Bruselas presenta un plan para eludir el veto húngaro a 6.600 millones de euros para Ucrania

Bruselas presenta un plan para eludir el veto húngaro a 6.600 millones de euros para Ucrania

Funcionarios y diplomáticos de la Unión Europea están estudiando un nuevo plan para eludir el firme veto de Hungría a la ayuda militar a Ucrania, que ha acumulado un extraordinario retraso de 6.600 millones de euros y se ha convertido en una enorme fuente de frustración en Bruselas.

El plan, que aún se encuentra en una fase muy inicial, consistirá en modificar el Fondo Europeo para la Paz (FEP), la herramienta extrapresupuestaria que el bloque ha venido utilizando para reembolsar parcialmente a los Estados miembros las armas y municiones donadas a Kiev.

La idea principal que se baraja es permitir que los Estados miembros hagan contribuciones financieras al FEP de forma voluntaria, en lugar de obligatoria.

Según funcionarios y diplomáticos, que hablaron bajo condición de anonimato para discutir libremente el proyecto, el cambio de obligatorio a voluntario sería aceptable para Budapest, ya que liberaría al país de aportar al fondo común y apoyar la resistencia de Ucrania contra las tropas invasoras rusas.

Los reproches de Orbán a la UE por la ayuda militar a Ucrania

El primer ministro, Viktor Orbán, ha denunciado en repetidas ocasiones las provisiones de material militar de la UE como una "política proguerra". Su polémico viaje a Moscú en julio fue denunciado como una "misión de apaciguamiento" y un acto de deslealtad.

"La idea que subyace a esta propuesta es que nadie pueda bloquearla", declaró un alto funcionario de la UE. "Este tramo del EPF, que asciende a 6.600 millones de euros, lleva bloqueado un año y medio. Es mucho tiempo, mucho dinero, y está minando nuestro apoyo a Ucrania".

La cara B de un FPE voluntario

Sin embargo, convertir el FPE en una herramienta voluntaria podría ser contraproducente, advirtieron los diplomáticos, porque podría sentar un peligroso precedente y debilitar el frente unido de la UE contra el Kremlin, que hasta ahora se ha basado en una filosofía de todos contra todos.

Para algunos países, un FPE a la carta podría resultar difícil de vender ante los parlamentos nacionales.

La reforma "plantea una serie de cuestiones sobre los efectos en cascada, el funcionamiento del instrumento a largo plazo", dijo un diplomático. "También plantea una serie de cuestiones presupuestarias para los Estados miembros, ya que deja de ser una contribución obligatoria".

El carácter prematuro del plan sugiere que serán necesarias más reflexiones y negociaciones internas antes de anunciar una conclusión. El cambio de contribución al FPE requeriría el apoyo unánime de los 27 Estados miembros.

No está claro qué parte de los 6.600 millones de euros se liberaría, dado que podría eliminarse la contribución de Hungría y, potencialmente, de otros Estados miembros.

La revisión propuesta no significa que los líderes vayan a renunciar a su plan inicial: hacer que Orbán levante su veto y reanudar los reembolsos en el marco del actual FPE, aunque Budapest no ha dado ninguna indicación de que esto vaya a ocurrir pronto. En todo caso, la renovada tensión entre Orbán y la Comisión Europea sugiere que las cosas seguirán igual.

¿Qué desencadenó el veto húngaro a la ayuda a Ucrania?

El veto húngaro se remonta a mayo de 2023, cuando la agencia anticorrupción de Ucrania incluyó al Banco OTP de Hungría en la lista negra de "patrocinadores internacionales de la guerra".

La designación enfureció al Gobierno de Orbán y desencadenó una disputa entre Budapest y Kiev, con Bruselas incómodamente atrapada en medio.

El Banco OTP fue finalmente retirado del catálogo de nombres, pero Hungría mantuvo firmemente su veto, argumentando que necesitaba garantías "incondicionales" de que no volvería a ocurrir. El bloqueo continuado acabó creando un retraso de 6.600 millones de euros, que las capitales trataron de compensar con contribuciones bilaterales a Kiev.

En julio, el Alto Representante de la UE, Josep Borrell admitió que había "perdido la esperanza" de que Orbán cediera y calificó el estancamiento de "puramente vergonzoso".