Desde camisetas de Maradona hasta arte callejero: cinco imperdibles para ver en Córdoba durante las vacaciones

La feria de artesanos de Güemes funciona los sábados por la tarde
La feria de artesanos de Güemes funciona los sábados por la tarde

CÓRDOBA.- En las vacaciones de invierno esta ciudad es uno de los destinos elegidos por las familias. De hecho, son muchas las que hacen base en esta capital y, desde aquí, realizan una “escapada” a las sierras.

Son diversos los atractivos de la ciudad, desde la “Milla de Oro” de los museos, en pleno barrio Nueva Córdoba, a las numerosas iglesias que hacen que se la llame a la capital “Córdoba de las campanas”. También hay propuestas gastronómicas, de espectáculos, shoppings y ferias de artesanías. LA NACIÓN eligió cinco alternativas que pueden disfrutar las familias.

Manzana jesuítica

En 2000, la Unesco declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad el complejo jesuítico cordobés. En la ciudad, está la Manzana Jesuítica integrada por el Colegio Monserrat, la Iglesia y la Residencia de la Compañía de Jesús y el rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba.

Todos los edificios están en pleno centro, a 200 metros de la Catedral y la Plaza San Martín. Los jesuitas se instalaron en lo que era un caserío de adobe de unos 300 habitantes en 1599. En aquel entonces donde hoy está la iglesia de la Compañía de Jesús, había una ermita dedicada a Tiburcio y Valeriano, los santos que habían protegido a los vecinos de la plaga de langostas.

Ese fue el centro que controló toda la Gobernación Jesuítica hasta el Paraguay y, hacia el sur, hasta el límite de los territorios de la corona española. La iglesia de la Compañía se construyó entre 1653 y 1674. Su bóveda del cielorraso integrada por listones en forma de quilla invertida es uno de sus atractivos. Pegada al edificio está la Capilla Doméstica. En toda la construcción hay aportes de los artistas indígenas que se mezclaron con los de los europeos.

La Iglesia de la Compañía se construyó entre 1653 y 1674; estuvo a cargo de los jesuitas;  está en pleno centro de la ciudad
La Iglesia de la Compañía se construyó entre 1653 y 1674; estuvo a cargo de los jesuitas; está en pleno centro de la ciudad

También la universidad fue dirigida durante 154 años por los jesuitas. En su solar funcionaba el Colegio Máximo, que era la casa de estudios superiores de la orden. Los visitantes pueden recorrer en el Museo Histórico parte del legado. Todos los edificios de la manzana están intercomunicados. El actual Colegio Nacional de Monserrat fue el que sucedió al Colegio Convictorio. Frente a la Manzana Jesuítica está el Museo San Alberto (primera sede del Colegio Convictorio), donde funcionó –hasta la expulsión de los jesuitas– la tercera imprenta de América del Sur.

Cerca del cielo

Recorrer el Centro de Ciencias Plaza Cielo Tierra en la ciudad, en el inicio del Parque de las Tejas, es una opción no solo para los más chicos, sino también para los grandes. El edificio cuenta con uno de los telescopios más avanzados del mundo, el Julio Verne, que es el primer híbrido del interior del país y el único instalado en un parque de este tipo. El otro está en el Planetario Galileo Galilei de la ciudad de Buenos Aires.

Las atracciones incluyen el Astroparque, la Plaza Didáctica, el Geoparque, la Plaza de Ingenio y el pabellón Cielo Tierra.

Está abierto de martes a domingo; hay talleres y recorridos guiados a partir de las 9. Las visitas gratuitas son guiadas y se recomienda sacar turno en la web del centro.

El planetario híbrido Julio Verne, en la Plaza Cielo Tierra, es uno de los atractivos del centro, que tiene visitas guiadas
El planetario híbrido Julio Verne, en la Plaza Cielo Tierra, es uno de los atractivos del centro, que tiene visitas guiadas

También en la ciudad, hasta el 30 próximo se puede visitar la sede del Observatorio Astronómico, todos los viernes y sábados de 19 a 22. La entrada es libre, sin reserva y se puede acceder a un recorrido guiado por el museo y observaciones por el telescopio Ecuatorial, si el clima lo permite.

La institución fue fundada el 24 de octubre de 1871, por iniciativa del entonces presidente Domingo Sarmiento y las gestiones de su ministro, Nicolás Avellaneda. Su primer director fue astrónomo estadounidense Benjamín Gould.

Entre camisetas, autos y pelotas

Cualquier integrante de una familia puede encontrar algún objeto de su pasión deportiva en el Museo del Deporte de Córdoba que funciona en el estadio mundialista Mario Kempes, a unos 25 minutos del centro. Pegado están dos parques enormes con espacio para juegos, ciclismo y reuniones al aire libre, el Kempes y el Bustos.

Hay camisetas del Napoli que usó Diego Maradona y un Chevrolet de 1939 con el que Oscar Cabalén debutó como piloto en 1950. Los visitantes también podrán ver el espacio donde Lionel Messi se cambió las tres veces que vino la Selección argentina a jugar al estadio.

El museo Provincial del Deporte funciona en el estadio Mario Alberto Kempes, a 25 minutos del centro cordobés
El museo Provincial del Deporte funciona en el estadio Mario Alberto Kempes, a 25 minutos del centro cordobés - Créditos: @Diego Lima

Por supuesto, hay camisetas de otros cordobeses que pasaron por el seleccionado, como Mario Kempes, “El Matador”; de los clubes de fútbol locales de distintas épocas; todas las de Atenas del Open McDonald’s de París de 1997, en el que salió tercero y participó el Chicago Bulls de Michael Jordan; está el buzo antiflama de Jorge Raúl Recalde, el padre del rally en la Argentina y único latinoamericano ganador de una carrera del campeonato mundial. Hay un salón “olímpico” y hasta partes del Autotrol gigante (una pantalla que indicaba los resultados de los partidos) que se inauguró en el Mundial ‘78 en el estadio y se cambió hace unos años.

El museo abre de martes a domingo y feriados de 10 a 13 y de 14 a 18; la entrada cuesta $500 y $200 los menores de 6 a 12 años (menos de 6 no pagan). Los miércoles, gratis. Incluye visita a museo, vestuario y campo de juego

A la vera del río, los colores

Para quienes prefieren caminatas al aire libre, una opción es recorrer la costanera de la ciudad, entre los puentes Avellaneda y Antártida, para ver arte callejero. Hay, incluso, una visita guiada organizada por la Municipalidad de Córdoba, que reseña los edificios distintivos que se van cruzando, como la vieja Cervecería Córdoba, la cancha del Club Atlético Belgrano y la Escuela Manuel Belgrano.

Buena parte de la costanera de la ciudad de Córdoba se puede recorrer apreciando arte callejero.
Buena parte de la costanera de la ciudad de Córdoba se puede recorrer apreciando arte callejero.

Los murales, pintados por artistas cordobeses, generan un corredor con imágenes que simulan aldeas que llevan el nombre de “miniciudades”. Además de en esta zona de la costanera, hay murales pintados en diversas áreas de Córdoba. Unos 400 artistas participaron de la tarea. Hay unos 100 kilómetros pintados en total.

En una parte del recorrido está el parque Las Heras-Elisa, un espacio verde recuperado recientemente que forma parte del patrimonio histórico de la ciudad. Fue el primer parque urbano de Córdoba, establecido en 1882, casi 20 años antes de la fundación del Parque Sarmiento. Está ubicado en la orilla norte del río Suquía.

De arrabal a barrio trendy

Lo que hoy es el barrio Güemes, a apenas seis cuadras de la plaza San Martín, antes eran los arrabales de la ciudad. En los últimos años concentra locales gastronómicos, cervecerías artesanales, locales de moda circular y algunas tiendas de diseño, además de una feria de artesanías que abre los sábados por la tarde.

El barrio, que se localiza al costado de la Cañada, una obra icónica de la ciudad, cuenta con casonas antiguas reconvertidas. Los artesanos se acomodan en donde hace décadas estuvo la Plaza de las Carretas. Güemes fue el primer barrio obrero de Córdoba.

Un atractivo que se sumó hace dos meses es el Paseo Güemes, un espacio verde que rodea el edificio que fuera la Cárcel de Encausados, que se construyó a fines de 1921 y cuyo edificio fue diseñado por el arquitecto Juan Kronfuss. En distintas épocas se le anexaron otras dependencias.

Muy cerca de Güemes, está el Paseo del Buen Pastor y la iglesia del Sagrado Corazón, conocida como la de los Capuchinos, construida por el arquitecto Augusto Ferrari. Hay, incluso, un recorrido que permite subir a una de sus torres y acceder a lugares que, de otra manera, no son públicos.