La candidatura electoral de Charles Michel desata la carrera para impedir que Orbán tome las riendas del Consejo Europeo

Charles Michel anunció inesperadamente el sábado que sería el candidato principal de su partido liberal belga -el Movimiento Reformista (MR)- en las elecciones europeas que se celebran del 6 al 9 de junio.

Esto significa que es muy probable que Michel, el ex primer ministro belga que preside el Consejo Europeo desde 2019, sea elegido eurodiputado y abandone la presidencia del Consejo tras las elecciones.

Los 27 jefes de Gobierno de la UE tienen ahora menos de seis meses para nombrar a su sucesor. La función del presidente se basa principalmente en presidir las reuniones del Consejo Europeo y mediar en los acuerdos entre los Estados miembros, incluidas decisiones sensibles como las presupuestarias y de política exterior.

Según los Tratados de la UE, en ausencia de presidente, el país que ejerce la presidencia semestral rotatoria del Consejo de la Unión Europea asume la responsabilidad provisional. Esto significa que, sin sucesor, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, asumiría el control del Consejo cuando su país asuma la presidencia rotatoria el 1 de julio.

Una fuente del Consejo Europeo restó importancia a los posibles cambios que pueda provocar el sorprendente anuncio de Michel, y aseguró que la decisión sobre su sucesor estaba "prevista para junio de 2024".

"Por tanto, es posible que el próximo presidente del Consejo Europeo comience sus funciones en el verano de 2024, si el Consejo Europeo así lo decide", dijo la fuente.

Las elecciones europeas de junio desencadenarán una remodelación de los altos cargos de Bruselas, pero el proceso a veces dura meses debido a lo intrincado de los debates y a la necesidad de garantizar el equilibrio político, geográfico y de género entre los nombramientos.

Aumentan las críticas contra Michel

Muchos han denunciado a Michel por una medida que arrojará una sombra de incertidumbre sobre el Consejo en un momento políticamente crucial.

En declaraciones a Euronews, Alberto Alemanno, catedrático Jean Monnet de Derecho de la Unión Europea en HEC París, dijo que la decisión de Michel corre el riesgo de desencadenar una "crisis constitucional".

"Como Michel termina abruptamente su mandato en el momento más crítico, cuando los poderes del Consejo están en su punto álgido (...) se va a convertir en un presidente cojo con poca autoridad", explicó Alemanno.

"Esto es realmente terra incognita", dijo, añadiendo que Michel busca "su propio interés" en lugar de los intereses más amplios de la Unión Europea.

La eurodiputada neerlandesa Sophie in 't Veld, liberal que pertenece a la misma familia política que Michel, criticó duramente su decisión en la red social X: "El capitán abandonando el barco en medio de una tormenta. Si así de poco comprometido está con el destino de la Unión Europea, ¿qué credibilidad tiene como candidato?".

Michel termina bruscamente su mandato en el momento más crítico, cuando los poderes del Consejo están en su apogeo (...) se convertirá en un presidente cojo y con poca autoridad.

Alarma ante un posible relevo de Orbán

La posibilidad de que Orbán aumente su influencia en Bruselas en el segundo semestre del año hace temer a muchos en la capital de la UE. El primer ministro, al que se ha visto recientemente estrechando la mano del presidente de Rusia Vladímir Putin en Pekín, es famoso por ser la piedra en el zapato de Bruselas.

Por ejemplo, con el paquete de 50.000 millones de euros de ayuda financiera a largo plazo destinado a Ucrania y propuesto por el bloque. Actualmente está en suspenso después de que Orbán vetara su aprobación durante una cumbre del Consejo Europeo en diciembre.

El veto se produjo tras la entrega a Budapest de 10.000 millones de euros de fondos de la UE, previamente congelados por sus incumplimientos del Estado de Derecho. La medida alimentó las especulaciones de que Orbán está utilizando su derecho de veto en el Consejo para presionar a Bruselas a fin de que desbloquee más fondos congelados.

Orbán también utiliza sistemáticamente una retórica antieuropea para fomentar el euroescepticismo entre su público húngaro.

Recientemente, su gobierno atacó personalmente a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una campaña con carteles publicitarios, e insinuó que Bruselas quería "crear guetos de inmigrantes en Hungría" en una incendiaria consulta pública.

Los eurodiputados han puesto en duda en el pasado la credibilidad de Hungría y de Orbán para asumir la presidencia del Consejo en el segundo semestre de 2024.

En una resolución no vinculante adoptada el pasado mes de junio, los eurodiputados cuestionaron "cómo podrá Hungría cumplir con credibilidad esta tarea en 2024, en vista de su incumplimiento de la legislación de la UE y de los valores consagrados en el artículo 2 (de los tratados de la UE), así como del principio de cooperación sincera".

A pesar de no tener poderes ejecutivos, el Estado de la UE que ostenta la presidencia del Consejo puede ejercer una influencia significativa en el funcionamiento de la institución fijando el orden del día, organizando reuniones, dirigiendo las negociaciones y organizando las votaciones.

Hungary's Prime Minister Viktor Orban, left, talks with Netherlands' Prime Minister Mark Rutte.
Hungary's Prime Minister Viktor Orban, left, talks with Netherlands' Prime Minister Mark Rutte. - Stephanie Lecocq, Pool via AP Photo

Si las responsabilidades de la presidencia recayeran temporalmente en manos de Orbán, podría aumentar su capacidad para dar forma al calendario legislativo de la UE en el último semestre de 2024.

Pero Alemanno dijo a Euronews que cree que los líderes no se sienten intimidados por la perspectiva de que Orbán asuma temporalmente el cargo. "No estoy tan seguro de que los líderes europeos teman tanto a Orbán", explicó Alemanno.

"De lo contrario, habrían tomado muchas más medidas para contrarrestar su postura desafiante respecto a (...) la política exterior y el Estado de Derecho y una serie de cuestiones", dijo, añadiendo que el papel de Orbán se limitaría a presidir reuniones en caso de que tuviera que intervenir.

Comienza la cuenta atrás para nombrar sucesor

Los jefes del Consejo Europeo suelen ser ex jefes de Estado, con preferencia por líderes versados en negociaciones complejas o con experiencia en la gestión de gobiernos de coalición.

Entre los nombres que se barajan para el cargo figuran el actual primer ministro en funciones de los Países Bajos, Mark Rutte, que se vio obligado a dimitir en julio en medio de una ruptura de su coalición por un conflicto relacionado con la inmigración, o el ex primer ministro de Luxemburgo Xavier Bettel.

También se especuló con la posibilidad de nombrar al primer ministro interino de Portugal, Antonio Costa, pero su candidatura podría verse empañada por la investigación de corrupción en la que están implicados sus principales colaboradores.

Los Tratados de la UE también permiten a los 27 líderes cambiar las normas si no consiguen nombrar a un sucesor. Catorce Estados miembros, que representan una mayoría simple, podrían votar para impedir que Orbán asuma temporalmente las responsabilidades del presidente y nombrar a otro jefe temporal.

Alemanno predice que se encontrará un sucesor "temporal e interino" a su debido tiempo, y que se nombrará un sustituto permanente después de las votaciones de junio.