En busca de mejores condiciones, migrantes montan un campamento improvisado en Canarias

Por Borja Suarez

LA LAGUNA, España, 5 abr (Reuters) - Decenas de migrantes se han instalado en un campamento provisional en las Islas Canarias, abandonando una instalación oficial mucho más grande en la que, según dijeron, habían recibido mala comida, escasa atención médica y no tenían suficientes duchas.

Ante el aumento de la migración desde África, las autoridades canarias han recurrido a alojar a miles de personas en antiguas instalaciones militares.

Más de 1.500 personas viven desde hace dos meses en el campamento de Las Raíces, un antiguo cuartel cerca de la ciudad de La Laguna, en Tenerife.

"El campamento es realmente malo", dijo un migrante senegalés que solo dio un nombre, Babacar.

"La comida no es buena, todos los días, llevo un mes aquí y todos los días la comida es mala", sostuvo Babacar sobre Las Raíces, hablando en el campamento provisional, antes de señalar que tampoco hay suficientes duchas.

ACCEM, la organización no gubernamental que gestiona Las Raíces para el Gobierno español, dijo a Reuters que la comida podría ser mejor, pero que la atención médica estaba disponible para quien la necesitara.

Una portavoz del Ministerio de Migraciones dijo que el Gobierno apoya el trabajo de ACCEM y que el campamento es supervisado regularmente por la agencia de asilo de la Unión Europea.

"La alimentación en el centro cumple con las normas europeas, como hemos dicho en muchas ocasiones. El centro cuenta con un área sanitaria que permite examinar los casos", dijo la portavoz.

Algunos migrantes que han abandonado Las Raíces para dirigirse al campamento provisional, así como otras ONG, dijeron lo contrario.

"La situación es bastante desesperante. La comida es escasa, el servicio médico es escaso, tienen pocos traductores, pocos médicos", dijo Roberto Mesa, de la Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife, un grupo de voluntarios que lleva comida y ropa a los inmigrantes.

El número de indocumentados que llegan a Canarias se multiplicó por ocho a partir de 2019, hasta superar los 25.000. El impacto de la pandemia de COVID-19 en el turismo y otras industrias del norte y del África subsahariana empujó a más personas a embarcarse en el peligroso viaje.

(Reporte de Borja Suárez y Elena Rodríguez; información adicional de Nathan Allen; escrito por Graham Keeley, editado en español por Tomás Cobos y Javier Leira)