Buses 'libres de hollín' para limpiar el aire

Por Juan Francisco Alonso

La contaminación ambiental no es cosa de juego, es un problema de vida o muerte. Así lo reveló un reciente estudio publicado por la revista médica The Lancet, el cual arrojó que en 2016 más de nueve millones de personas murieron a consecuencia de ella en todo el planeta, cifra que es mayor que todas las bajas producidas por todas las guerras, hechos de violencia, desastres naturales y enfermedades juntas.

Para revertir esta situación, la cual cuesta al mundo más de 3 billones de euros, cuatro grandes fabricantes de autobuses y camiones se comprometieron ante Naciones Unidas a ofrecer a 20 grandes ciudades con graves problemas de polución unidades de transporte público equipadas con tecnologías de bajas emisiones, para combatir la polución y el cambio climático.

A partir de 2018 las empresas BYD, Cummins, Scania y Volvo Buses garantizarán autobuses con motores “libres de hollín”, informó la agencia de la ONU para el Medio Ambiente (UN Environment, por sus siglas en inglés).

Las compañías se comprometieron además a informar, a través sus respectivos sitios web, sobre la cartera de productos que ofrecerán a cada urbe y sobre la cantidad de unidades vendidas anualmente.

Las latinoamericanas de Bogotá (Colombia), Buenos Aires (Argentina), Ciudad de México (México), Sao Paulo (Brasil) figuran junto a Estambul (Turquía), Accra (Ghana) y Sidney (Australia) entre las ciudades que participarán en el proyecto.

Saludan el gesto

Como “necesaria”. Así calificó Diego Díaz-Martin, director de Vitalis, una organización ecologista con base en Ciudad de México, la medida, por considerar que “es lo menos que puede hacer el sector transporte, el cual es corresponsable del cambio climático a nivel global”.

“El transporte contribuye con alrededor de 15% de los gases de efecto invernadero, y por ello es fundamental que los transportistas adopten las nuevas tecnologías, para mitigar los pasivos ambientales que han ayudado a crear”, afirmó el experto, quien recordó que la contaminación atmosférica requiere de un trabajo colaborativo y cooperativo entre diversos sectores, incluyendo a los gobiernos, las empresas y la ciudadanía.

Solo en Ciudad de México la contaminación del aire fue la causante de 900 mil hospitalizaciones por afecciones como el asma y la conjuntivitis en 2016, de acuerdo a los registros del Sistema Único Automatizado para la Vigilancia Epidemiológica (Suave). Los alarmantes datos están justificados, pues de los 365 días del año pasado en 212 la calidad del aire fue mala.

Tras aseverar que la polución desencadena decenas de enfermedades, “algunas de ellas con consecuencias nefastas en la esperanza de vida, que puede reducirse de 1 a 10 años, dependiendo del grado de afectación de la población al aire contaminado”, Díaz-Martin reclamó más medidas.

“Se requiere sustituir las energías fósiles por limpias o renovables, incrementar y mantener las superficies sujetas a un manejo especial, que contribuyan a reducir y capturar las grandes cantidades de CO2 y adoptar la ecoeficiencia en procesos industriales, entre muchas otras medidas. La adopción de comportamientos ambientalmente responsables, por parte de la ciudadanía, también es importante, aunque su contribución frente a los grandes consumidores industriales y gubernamentales, puede ser marginal”, remató.

En 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el aire en Buenos Aires no hacía honor a su nombre y que, por el contrario, presentaba niveles de contaminación 30 por ciento superiores a los máximos recomendables.

Pero no solo en América Latina la situación es grave. En días recientes las autoridades locales y regionales de Madrid se vieron obligadas a tomar medidas para reducir el tráfico vehicular en la capital española ante los altos niveles de monóxido de carbono registrados.

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