfrentaran al agresor. El tiroteo en Parkland condujo a cambios adicionales, como el refuerzo de los departamentos de Policía Escolar y la capacitación entre agencias.

“La clave para las agencias más pequeñas es que ahora pueden hacer el trabajo todos juntos. No se necesitan fusiles si los dos primeros agentes que llegan —independientemente de los departamentos a los que pertenezcan— usan armas cortas para tratar de poner fin a una agresión armada”, dijo D’Angelo. “En un mundo perfecto, el tipo se rinde. Pero incluso si no lo hace, la interrupción reduce el tiempo de los disparos y quienes lo necesitan pueden recibir atención médica”.

Pero esa respuesta rápida en un mundo perfecto no se ha demostrado necesariamente a lo largo de los años. No hay una norma establecida sobre cómo reacciona la gente en determinadas situaciones de estrés, y esto es ciertamente aplicable cuando se trata de enfrentar a un agresor con un arma de alto calibre En Uvalde, la Policía no entró en el edificio durante 77 minutos, lo que lleva a los expertos a creer que se pudieran haber salvado la vida de algunas de las víctimas que murieron desangradas.

El agente escolar Scot Peterson de la secundaria Douglas también fue despedido después del incidente de Parkland, en lo fundamental por no entrar en la escuela durante el tiroteo. Otros agentes de la Policía de Broward también se demoraron en entrar.

ENTRENAMIENTO EN LAS ESCUELAS DE MIAMI-DADE

Las Escuelas Públicas de Miami-Dade, el cuarto sistema escolar público más grande de la nación, también tiene una de las mayores fuerzas policiales independientes del condado. Con financiación estatal, el distrito tiene casi 500 agentes jurados, más que Miami Beach, Hialeah y Miami Gardens.

El jefe de la Policía Escolar de Miami-Dade, Edwin López, presume de tener una sólida agencia capacitada en técnicas para enfrentar agresores armado. Al Diaz adiaz@miamiherald.com
El jefe de la Policía Escolar de Miami-Dade, Edwin López, presume de tener una sólida agencia capacitada en técnicas para enfrentar agresores armado. Al Diaz adiaz@miamiherald.com

Su capacitación anual para enfrentar a agresores armados es compleja e incluso engorrosa, dijo el jefe de la Policía Escolar, \Edwin López. Las sesiones de capacitación en vivo, como las previstas para este verano, suelen realizarse en escuelas o edificios vacíos del downtown. Además de recibir capacitación sobre cómo enfrentar a un agresor armado, se les pone al día sobre técnicas de desactivación y temas de salud mental.

Aunque no todas las ciudades participan, López dijo que la Policía Escolar de Miami-Dade también invita a todas las casi tres docenas de departamentos municipales del condado a participar en sus simulacros de agresores armados, más de una docena de los cuales están programados para finales de este verano.

“Nuestros agentes están capacitados en la respuesta de una sola persona”, dijo López. “La capacitación va desde el aula hasta la práctica, incluso dónde se estacionan los vehículos y cómo nos coordinamos con otras agencias y cómo se usan nuestros equipos tácticos”.

El jefe de la policía de Miami Springs, Armando Guzmán, dijo que le gustaría que sus 47 agentes jurados participaran en las próximas sesiones de la Policía Escolar de Miami-Dade. El jefe dijo que todos ellos se capacitaron para enfrentar a un agresor armados después de graduarse de la academia. Pero en los años que siguieron, solo se volvieron a familiarizar con los ejercicios “periódicamente” y sobre todo en concierto con la Policía de Miami, donde Guzmán pasó 31 años antes de jubilarse como mayor.

El jefe dijo que la mayoría de sus agentes tienen fusiles y los que no, pueden comprar los suyos siempre y cuando cumplan con las normas establecidas.

“Hacemos diferentes tipos de capacitación todo el tiempo. No hay una política que diga que hagamos una capacitación cada seis meses”, dijo Guzmán.

“Desafortunadamente, debido al tamaño de nuestro departamento, estamos limitados para poder hacerlo [más a menudo]. Pero vamos a tratar de hacerlo [con la Policía Escolar de Miami-Dade] este verano”.