Con cambio de enfoque, Colombia presenta su nueva política contra las drogas

Por Luis Jaime Acosta

EL TAMBO, Colombia, 3 oct (Reuters) - El presidente de Colombia, Gustavo Petro, lanzó el martes su nueva política Nacional de Drogas que busca reducir el área sembrada con hoja de coca, la producción potencial de cocaína y la deforestación con un enfoque de concertación que privilegia los derechos humanos, la salud y la consolidación de la paz.

Hasta ahora las políticas antidrogas del país sudamericano, blanco de presiones de Estados Unidos para reducir la producción de cocaína, se enfocaban en acciones de represión que incluían la erradicación forzosa de los cultivos de hoja de coca y la persecución de los campesinos cultivadores.

"Queremos hacer la primera experiencia concertada con la comunidad toda para transformar una economía en otra", dijo Petro en el acto de presentación de la nueva política de drogas en este municipio del departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia, uno de los más afectados por los cultivos de hoja de coca, la materia prima de la cocaína.

"Una política que no se basa en las rejas, que no se basa en las extradiciones, que no se basa en la corrupción del Estado", agregó.

Pese al cambio de enfoque, el Gobierno de Petro, el primer presidente de izquierda en la historia del país, mantuvo el compromiso del Estado de golpear las capacidades y finanzas de las organizaciones criminales involucradas en el narcotráfico, considerado el combustible que alimenta el conflicto interno de seis décadas que ha dejado 450.000 muertos.

Bajo el lema "Sembrando vida desterramos el narcotráfico", la estrategia que regirá entre el 2023 y el 2033 busca apoyar territorios, comunidades, personas y ecosistemas afectados por el mercado de las drogas ilegales para que cambien a economías lícitas transformando sus condiciones económicas y sociales.

También pretende implementar medidas de manejo ambiental y acción climática para la conservación y restauración de las zonas afectadas por el narcotráfico, mientras aborda el consumo de drogas desde un enfoque de salud pública y de derechos.

El plan contempla la erradicación voluntaria de cultivos de hoja de coca y su sustitución por café, cacao o frutas, entrega de tierras productivas y más presencia del Estado con carreteras, salud, educación y asistencia agrícola en apartadas zonas montañosas y selváticas hasta ahora abandonadas.

ASFIXIAR EL NARCOTRÁFICO

​La iniciativa busca asfixiar las rentas de las organizaciones del narcotráfico, combatir la corrupción, afectar la infraestructura destinada a la producción de drogas ilícitas, controlar estratégicamente los insumos químicos, además de fortalecer la interdicción marítima, fluvial, aérea y terrestre.

El área sembrada con cocales en Colombia subió un 13% a 230.000 hectáreas en el 2022 y la producción potencial de cocaína aumentó un 24% a 1.738 toneladas métricas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Con la estrategia el Gobierno pretende reducir para el 2026 los cultivos de hoja de coca a 140.000 hectáreas, la capacidad de producción de cocaína a 990 toneladas métricas, además de disminuir la deforestación y las emisiones de CO2.

Se estima entre 55.000 millones y 86.000 millones de dólares las pérdidas para las finanzas de los grupos armados ilegales implicados en el narcotráfico por la iniciativa.

Un reciente informe del Ministerio de Ambiente reveló que un 13% de la deforestación anual de Colombia está vinculada con los cultivos ilícitos. En el 2022 la deforestación se redujo un 29,1% a 123.517 hectáreas desde 174.103 hectáreas en el año previo.

Colombia, con una posición estratégica por estar rodeada por dos océanos, es considerado uno de los mayores productores mundiales de cocaína, actividad en la que están implicados grupos de narcotraficantes, bandas criminales conformadas por exparamilitares de ultraderecha y la guerrilla del ELN, además de disidencias de las FARC que se apartaron del acuerdo de paz.

Petro busca acuerdos de paz con los grupos rebeldes, mientras ofrece beneficios jurídicos a las bandas criminales para que se sometan a la ley y abandonen las armas y el narcotráfico.

(Reporte de Luis Jaime Acosta, editado por Nelson Bocanegra)