Breves de espectáculos

Disney celebra junto a 543 personajes animados

BURBANK, California, octubre 15 (EL UNIVERSAL).- No hay festejo sin la clásica foto conmemorativa. El cortometraje Había una vez un estudio (Once upon a studio, 2023) que estrena mañana la plataforma Disney+, reúne a 543 personajes animados que han forjado la tradición del Estudio de Animación Disney, que mañana cumple 100 años de existir.

Con ubicación en el estudio de animación donde han salido clásicos como Blancanieves y los siete enanos (1937), Pinocho (1940), La Bella y la Bestia (1991), El rey león (1994), Frozen (2013) y Moana (2016), comenzando por el debut de Mickey Mouse en el corto en blanco y negro Steamboat Willie (1928), Había una vez un estudio es un recorrido por los pasillos y cubículos de los animadores por los que el mismo Walt Disney caminó con su primera generación de artistas.

"Cada año como estudio nos tomamos una foto frente al edificio —el cual tiene un sombrero gigante en su techo idéntico al del aprendiz de brujo de Mickey Mouse en Fantasía—. Así que se nos ocurrió que para Había una vez un estudio sería una gran excusa para la foto de los 100 años juntar a la mayoría de los personajes Disney", dijo a EL UNIVERSAL Trent Correy, quien junto con Dan Abraham escribieron y dirigieron el proyecto.

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Mara Escalante lucha por llevar al cine Saturnina y la Muerte

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 15 (EL UNIVERSAL).- Mara Escalante es una artista que no espera a que alguien le proponga trabajo, ella sueña y materializa sus proyectos, como sucedió con la serie María de todos los ángeles. Ahora, su mayor deseo es llevar al cine su obra Saturnina y la Muerte, proyecto que ha tenido que redireccionar debido a lo costoso de su producción.

"No he logrado levantar la película porque es cara ya que es de época, pero se va a lograr, por eso decidí hacer una adaptación a teatro para poder presentar el espectáculo y no quedarme con las ganas de hacer mi Saturnina. Sobre todo tenía ganas de cantar mis propias canciones, entonces me di el gusto e hice mi banda", expresó Mara.

La actriz compartió que esta obra nació gracias a dos anécdotas que su mamá le platicó. Una que siendo ella muy pequeña, cuando veía los cortejos fúnebres, se unía a llorar con los dolientes porque le daba sentimiento. También le habló de las plañideras, las mujeres que se alquilaban para llorar a los difuntos. Después, durante la investigación que hizo para el texto, encontró que en algunas culturas las lágrimas servían para que los muertos encontraran el camino al cielo.

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Mi compromiso con la gente es mi trabajo: Rafael Sánchez Navarro

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 15 (EL UNIVERSAL).- Ahora que está de moda la palabra "multiverso", es menester aprovecharla: bien podría describir la infancia de Rafael Sánchez Navarro. Él viene de un mundo sui generis: el linaje más importante de actores en México, los Fábregas.

Y si bien era un niño normal que andaba en bicicleta y se echaba cascaritas en las calles, había otro Rafael impensable que tomaba su lugar en la dulcería del Teatro Manolo Fábregas. Su padre, que a ratos iba a la taquilla a contar billetes y al que efigies de hermosas figuras, las bailarinas, le decían: "ven, pequeño, vamos al camerino".

"Platicaba eso en la escuela y me decían: 'eso no es cierto, es mentira' (risas), pero yo nací y crecí entre bambalinas", comparte el actor de 65 años, quien celebra 45 de ser una figura destacada no sólo en teatro, sino en cine y tv.

No fue la única experiencia rara, su otro yo un día confrontó al mismísimo presidente mexicano de entonces, Gustavo Díaz Ordaz...

"Tenía 12 años, mi padre estaba haciendo 'El violinista en el tejado', yo estaba en la dulcería y llega el Presidente a comprar unos chocolates y dos Coca-Colas. Le dije: 'yo lo atiendo'. Le doy lo que pidió y cuando se iba le digo: 'Señor, perdone, pero son 18 pesos...'