El cambio climático hará que enfermedades infecciosas como el coronavirus sean cada vez más difíciles de tratar

Las consecuencias de la expansión del coronavirus son visibles: decenas de miles de personas han fallecido en el mundo, se han perdido millones de puestos de trabajo y prácticamente todo el planeta ha visto alterada su vida. La pandemia ha mostrado la vulnerabilidad de las sociedades para hacer frente a este tipo de enfermedades infecciosas.

A la espera de que el COVID-19 remita y con todas las esperanzas puestas en la aparición de una vacuna, la Organización Mundial de la Salud advierte de que la situación en las próximas décadas podría empeorar debido al cambio climático. Los brotes de enfermedades contagiosas serían más numerosos y habría que convivir con ellos, tal y como cuenta Business Insider.

El coronavirus ha vacíado las calles (Photo by Miquel Benitez/Getty Images)
El coronavirus ha vacíado las calles (Photo by Miquel Benitez/Getty Images)

El aumento de las temperaturas que sufre el planeta está provocando un cambio en los patrones climáticos. Así, en los últimos años se han producido más olas de calor en países que tradicionalmente no las vivían como Alemania o Reino Unido, precipitaciones numerosas que desembocan en inundaciones o un aumento en los desastres naturales. Factores estos que están ayudando a crear los ambientes ideales para la propagación de determinadas enfermedades infecciosas.

Cabe recordar que la transmisión de estos brotes se puede producir de varias maneras distintas: puede ocurrir entre humanos, puede ser directamente desde un animal a un humano; o puede ser desde un animal a un humano mediante un vector de transmisión (por ejemplo un mosquito).

Los investigadores temen que el cambio climático haga que los animales propaguen las enfermedades a zonas más extensas y que los patógenos tengan más facilidad para sobrevivir a la nueva climatología, aumentando el riesgo de que se produzcan brotes de contagio.

Un ejemplo que valoran los científicos es el de la malaria, enfermedad transmitida por la picadura de un mosquito. Normalmente se da en países cálidos y con humedad, pero a medida que aumentan las temperaturas se están creando nuevos ecosistemas para la propagación de los contagios.

Con unos monzones crecientes y unos termómetros que año tras año marcan temperaturas récord, se dan unas condiciones óptimas para la reproducción de los mosquitos. El gran riesgo es que estos insectos sean capaces de sobrevivir en zonas que típicamente han sido más frías y que pueden verse afectadas por una enfermedad que hasta ahora no había existido.

El cambio climático va a favorecer la reproducción de los mosquitos (Getty Creative).
El cambio climático va a favorecer la reproducción de los mosquitos (Getty Creative).

Erin Mordecai, bióloga de la Universidad de Stanford alerta que “si el clima se está volviendo más óptimo para la transmisión, cada vez será más difícil controlar los mosquitos”.

Pasa algo similar con las enfermedades infecciosas transmitidas a los humanos por garrapatas o ratones. Este tipo de animales se desplazan en función de la climatología. Tal y como señala la OMS, los roedores proliferan en regiones templadas y después de inviernos suaves y húmedos actúan como hospedador de enfermedades. Algunas de ellas como la leptospirosis, la tularemia o las patologías hemorrágicas virales están asociadas al aumento de las inundaciones por el cambio climático.

El ébola

El aumento de las precipitaciones tras las largas temporadas secas de África también desencadena un aumento de la producción de fruta y, según los investigadores, crea un entorno perfecto para que los animales puedan propagar enfermedades como el ébola.

Conviene recordar que pese a que su origen es desconocido, los expertos creen que viene causado por el murciélago de la fruta y el contagio entre seres humanos se produce por contacto entre fluidos corporales. Estos mamíferos son capaces de desplazarse además a lo largo de muchos kilómetros, por lo que unas condiciones climáticas agradables para ellos harán que puedan viajar más lejos, llevando la enfermedad a lugares en los que antes no había estado.

El cambio climático también va a ayudar a que el ébola se contagie más fácilmente con el consumo de animales silvestres. Las continuas sequías llevan a una escasez de alimentos que obligará, especialmente en el continente africano, a alimentarse con animales infectados. Según Kris Murray, de la ONG EcoHealth Alliance, casi el 50% de los brotes de ébola anteriores han estado relacionados con el consumo de carne contaminada.

La carne contaminada fomenta la transmisión del ébola (AP Photo/Christian Thompson, File)
La carne contaminada fomenta la transmisión del ébola (AP Photo/Christian Thompson, File)

Defensas más débiles

Finalmente, el sistema inmunológico humano también se puede ver debilitado con el aumento de las temperaturas en el planeta. Una de las principales formas del organismo para eliminar a los patógenos es subir la temperatura corporal. Pero debido al cambio climático, los virus están logrando adaptarse a entornos más cálidos, incluso dentro del propio cuerpo, por lo que existe el riesgo de que esta defensa natural cada vez sea menos efectiva.

Pese a que aún hay muchas preguntas por resolver, parece claro que el aumento de las temperaturas en el planeta va a cambiar, de manera muy importante, la vida tal y como la conocíamos hasta ahora. Las enfermedades infecciosas han llegado para quedarse.

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