En cama con desfibrilador las secuelas de sobreviviente de Ayotzinapa

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 18 (EL UNIVERSAL).- A casi ocho años de la desaparición de 43 estudiantes, en Iguala, Guerrero, Aldo Gutiérrez Solano es un sobreviviente olvidado. En aquél ataque, una bala le atravesó la cabeza, lo que lo dejó en cama de forma permanente.

Durante el tiroteo en el que un grupo del narcotráfico secuestró a los normalistas, murieron seis personas: tres estudiantes, una mujer que iba en un taxi, el chofer de un autobús que trasladaba a un equipo de fútbol juvenil y un jugador de 15 años. Pero Aldo vivió, aunque con secuelas de por vida.

El anexo siete del Informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, correspondiente a la atención a víctimas, no contiene nombres, pero fuentes cercanas a EL UNIVERSAL , detallaron que se trata de Aldo.

El informe señala que el exnormalista, recibe atención de la Comisión Ejecutivo de Atención a Víctimas (CEAV) de manera sostenida desde el 29 de junio de 2017, en coordinación con el Gobierno del Estado de Guerrero, la Secretaría de Salud del Gobierno Federal, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Secretaría de Gobernación, a través de un acuerdo "mediante el cual se establecieron compromisos y medidas de ayuda en materia de atención médica y asistencia en favor de dicho joven".

Explica que, "a fin de garantizar en todo momento, el derecho a la salud del joven sobreviviente", la CEAV ha atendido diversos requerimientos de equipamiento médico, como son: cama especial, monitor de tensión arterial y oximetría, aire acondicionado, y deshumidificador, aparatos que ocupa en su día a día.

Además, cuenta con grúa de transporte de su cama al cuarto de terapias, cama ducha, desfibrilador, aspirador, y colchón de presión alterna.

El desfibrilador es un aparato que diagnostica y trata ciertas arritmias y paradas cardíacas, pudiendo así evitar la muerte del paciente.

De acuerdo con las autoridades federales, desde enero de este año, la CEAV acordó con la Secretaría de Salud que los insumos y medicamentos con que no cuenten en su cuadro de abastecimiento "serán solicitados a su Dirección de Servicios Médicos para realizar el trámite administrativo correspondiente".

Las víctimas indirectas. Además de Aldo, el gobierno federal ha reconocido que existen víctimas indirectas del caso, quienes han recibido atención en diversas vertientes.

Entre ellos destacan 68 familiares de los 43 desaparecidos, quienes reciben becas educativas a fin de cursar su educación básica, media superior y superior en instituciones públicas del sistema educativo nacional.

También se contabilizan ocho incorporaciones a núcleos familiares ante el Registro Nacional de Víctimas (RENAVI) de la CEAV, para el otorgamiento de medidas en materia de alimentación.

Ante la CEAV, están inscritas 43 víctimas directas y 140 víctimas indirectas.

De 2018 a la fecha, se han gestionado las medidas de ayuda por conceptos de alimentación y alojamiento a 90 núcleos familiares, y se emitieron medidas de ayuda por concepto de alimentación y alojamiento mensuales a favor de 90 núcleos familiares.

Adicionalmente, se ha brindado atención psicológica a 112 personas, además de 228 atenciones médicas.