Brandon Moreno es una pieza clave para la expansión de la UFC en México

Si bien hay un largo historial de peleadores de origen mexicano en los deportes de combate, Moreno es el primer campeón de la UFC nacido en el país. Su auge llega cuando la UFC busca ampliar su alcance.

Brandon Moreno, el campeón mundial de peso mosca de la Ultimate Fighting Championship (UFC), estaba sentado en la colchoneta de un gimnasio, estirando la parte de abajo de su cuerpo mientras por las bocinas del lugar sonaba música del grupo de pop argentino La K’onga.

Aunque muchos negocios aledaños estaban cerrados por la celebración del Día de la Independencia, Moreno entrenaba durante el feriado estadounidense como parte de la fase final de la preparación para su inminente defensa del título. Esparcidos por todo el pequeño recinto privado ubicado en las afueras del Strip de Las Vegas, había detalles que revelaban su cultura mexicana. En la pared que da al espacio de entrenamiento, se podía ver un retrato enorme de Moreno, el primer campeón de la UFC nacido en México, sonriendo con el cinturón de campeonato y la bandera de su país sobre sus hombros.

El ascenso de Moreno ha revelado las ambiciones de la UFC de expandirse en el país, un esfuerzo fortalecido por la aparición de otros dos campeones nacidos en México: la campeona mundial de peso mosca Alexa Grasso y el campeón interino peso pluma Yair Rodríguez.

“Es parte de nuestro futuro y me siento muy agradecido con la vida por ser un ejemplo para el pueblo mexicano y para los niños mexicanos, quienes me pueden usar como inspiración para sus propias carreras”, dijo Moreno en una entrevista.

Este sábado, en el evento co-estelar de UFC 290, Moreno defenderá su título contra Alexandre Pantoja, un peleador brasilero que ha derrotado a Moreno dos veces en el pasado. En la parte superior de esa misma cartelera estará el combate entre Rodríguez y Alexander Volkanovski, uno de los mejores peleadores libra por libra en el deporte.

Moreno creció en Tijuana, México, un importante centro turístico a lo largo de la frontera sur de California. Fue el menor de tres hermanos y sus padres eran dueños de un negocio de piñatas. Moreno contó que solía acompañarlos en los viajes a San Diego y Los Ángeles para vender sus productos.

Moreno comenzó a practicar artes marciales mixtas cuando tenía 12 años; dijo que tenía sobrepeso y necesitaba algo que lo mantuviera ocupado después de clases que no fueran videojuegos y comer galletas Oreo. En 2011, cuando Moreno tenía 17 años, contó que tuvo que solicitar la firma de sus padres para poder competir en su primera pelea profesional.

Durante mucho tiempo, Dana White, presidente de la UFC, había visto a México, con su rica historia cultivando campeones de boxeo, como una zona de crecimiento para las artes marciales mixtas. Envió organizadores de peleas a recorrer el país en busca de talento, y cuando descubrieron a Moreno, lo invitaron a participar en The Ultimate Fighter, una competencia televisiva de telerrealidad en la que el ganador obtenía un contrato con la UFC. Moreno se clasificó para el torneo en 2016, pero perdió su primera pelea —Pantoja lo sometió—, lo que pareció detener sus sueños en la UFC.

Sin embargo, Moreno apareció como peleador de remplazo cuando un combate se cayó en octubre de 2016 y peleó cinco veces, entre ellas una dura derrota en la que fue dominado por Pantoja en 2018. Moreno fue liberado por la organización, en parte porque la UFC tenía dudas sobre si quería tener una división masculina de 125 libras (56 kilogramos), dado su relativa baja popularidad en comparación con las clases de peso más altas.

“Cuando firmas con la UFC esperas tener múltiples combates y pasar toda tu carrera profesional con ellos”, afirmó Moreno. “Hubo mucha tristeza, frustración y muchos malos sentimientos en el campo de batalla de mi mente”.

Moreno quiso pelear lo más pronto posible para seguir ganando dinero y, con el tiempo, volver a ingresar a la UFC. Firmó con un nuevo mánager, Jason House de Iridium Sports Agency, quien ayudó a Moreno a conseguir una oportunidad de campeonato en la categoría peso mosca de Legacy Fighting Alliance, una empresa de promoción de artes marciales mixtas más pequeña. Moreno ganó el combate y, tres meses después, en septiembre de 2019, volvió a pelear en la UFC.

Moreno consiguió algunas victorias y luego se enfrentó al peleador brasileño Deiveson Figueiredo, el campeón de peso mosca, en diciembre de 2020. El competitivo combate terminó en empate y los dos se enfrentaron de nuevo en junio de 2021. En el tercer asalto, Moreno sometió a Figueiredo con una estrangulación mataleón por atrás, haciéndose con el cinturón.

La fama de Moreno creció de inmediato, dijo White. Su personalidad jovial y sus intereses —colecciona Lego y tarjetas Pokémon— lo hicieron comercializable para un amplio grupo de personas. En ocasiones también narra peleas en las transmisiones en español de la UFC, y hablar español e inglés le ha permitido conectarse con más fanáticos.

“Es todo lo que deseas en un campeón”, dijo White en una entrevista. “Habíamos estado buscando a un verdadero mexicano de México que tuviera todas las cosas que tiene este chico, y es una gran victoria tanto para nosotros como para él”.

La UFC ha tenido campeones con ascendencia mexicana, como Caín Velásquez, Dominick Cruz y Henry Cejudo, pero nunca uno que haya nacido en el país, hasta Moreno. Rodríguez obtuvo su campeonato interino en febrero y Grasso se convirtió en campeona en marzo tras una sorpresiva victoria por sumisión contra Valentina Shevchenko.

Los tres campeones mexicanos se encuentran entre los 150 peleadores en el roster de la UFC provenientes de países latinoamericanos —casi una cuarta parte de los atletas de la compañía— incluidos 27 de México. Rodríguez le dijo a los periodistas esta semana que Moreno había sido una “inspiración”.

“Después de que entré a la UFC, vi que era posible lograr cosas”. Sin embargo, Moreno le “abrió los ojos aún más y me dijo: ‘Mira, hermano, este es el cinturón de la UFC, ahora todo lo demás depende del individuo’”, contó Rodríguez. “Estoy orgulloso de compartir una cartelera juntos y de que estemos representando a México”.

Moreno perdió el cinturón contra Figueiredo por decisión unánime en 2022, pero lo recuperó en enero por la vía del nocaut técnico, cuando un golpe al ojo derecho de Figueiredo causó una grave hinchazón y obligó a un médico a detener el combate en el tercer asalto.

La felicidad de Moreno por recuperar el título fue opacada por la controversia que precedió a la pelea. Moreno se había visto obligado a cambiar de entrenador mientras se preparaba porque su anterior entrenador, James Krause, estaba siendo investigado por las autoridades del juego con apuestas.

Antes de una pelea en noviembre, U.S. Integrity, una compañía de monitoreo de apuestas, fue alertada de cambios significativos en las probabilidades que involucraban a un peleador con el que había trabajado Krause. El peleador, Darrick Minner, había perdido por nocaut técnico y luego se descubrió que tenía una lesión no revelada antes de la pelea. La UFC revisó la situación y al final amenazó con expulsar a los peleadores de los eventos si continuaban entrenando con Krause. Múltiples agencias, incluidas U.S. Integrity y la Comisión Atlética del Estado de Nevada, siguen investigando. Krause no respondió a un mensaje en busca de comentarios.

Tras el despido de Krause, Moreno comenzó a entrenar con Sayif Saud luego de que el mánager, House, les organizara una práctica en Las Vegas. Saud y Moreno conectaron de inmediato, según contó el peleador, en medio del estrés de la situación. Moreno retuvo los servicios de Saud después de su victoria sobre Figueiredo y entrenó con él en Dallas antes de UFC 290. Si Moreno gana, White dijo que espera que su afición se incremente, lo que beneficiará aún más el alcance de la UFC en México.

En septiembre, cerca del Día de la Independencia de México, la revancha de Grasso contra Shevchenko será la pelea principal en una cartelera en Las Vegas repleta de peleadores hispanos. En octubre, la UFC planea abrir un instituto de rendimiento en la Ciudad de México, similar a las instalaciones que ya tiene en Las Vegas y China, para que se convierta en una ubicación central para los potenciales peleadores en América Latina. Una victoria el sábado, aseguró Moreno, demostraría que la empresa debe seguir invirtiendo en la región.

“Es una declaración a la UFC que dice algo como: ‘Oye, estoy ganando mis combates y puedo representar a mi país’”, dijo Moreno. “Pongamos un evento pay-per-view allí y pongamos la confianza en mí y en los fanáticos de que podemos ir allí y montar un gran espectáculo para todos”.

Emmanuel Morgan cubre deportes, principalmente la NFL. Anteriormente, trabajó para Los Angeles Times, donde cubrió las dos franquicias locales de la NFL y escribió artículos sobre jugadores, personal y tendencias en el campo.

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