Un círculo de tambores en South Beach molesta a los vecinos. La ciudad podría intervenir

Todos los domingos por la tarde, cuando el sol se pone y las embarcaciones flotan mar adentro, personas se reúnen en el extremo sur de Miami Beach para bailar bachata, hacer yoga acrobático y tocar los tambores.

A veces son cientos. Algunos patinan. Otros se balancean en una cuerda de equilibrio. Otros simplemente observan y bailan al ritmo de las dos docenas de percusionistas que traen a South Pointe Park tambores brasileños, africanos y afrocubanos.

“Es una reunión orgánica”, dijo Raquel Pacheco, vecina en Miami Beach y defensora de los círculos de tambores. “Es realmente inclusivo, hay de todas las edades. Es un acontecimiento maravilloso”.

En las torres de apartamentos de lujo, algunos habitantes se tapan los oídos.

El círculo de tambores se ha convertido en el ejemplo más reciente de las guerras culturales de Miami Beach, que han enfrentado las preocupaciones de los habitantes por la calidad de vida con casi cualquiera que haga ruido. Otros puntos de inflexión recientes: horario reducido para la venta de alcohol, barcos de fiesta y bares de hookah.

Algunos habitantes del vecindario de South of Fifth afirman que los círculos de tambores crecieron en tamaño y volumen desde que se convirtieron en algo habitual el año pasado.

Quieren que la ciudad haga algo al respecto.

“Se necesita un equilibrio entre el uso público del parque y los vecinos que merecen disfrutar tranquilamente de sus casas en un barrio residencial”, declaró Alyson Herman, presidenta de la Asociación de Vecinos de South of Fifth.

Añadió que el toque de tambores a veces se prolonga después de las 10 p.m.

“Para demostrar su buena fe, los percusionistas deberían reducir su nivel de ruido y limitar el toque de tambores a una hora antes y una hora después de la puesta de sol”, dijo.

Otros han expresado sus quejas por correo electrónico a funcionarios municipales, entre ellos un miembro de la junta de administración de la Portofino Tower, de 44 pisos, quien dijo a la comisionada Kristen Rosen González que muchos vecinos están descontentos.

“El problema es realmente el ruido”, dijo Nick Tannura en el correo electrónico. “Es ruidoso y hay constantes golpes de tambores durante cuatro o cinco horas todos los domingos”.

Otro vecino de South Beach le dijo a Rosen González por correo electrónico que “parece una invasión”, y que la reacción está dando lugar a un intenso debate en internet.

“Me molesta la hostilidad de las discusiones en los grupos de chat de vecinos sobre el círculo: guerra de clases, hostilidad hacia los ricos, los habitantes de tiempo parcial y [el vecindario de South of Fifth] en general”, escribió Lisa Napolitano. “Es como si disfrutaran viniendo aquí a molestar a los demás”.

Otros dicen que no hay ningún problema. El círculo de tambores suele terminar poco después de las 9 p.m., dicen, y los asistentes siempre limpian lo que ensucian.

Pacheco, ex candidata a la Comisión Municipal de Miami Beach y al Senado estatal, inició una petición para salvar el círculo de tambores que cuenta con unas 2,000 firmas.

Admitió que no es su ambiente habitual, pero dijo que todos se sienten bienvenidos.

“No hay drama, ni alcohol, ni peleas, ni policía, ni armas, ni violencia de ningún tipo”, dijo.

Uno de los percusionistas, quien pidió no ser identificado, dijo que no le importaría dejar de tocar antes por respeto a los vecinos. Pero eso sería difícil de garantizar todas las semanas, dijo, porque los encuentros reúnen a varios artistas y habitantes y no tienen un único líder.

“No somos solo nosotros”, dijo. “A veces, si yo no estoy, llega otro percusionista de otro [grupo]”.

Los percusionistas “no están en ningún bando político”, añadió.

“Solo queremos la libertad del espacio público”, dijo.

La ciudad se involucra

Los departamentos de Urbanismo, Parques y la Policía de Miami Beach no han emitido ninguna infracción por el círculo de tambores, declaró esta semana Melissa Berthier, portavoz municipal.

Pero las quejas de los vecinos llamaron la atención de funcionarios electos, lo que significa que el futuro del círculo de tambores puede pasar ahora por el Ayuntamiento.

En una reunión de la Comisión a principios de este mes, Rosen González dijo que la ciudad necesita trasladar las reuniones fuera de South Pointe Park.

“El sonido viaja directamente hacia arriba”, afirmó.

El comisionado Alex Fernández concordó en que hay que hacer algo.

“Ciertamente, ninguna actividad en South Pointe Park debe incluir música tan amplificada que afecte a la calidad de vida de los vecinos de esa zona”, dijo.

En respuesta a las quejas, la ciudad tiene previsto enviar policías a una torre de apartamentos cercana durante un próximo círculo de tambores para decidir si se justifica una infracción por ruido. Estas determinaciones se basan generalmente en si el sonido puede oírse desde el interior de un edificio con las ventanas y puertas cerradas.

“La línea de ataque más obvia es la ordenanza sobre el ruido”, dijo Rob Rosenwald, abogado municipal adjunto, en la reunión de la Comisión del 1 de febrero. “Primero intentaremos eso”.

Propuesta de ubicación alternativa

En la reunión de la comisión del 22 de febrero también se presentará una propuesta para trasladar el círculo de tambores a Soundscape Park, en 17 Street y Washington Avenue, junto a New World Center.

La idea es convertir la reunión en un evento permitido que coincida con la ampliación del programa de música al aire libre de la ciudad, que fue objeto de críticas en julio pasado después que la policía esposó y expulsó al percusionista Jackson Strong de South Pointe Park cuando actuó sin permiso y se negó a mostrar su identificación.

Los músicos que quieran actuar en South Beach deben solicitar un permiso a través de una lotería trimestral del gobierno, con permisos disponibles en lugares designados al sur de 24 Street en Lincoln Road, Collins Avenue y Ocean Drive. South Pointe Park no está entre ellos.

La propuesta de la ciudad añadiría cuatro lugares de presentación en Soundscape Park los domingos entre las 5 y las 8 p.m., con el objetivo, al menos en parte, de acoger al grupo del círculo de tambores.

Pero los participantes y simpatizantes dicen que es pco probable que eso funcione.

South Pointe Park está ubicado intencionadamente en un lugar pintoresco cerca del agua, dicen, y parte de su belleza radica en que es orgánico, no una “actuación” formal regulada por la ciudad.

“Mi preocupación es que la ciudad intervenga en un evento orgánico como este, creado por la gente de nuestra comunidad”, dijo Max Kaganov, abogado y vecino de Miami Beach que aboga por que el evento permanezca en South Pointe Park. “Le corresponde a la comunidad decidir cómo proceder, en lugar de que la ciudad instituya una solución de arriba hacia abajo para nosotros”.

El círculo de tambores de North Beach es longevo

Otro círculo de tambores de Miami Beach, que se celebra mensualmente en la arena de North Beach durante cada luna llena, lleva más de 15 años celebrándose con escasa intervención municipal.

Pero si la gestión de otros problemas de calidad de vida por parte de las autoridades de Miami Beach es un indicio, es poco probable que la ciudad se desentienda de la versión de South Beach.

Los residentes de South of Fifth no se toman estos problemas a la ligera.

En una reunión de la asociación de vecinos celebrada el pasado jueves, en cuyo orden del día figuraba el círculo de tambores, los vecinos gritaron “¡Paren!” y “¡Qué vergüenza!” a la comisionada de Miami-Dade Eileen Higgins, durante una presentación sobre la propuesta de ampliación del Metromover a South Beach.

Los partidarios del círculo de tambores dicen que los políticos no deberían complacer a esos habitantes.

“¿Por qué nuestros funcionarios electos anteponen los intereses de los vecinos de tiempo parcial y de los millonarios a los de toda la comunidad?”, dijo Pacheco. “Tenemos que coexistir. No pueden decidir lo que les conviene y luego imponer su voluntad a todos los demás”.