“El buque no respondía”. El motivo del inédito choque de un buque contra el puente Zárate-Brazo Largo, según uno de los procesados
El práctico asesor Jorge Eugenio Falcón pidió ser sobreseído en la causa en la que se investiga el choque del buque cerealero En May contra uno de los pilotes del puente Zárate-Brazo Largo, ocurrido en enero pasado. El marino mercante argentino, que asesoraba en la navegación al capitán del navío cuando ocurrió el accidente, apeló el procesamiento dictado por el Juzgado Federal de Campana, que lo había procesado como responsable del choque, al igual que al capitán de la embarcación, el chino Deng Wei.
La inédita colisión no solo provocó daños en la estructura del complejo que une Buenos Aires y Entre Ríos, sino también pérdidas millonarias por el bloqueo parcial de la navegación del canal durante cinco días. La situación volvió a la normalidad recién cuando, tras tareas de salvamiento que requirieron varios días planificación, la Prefectura Naval Argentina logró remover el buque del puente sin generar mayores daños a la base del pilote. Según las estimaciones realizadas en su momento por la Dirección Nacional de Vialidad, el monto de reparación de los daños causados al Complejo Ferroviario “Bartolomé Mitre” ascendía a US$15 millones.
El 13 de agosto pasado, tras analizar el resultado de las pericias, el juez federal de Campana, Adrián González Charvay, había procesado a Falcón “prima facie” coautor del delito culposo de puesta en peligro para la seguridad de una nave, que tiene previsto una pena de prisión de seis meses a tres años.
Según consta en la causa, a las 21.05, estando a unos dos kilómetros del puente, Falcón le ordenó al capitán Weng un rumbo de 288° (caída a estribor), y dos minutos después, le ordenó un nuevo rumbo al 285° (continuando con caída a estribor), lo que provocó que el buque saliera del canal de navegación. Este rumbo, se cree, “habría provocado una rozadura del buque con el fondo del lecho, lo que provocó un efecto veril o banco”.
“Se estima que Jorge Eugenio Falcón, en su calidad de práctico, no asesoró correctamente en la navegación del buque En May, el cual circulaba por la margen izquierda del Río Paraná de las Palmas y por fuera del canal de navegación y, si bien intentó corregir el rumbo cuando advirtió que el buque caía hacia babor, atento al efecto veril o banco producido, ello fue realizado en forma tardía, conforme ilustran las imágenes que dan cuenta del rumbo adoptado por el buque En May”, se lee en el documento, firmado por González Charvay.
En el recurso de apelación, la defensa de Falcón desacreditó el informe accidentológico de Prefectura y el procesamiento, el cual consideró “notoriamente injusto”. Afirmó que el práctico asesor “realizó las técnicas de navegación reglamentariamente” y que, por eso, “su conducta profesional no debería ser reprochable penalmente”.
En el documento cuestionó principalmente la conclusión de que hubo un “error humano” por parte de Falcón, sugiriendo que no se ha demostrado de manera suficiente su responsabilidad en el incidente.
Su principal argumento es que el barco no estaba respondiendo de manera adecuada, lo que provocó una “situación de emergencia”, dado que el buque “tuvo deriva hacia una banda (babor) dentro de un ámbito espacial reducido”.
Sobre las órdenes que le dio Falcón al capitán, las cuales los peritos consideraron una de las causas del choque, la defensa del práctico afirmó, en su apelación: “Entiendo que las maniobras ordenadas estuvieron encaminadas al tratar de corregir la derrota del buque, y, al perfilarse la posibilidad de un riesgo inminente, fueron dirigidas a lograr la atenuación de las consecuencias dañosas”.
“La maniobra ordenada de todo timón hacia la banda de estribor y toda máquina adelante fue conforme a las buenas prácticas marineras, el arte de navegar cuya garantía náutica se extiende el deber de actuar prudentemente en situaciones de peligro para tratar de evitar daños mayores”, siguió el abogado del práctico, Ricardo Silva Angulo, y agregó: “El buque no respondía a los efectos conjuntos de máquinas propulsoras y todo timón hacia estribor”.
Tras el choque, durante su primera declaración judicial, el capitán Deng Weng también había negado que existiera responsabilidad humana detrás del accidente. Había afirmado que el buque había perdido el control por una avería en el timón, lo cual más tarde fue desmentido por los peritos, que no encontraron daños en el timón ni tampoco ningún otro tipo de avería en la embarcación que pudiera haber ocasionado el choque.
En la apelación al procesamiento de Falcón, la defensa cuestionó el conocimiento técnico de los peritos a cargo de la investigación y, principalmente, las conclusiones. “El juez se valió de las pruebas de cargo del informe accidentológico sin valorar las credenciales del sujeto encargado de la misma (asesor técnico naval), no efectivizó una sana crítica coherente y aséptica respecto al material probatorio de descargo”, escribió el abogado.
Consideró, a su vez, que el procesamiento buscó ”responsabilizar dogmáticamente a un trabajador de la Marina Mercante a costa de un irrazonable informe pericial”, y sugirió la incorporación de “criterios técnicos y náuticos basados en la revisión de pares (profesionales con experiencia directa en navegación fluvial)”.