Candidato de 76 días: Francis Suárez reconoce que terminó su campaña presidencial

Tras no clasificar para el primer debate presidencial republicano, el alcalde Francis Suárez reconoció públicamente el martes lo que era evidente desde durante al menos una semana: que el esfuerzo de años por crear su perfil nacional y montar una campaña presidencial creíble se había ido al traste.

Suárez, abogado y ejecutivo de capital privado, anunció su decisión de poner fin a su campaña en las redes sociales.

Su candidatura a la Casa Blanca duró 76 días.

“Aunque decidí suspender mi campaña presidencial, mantengo mi compromiso de hacer de esta una nación mejor para todos los estadounidenses”, publicó el alcalde de 45 años en X, el sitio antes conocido como Twitter.

El intento de Suárez de saltar del Ayuntamiento a la Casa Blanca, que siempre se consideró una posibilidad remota, solo suscitó un tibio interés entre los electores republicanos, ya que, según el promedio de encuestas nacionales de FiveThirtyEight, el alcalde obtuvo alrededor de 0.2% de los votos. Recaudó discretamente millones de dólares en un superPAC para financiar una contienda a largo plazo, pero su campaña —con la que empezó a coquetear en 2021— tuvo dificultades para llamar la atención en un campo abarrotado.

Ahora Suárez debe volver al liderazgo de la ciudad con algunas magulladuras políticas como alcalde de mandato limitado con poca autoridad en la Comisión municipal y sin una trayectoria política clara.

“Si pones tanta energía en lanzar una campaña presidencial, puedes esperar seguir en ella y ser relevante”, dijo Sean Foreman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Barry. “Realmente no formó parte de la ecuación en absoluto”.

Cuando Suárez lanzó su campaña el 14 de junio, esperaba postularse como una opción joven y optimista para los electores republicanos que consideraban alternativas al ex presidente Donald Trump, al gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y a otros candidatos presidenciales del Partido Republicano que ya se estaban postulando.

Después de entrar tarde en la contienda, se apoyó en el hecho de que era el único candidato hispano en un momento en que los republicanos parecen estar haciendo algunos avances entre los electores latinos históricamente inclinados a la izquierda. Siguió promocionándose como un político experto en tecnología, aceptando donaciones en bitcoin. En la campaña, habló de los éxitos de Miami y dijo que los reproduciría a nivel nacional, promocionando la ciudad como una excepción al declive de otras grandes áreas metropolitanas.

Pero incluso algunos de sus partidarios dicen ahora que no estaba preparado para la escena nacional, a pesar de haber pasado gran parte de los dos últimos años viajando por el país como presidente de la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos.

“Demostró que no está preparado para postularse para presidente”, dijo el urbanizador Moishe Mana, el mayor dueño de tierras en el downtown de Miami, quien donó $100,000 a un comité de apoyo a Suárez en diciembre.

Ni Suárez ni los representantes de su campaña respondieron a las peticiones de declaraciones.

‘¿Me estaba engañando a mí mismo a cierto nivel?’

La candidatura de Suárez fue vista en gran medida como un esfuerzo para crear su perfil nacional, en lugar de una amenaza legítima para ganar la nominación del Partido Republicano. Pero la efímera campaña quizá no haya construido su marca de la forma que él esperaba.

Algunos momentos notables fueron una metedura de pata en un programa de radio conservador, un chatbot parecido a Suárez que repetía la frase característica del alcalde, “¿en qué puedo ayudar?”, y varias tácticas de recaudación de fondos para solicitar donaciones a través de la aplicación de pagos Venmo e intentar llegar al escenario del debate republicano, incluido el sorteo de entradas en primera fila para el debut de Lionel Messi con el Inter Miami y la oferta de tarjetas regalo de $20 a cambio de contribuciones de $1.

Suárez también fue acosado en los medios conservadores por su voto a la presidencia en 2016 contra Trump y en 2018 por Andrew Gillum, el oponente demócrata de DeSantis en la contienda por la gobernatura de la Florida. Otros republicanos de la Florida destrozaron su campaña, incluido el ex alcalde de Miami-Dade y representante federal Carlos Giménez, quien lo llamó “fraude” en una entrevista con Fox News al día siguiente de que Suárez lanzara su campaña y lo acusó de atribuirse los logros de otros en Miami.

Ford O’Connell, un veterano estratega republicano, calificó la campaña de Suárez como “un ejercicio de construcción de perfil ... que chocó con la realidad”.

“Realmente uno no puede postularse para presidente por capricho como ejecutivo a tiempo parcial y esperar que funcione automáticamente”, dijo O’Connell. “Es telegénico, atlético, tenía el papel central del reparto. Solo le faltaba la sustancia”.

O’Connell también señaló que los electores de las primarias se apagaron por sus votos contra Trump, aunque Suárez pasó gran parte de su campaña defendiendo al ex presidente, una táctica que confundió al menos a un importante donante de campaña.

Mana, el urbanizador de Miami, dijo al Miami Herald en una entrevista la semana pasada que se puso en contacto con Suárez varias veces durante la campaña para expresar su decepción por la negativa del alcalde a criticar a Trump y cuestionar la validez de las acusaciones penales contra el ex presidente.

“Le dije que estaba totalmente en desacuerdo con él”, dijo Mana.

Dijo que Suárez finalmente pidió al urbanizador que dejara de ponerse en contacto con él.

Suárez también se vio acosado durante la campaña por los reportajes del Miami Herald sobre su riqueza privada y por una investigación del FBI sobre su trabajo para un urbanizador que le pagaba $10,000 al mes y que recurría a su oficina para que le ayudara a reducir los trámites burocráticos en el Ayuntamiento.

Pero, en última instancia, la sentencia de muerte para sus aspiraciones a la Casa Blanca fue su fracaso para llegar al primer debate presidencial en Milwaukee, después de declarar erróneamente que se había clasificado.

“Es probablemente su último intento de ser relevante”, dijo Keith Naughton, un consultor republicano con sede en Washington, después que Suárez publicó un video celebrando una participación en el debate que nunca se materializó. “Si no lo consigue, será vergonzoso”.

Suárez proyectó a menudo un aire de confianza durante su campaña, declarando incluso en los días previos al debate que cualquier candidato que no pudiera subir al escenario debería retirarse de la contienda. Pero el alcalde, durante una entrevista en podcast el 19 de agosto con John Quinn, del bufete de abogados Quinn Emanuel, donde Suárez es asesor, reconoció que la campaña presidencial había sido más difícil de lo previsto, comparándola con un episodio de Survivor.

Durante la entrevista, comparó la transición de hacer campaña para alcalde a la presidencial con pasar del basquetbol de preparatoria “directamente a los profesionales”. Añadió que pensó que podía convertir la cobertura mediática positiva previa en presentaciones regulares en los canales de noticias de máxima audiencia.

“Y eso no ocurrió”, dijo Suárez. “Y eso hace más difícil labrarse un nombre”.

Suárez admitió que hubo momentos durante la efímera campaña en los que dudó de sí mismo.

“¿Realmente tomé la decisión correcta?”, recordó que pensó durante todo el proceso. “¿Me estaba engañando a mí mismo a cierto nivel? ¿Me perdí algunas señales?”.

Regreso a la realidad

El anuncio de Suárez el martes puso fin a una semana de silencio. Desde que reconoció que había anunciado erróneamente que estaría en el escenario del debate presidencial en Milwaukee, el alcalde se había mantenido alejado de las redes sociales, había renunciado a las entrevistas y había ignorado las preguntas de reporteros. Su campaña y el superPAC SOS que apoyaba su candidatura dejaron de anunciarse en Facebook.

Es probable que queden cabos sueltos de su campaña, como el pago al personal y a los proveedores. No está claro cuánto dinero le queda en su cuenta oficial de campaña o si devolverá las contribuciones, ni tampoco se sabe qué pasará con el dinero guardado en el superPAC.

Tampoco está claro el paradero de Suárez en la última semana. No estaba en el Ayuntamiento cuando un reportero se presentó el martes, ni estaba en su casa de Miami, según un policía de la ciudad apostado frente a la casa del alcalde. Los intentos de ponerse en contacto con él y con su portavoz por teléfono móvil no obtuvieron respuesta.

En la sede de la campaña de Suárez en Coral Gables el martes por la mañana, un par de pilas de correo y algunos aviones de papel estaban sobre el mostrador, que estaba desocupado. Barry Bennett, un empleado de la campaña que anteriormente fue asesor de la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, dijo al Herald que la campaña de Suárez seguía viva “por ahora”, y “manténganse en sintonía”.

Alrededor de una hora más tarde, Suárez anunció en las redes sociales que se había retirado de la contienda.

En algún momento, el alcalde deberá volver a Dinner Key, donde Suárez tendrá la tarea de abordar viejos y conocidos problemas, desde los baches hasta la actual crisis de la vivienda. El mes que viene, su administración tendrá que aprobar un nuevo presupuesto.

“El alcalde sigue siendo el alcalde”, dijo la comisionada Sabina Covo, “y somos colegas que tenemos que trabajar juntos para mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes, lo cual es mi prioridad”.