Boric y cuatro expresidentes chilenos firman una carta conjunta por los 50 años del golpe de Pinochet
SANTIAGO, Chile.– El lunes próximo, Chile conmemorará los 50 años del golpe de Estado y una serie de hechos en torno del quiebre democrático se ha desplegado en los últimos días. Uno de lo más relevantes, al menos para el gobierno de Gabriel Boric, tiene que ver con una señal de consenso plasmada en una carta firmada por cuatro expresidentes y que realza el compromiso transversal por la democracia, quebrantada el 11 de septiembre de 1973 con la llegada del general Augusto Pinochet al poder.
Impulsada y gestionada personalmente por Boric para conseguir los respaldos de Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera –los últimos cuatro presidentes de Chile y rostros de la transición que sucedieron al fallecido Patricio Aylwin (1990-1994)–, la misiva se dio a conocer durante las últimas horas bajo el título “Compromiso: por la democracia, siempre”.
“Nuestro país gozó durante más de 140 años, casi sin interrupción, de una democracia en continua evolución, de un orden constitucional estable, y también de respetables y sólidas instituciones republicanas que eran objeto de admiración y prestigio en el mundo entero”, dice el texto, que también marca un énfasis respecto del complejo momento que atravesó el país en esa época.
“Al cumplir 50 años del quiebre violento de la democracia en Chile que le costó la vida, dignidad y libertad a tantas personas, chilenas y de otros países, queremos, más allá de nuestras legítimas diferencias, comprometernos en conjunto”, añade la carta, antes de mencionar los cuatro puntos que se consideran los ejes fundamentales de la declaración: cuidar y defender la democracia, enfrentar los desafíos de la democracia con más democracia, hacer de la defensa y promoción de los derechos humanos y fortalecer los espacios de colaboración entre Estados a través de un multilateralismo maduro y respetuoso de las diferencias”.
“Cuidemos la memoria, porque es el ancla del futuro democrático que demandan nuestros pueblos”, sentencia la misiva.
Luego de la divulgación de la carta, fue el propio Boric quien celebró las implicancias de la declaración. “Yo destaco la transversalidad de los cuatro expresidentes vivos, más yo como presidente en ejercicio, en que a 50 años del quiebre violento de la democracia en Chile mediante un golpe de Estado, nos comprometemos a cuidar la democracia de las amenazas que esta tiene”, expresó el jefe de Estado, que también abordó el contenido del escrito.
“Condena la violencia en la vida democrática, que se compromete al respeto irrestricto de los derechos humanos en cualquier circunstancia y que pone en el centro, más allá de las diferencias que podamos tener respecto al pasado, el Chile que queremos construir”, dijo.
“Acá se ha dicho muchas veces que no hay intento de imposición de una historia oficial. Hay hechos que han sido conocidos por todos, que se escriben en la historia de nuestro país y que han sido ratificados, como en el informe Rettig y el informe Valech, aprobados por el Congreso Nacional, que son indiscutibles”, expuso.
La oposición se baja
Pese al clima de satisfacción que rodeó a los partidarios de gobierno la gestión de Boric al reunir a los expresidentes, y en particular a Sebastián Piñera (que fue blanco de críticas del hoy mandatario durante el estallido social de 2019), el gobierno recibió el portazo de la oposición, que no quiso sumarse a su iniciativa y optó por trabajar en una declaración de manera paralela. “La vivencia que cada persona experimentó y sus severas consecuencias nos obligan a reflexionar sobre estas cinco décadas, tomar conciencia de los aprendizajes y errores cometidos por todos los sectores, y mirar hacia el futuro”, afirmó la declaración de la UDI, RN y Evópoli, partidos del bloque opositor.
En ese sentido, fue el propio senador y presidente del partido de derecha, Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, quien manifestó su rechazo al relato que se ha generado desde La Moneda.
“Nosotros no estamos dispuestos a participar en hitos que generen más división y que de alguna manera nos pongan ‘al servicio’ de hechos que no tienen una sola mirada. No vamos a ponernos al servicio de una verdad oficial en esta materia de promoción de la dignidad humana”, señaló el político.
Por su parte, el propio expresidente Sebastián Piñera, anunció que no participará a la ceremonia que se realizará el próximo 11 de septiembre en el Palacio de La Moneda, y a la que sí asistirán mandatarios como Alberto Fernández, de la Argentina; Gustavo Petro, de Colombia; Andrés Manuel López Obrador, de México; Luis Lacalle Pou, de Uruguay, y el primer ministro de Portugal, António Costa. De momento, Bachelet es la única exgobernante chilena que confirmó su presencia.
“No voy a La Moneda porque el clima que se ha producido esta semana es de tanta confrontación, tanta división, que no lo hizo posible”, indicó Piñera, que generó incomodidad en la propia centroderecha por sumarse a la declaración que propició Boric.
“Yo firmé la carta con ese propósito, dar una señal fuerte y clara de que todos los expresidentes y el presidente Boric estamos comprometidos con la democracia, la libertad, el Estado de Derecho, los derechos humanos y la condena y combate a la violencia”, respondió el empresario, que gobernó Chile por dos períodos: entre 2010-2014 y 2018-2022.