De Brad Pitt y Keanu Reeves a Tom Hanks: los actores que más desnudos protagonizaron... y los que no

El sitio The Ringer publicó un estudio en el que arroja luz sobre qué intérpretes merecen de verdad el apelativo de sex-symbols. De Brad Pitt a Tom Hanks, analizamos los casos más reseñables de los grandes nombres de la meca del cine.

Keanu Reeves. La medalla de oro de la liberación erótica en la gran pantalla es para el actor canadiense de rostro imperecedero. Ninguna de las treinta estrellas en concurso ha rodado más escenas íntimas que él (doce) y de mayor duración (casi diez minutos en total). Desde que se convirtiera en un ídolo internacional junto a River Phoenix en “Mi mundo privado”, y a lo largo de sus 56 años, Reeves se ha prestado a participar sin complejos en filmes con secuencias eróticas (“El abogado del diablo”, “El lado oscuro del deseo”, “Matrix Reloaded”) y para el sitio The Ringer es el actor de Hollywood que mejor las resuelve.

Brad Pitt. Con un físico tan privilegiado como el suyo, no es de extrañar que fueran las escenas con menos ropa las que marcaran gran parte de su carrera. Fue su aparición en “Thelma & Louise” la que lo convirtió en un objeto de deseo y desde entonces ha ido complaciendo a diferentes generaciones de espectadores sin evidenciar el paso del tiempo. Sus planos en “¿Conoces a Joe Black?”, “El club de la pelea”, “Troya” y “Érase una vez en... Hollywood” dan buena cuenta de ello.

Timothée Chalamet. El último gran descubrimiento de Hollywood batió todos los récords de desinhibición cinematográfica. De las diez películas que protagonizó hasta la fecha este neoyorquino de 24 años, la mitad presumían de contenido explícito. Su predilección por las películas de autor, la repercusión de su trabajo en “Call Me By Your Name” (“Llámame por tu nombre”) y lo efímero aún de su carrera explican que su ratio sea el más alto actualmente de la meca del cine.

Tom Cruise. El transcurso de los años -¿y su pasión por la Cienciología?- ha cohibido al actor neoyorquino que en los albores de su carrera potenciaba sin pudor su rol de rompecorazones en films como “Cocktail”, “Top Gun” o “Jerry Maguire”. Pero ninguno fue más icónico y controvertido que “Ojos bien cerrados” de Stanley Kubrick, que 20 años después de su estreno sigue copando titulares.

Tom Hanks. No es casualidad que el considerado como "Padre de América" reciba tal título. Durante toda su carrera, Hanks ha cultivado los roles de vecino bonachón, héroe casi asexuado y conquistador tímido, exhibiendo una mojigatería en lo que a las secuencias íntimas se refiere que no parece fortuita. Del casi medio centenar de películas estrenadas por Hanks durante el transcurso de las últimas décadas, solo ha rodado una escena de sexo en “Esperando al rey”, que fracasó en la taquilla de 2016. ¿A quién le gusta pensar en la actividad sexual de sus padres?

Robert Pattinson. Otro de los intérpretes de la nueva camada que no tiene miedo a desnudarse literalmente frente a la cámara, tanto en taquilleras sagas juveniles (“Crepúsculo”) como en el cine indie (“Polvo de estrellas”, “Bel Ami”). Casi siete minutos de secuencias íntimas ha rodado el londinense en apenas quince años de carrera, solo por detrás de Keanu Reeves en cuanto a duración de las escenas. Fue el propio Pattinson el que subrayó durante la campaña de promoción de “El faro” el hecho de que en tres de sus últimas cuatro películas se había tenido que enfrentar a escenas de masturbación.

Robert Downey Jr. El neoyorquino es el paradigma viviente del puritanismo que rodea al taquillero universo cinematográfico de Marvel, que margina cualquier aspecto erótico, con excepción de los escotes de las superheroínas. A pesar de que en sus turbulentos comienzos era uno de los actores más atrevidos, desde que se enfundó la armadura de Iron Man y se erigió en ídolo infantil, Downey Jr. ha apostado por no escandalizar en sus siguientes proyectos a los fans más jóvenes. Los Chris Evans (Capitán América) y Chris Hemsworth (Thor) siguieron sus pasos.

Leonardo DiCaprio. La que probablemente sea la mayor estrella cinematográfica del planeta está en la zona medio-alta de la clasificación. El paso de los años no ha reprimido al actor, que ha protagonizado algunas de las escenas íntimas más inolvidables de la historia del cine: desde su apasionado encuentro con Rose (Kate Winslet) en el camarote del “Titanic” hasta las desenfrenadas interacciones en “El lobo de Wall Street” con Margot Robbie, que convirtieron a la australiana en una de las mujeres más deseadas del mundo.

Jake Gyllenhaal. Ocupando el tercer puesto del podio tanto en ratio de películas y escenas de sexo como en duración, aparece otro de los intérpretes con menos complejos a la hora de mostrarse como Dios lo trajo al mundo. Es inolvidable su relación con el reservado cowboy interpretado por Heath Ledger en Secreto en la montaña, además de sus comentados "integrales" en comedias románticas como Amor y otras drogas o la sátira Velvet Buzzsaw (en la imagen).

Tom Hardy. Que este sospechoso habitual en las listas de los hombres más sexys del momento sea uno de los actores que menos se ha prodigado en labores carnales en la gran pantalla es una de las sorpresas del estudio. Hasta la autora del mismo, Carrie Witmer, muestra su desconcierto al descubrir que solo se ha prestado a estas escenas en una ocasión (Bronson): "No sé por qué me daba la impresión de que había tenido más sexo que esto. Quizá sea mi mente la que convierte mis fantasías en películas".

Bradley Cooper. El responsable de éxitos como ¿Qué pasó ayer? tampoco parece tenerle miedo a la intimidad en el plató de grabación. En una de sus primeras películas como actor, Wet Hot American Summer, tuvo que enfrentarse a una escena de amor homosexual y en su último gran éxito, la remake de Nace una estrella, sostuvo que fue muy "fácil" rodar las secuencias eróticas con Lady Gaga. Tan real fue la química entre ambos que los tabloides especularon durante meses con que la tensión sexual se hubiera trasladado también fuera de la pantalla.

Dwayne Johnson. Una de las conclusiones del análisis de The Ringer es la constatación de una de las leyes no escritas de la meca del cine: si querés ser una estrella del cine familiar, mejor que no saques tus atributos a pasear. El actor mejor pago de Hollywood en el último lustro se ha convertido en tal gracias a su rol de héroe de acción milénico por excelencia en franquicias para todos los públicos, alérgicas todas a cualquier tipo de insinuación erótica. Sus únicas incursiones en la materia proceden de la serie de HBO Ballers, que él mismo produce.

Adam Driver. Pese a que en Girls, la serie de Lena Dunham que lo catapultó a la fama, no dejó espacio a la imaginación en lo que a desnudos integrales y escenas de sexo se refiere, Driver todavía no se vio obligado a quitarse la ropa por el guion de ninguna de sus aventuras cinematográficas. A pesar de todo, solo con el pecho descubierto de Kylo Ren en la última trilogía de Star Wars fue suficiente para que germinara un reto viral en las redes sociales.

Will Smith. Otro que ha sucumbido a los rigores de tener que hacer de cada película un evento taquillero recomendado para todos los públicos. Solo en tres ocasiones durante sus treinta años de carrera, Smith ha querido que los espectadores lo vieran metiéndose acompañado en la cama. Una de ellas, Wild Wild West, provocó incluso las disculpas del propio actor.

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