El cambio climático podría traer huracanes más fuertes y tempranos, de acuerdo con un estudio, pero y ¿en la Florida?

La atmósfera de la Tierra está más caliente que hace unas décadas y los científicos empezaron a preguntarse cómo han cambiado los huracanes y las tormentas en un mundo más cálido y cómo podrían seguir cambiando.

El último trabajo de investigación sobre el tema sugirió que el cambio climático puede ser la causa de que los huracanes más fuertes se formen “significativamente” antes en la temporada; sin embargo, también reveló que el impacto parece menos evidente en la cuenca del Océano Atlántico, el lugar de cultivo de los huracanes que amenazan la Florida y el resto de la costa de Estados Unidos.

El estudio, publicado en la revista Nature, constata una tendencia mundial: ahora los huracanes de categoría cuatro y cinco se producen unos 15 días antes en todo el planeta que en la década de 1980. En este caso, “antes” se define como de junio a agosto, mientras que el final “tardío” de la temporada se considera de septiembre a noviembre.

Según los autores, se trata de un dato importante, ya que la parte más temprana de la temporada de tormentas en todo el mundo suele coincidir con la temporada de lluvias, lo que aumenta las posibilidades de que se produzcan grandes inundaciones.

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De acuerdo con Fengfei Song, coautor e investigador de la Universidad Oceánica de China (OUC) en Qingdao, los investigadores también descubrieron que la intensificación rápida, es decir, el proceso por el que una tormenta se hace mucho más fuerte en un breve periodo de tiempo, ahora se produce unas dos semanas antes en la temporada.

“El adelanto estacional de los ciclones tropicales intensos nos hizo preguntarnos si los fenómenos de intensificación rápida también podrían experimentar un cambio similar, lo que resultó ser el caso”, escribió en un correo electrónico.

El trabajo no encontró un patrón similar para tormentas de toda fuerza, solo para las más potentes, y, aunque los investigadores encontraron pruebas de esta tendencia en todo el planeta, había diferencias en algunas cuencas.

Esta figura del estudio de Nature muestra en dónde encontraron los autores un patrón de fuertes tormentas en la primera mitad de la temporada de huracanes. El patrón es más fuerte en el Pacífico Norte occidental, pero la cuenca atlántica también muestra una versión más suave de la tendencia. Nature
Esta figura del estudio de Nature muestra en dónde encontraron los autores un patrón de fuertes tormentas en la primera mitad de la temporada de huracanes. El patrón es más fuerte en el Pacífico Norte occidental, pero la cuenca atlántica también muestra una versión más suave de la tendencia. Nature

La pauta era más marcada en el Pacífico Norte occidental, pero la cuenca atlántica, en donde se originan todas las tormentas que azotan el Caribe y las costas este y del Golfo de Estados Unidos, mostraba menos indicios de la tendencia.

Esto no le sorprendió a Bryan Norcross, especialista en huracanes de Fox Weather. Aunque en general está de acuerdo con los resultados del estudio, se muestra escéptico ante las conclusiones extraídas sobre la cuenca atlántica.

“Los factores de los que hablan pueden contribuir a que las tormentas se desarrollen un poco antes, pero hay muchas otras cosas en juego”, dijo. “El Atlántico es una cuenca única porque es muy pequeña, así que siempre hay muchos factores que afectan a la temporada”.

Por un lado, dijo Norcross, los autores solo revisaron las tormentas de 1981 a 2017. Durante ese periodo, el mundo redujo drásticamente la contaminación atmosférica, lo que hizo del mundo un lugar más seguro y saludable para muchos.

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No obstante, los científicos descubrieron años más tarde que la contaminación atmosférica nublaba los cielos de lugares como el Océano Atlántico, enfriando el agua y suprimiendo la actividad de las tormentas. Ahora, con menos contaminación en el aire, el Atlántico está experimentando más tormentas que cuando el aire era más sucio.

“Sabemos que la atmósfera sobre el Atlántico entre 1981 y 1995 era diferente de la actual, por lo que comparar ese periodo de tiempo, en el que la mitad del mismo se encontraba en esta situación de supresión, no funciona”, dijo.

La complejidad de la cuenca atlántica y los numerosos factores que influyen en cómo, en dónde y si se forma un huracán hacen que a los científicos les resulte difícil desentrañar los efectos específicos del cambio climático.

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Aun así, cada vez hay más estudios que sugieren que un mundo más cálido ya está modificando los huracanes y la temporada de huracanes. El verano pasado, un equipo de investigadores descubrió que el cambio climático estaba calentando las temperaturas de la superficie del mar y adelantando el inicio de la temporada de huracanes dos semanas respecto a la fecha oficial del 1 de junio.

Incluso antes de que se publicara el estudio, National Hurricane Center (NHC) modificó su equipo de meteorólogos para empezar a trabajar a mediados de mayo en lugar de junio.

Otros estudios también han relacionado el calentamiento global con más mareas tormentosas, huracanes más lluviosos y una intensificación rápida más frecuente, aunque las investigaciones también sugieren que el cambio climático podría producir menos huracanes —pero más fuertes— en el futuro.