Bolivia: el diálogo se traba y Áñez amenaza con ir a elecciones por decreto

LA PAZ.- En medio de una convulsión social que no cesa en Bolivia, con miles de seguidores de Evo Morales marchando por La Paz y bloqueando rutas por todo el país, el gobierno interino de Jeanine Áñez amenazó ayer con convocar a elecciones por decreto en caso de que no se llegue a un acuerdo con el Movimiento al Socialismo (MAS) en el Parlamento.

En tanto, desde México, Evo afirmó, en una entrevista con la cadena Al Jazeera, que quiere regresar al país y terminar su mandato, que concluye el 22 de enero.

"Si vemos que hay dificultades para poder convocar a las elecciones, una de las sugerencias que va a hacer el Ministerio de la Presidencia a la señora presidenta Jeanine Áñez es que de manera inmediata convoquemos a elecciones a través de algún otro instrumento legal", dijo el jefe de esa cartera, Jerjes Justiniano, citado por la estatal Agencia Boliviana de Información (ABI).

Ayer, las calles del centro de La Paz volvieron a llenarse de miles de simpatizantes de Evo provenientes de la vecina ciudad de El Alto, al grito de "¡Áñez, golpista, el pueblo no te quiere!". Al igual que vienen realizando todos los días desde el lunes pasado, los manifestantes, en gran parte vestidos con ropas tradicionales, empezaron la jornada con cabildos abiertos en El Alto, donde acordaron las consignas y luego bajaron a pie la decena de kilómetros que los separan de La Paz.

"Queremos que los hermanos paceños se sumen a nuestra lucha contra este gobierno golpista", dijo a LA NACION María Ayme, una chola aymara que mientras hablaba hacía flamear con orgullo la bandera plurinacional wiphala. En efecto, en La Paz, una ciudad mucho más urbanizada que El Alto, Evo no tiene tanto apoyo.

Cuando los manifestantes pasaron a la carrera delante del Mercado Rodríguez, el más grande de la capital, al grito de "¡ahora sí, guerra civil!", una chola de un puesto de verduras le comentó a otra: "¿Guerra civil? ¿Están locos?". A lo que su compañera le respondió: "¡Cállate! ¡Te van a linchar!".

En tanto, la negociación política entre el gobierno y el MAS sigue empantanada.

Los legisladores masistas, que tienen una mayoría de dos tercios en ambas cámaras, convocaron para hoy una sesión en la que tratarían la renuncia de Evo y el proceso para convocar a elecciones.

Pero en diálogo con la prensa el presidente de la Cámara baja, Sergio Choque, de la bancada masista, no anticipó si en esa sesión aceptarán o rechazarán la renuncia de Evo, el paso legal necesario para que la dimisión sea válida. "Serán los legisladores y las organizaciones sociales quienes decidan acerca de la renuncia presentada por el presidente Evo Morales", dijo.

Evo sostuvo en varias entrevistas periodísticas que mientras la Asamblea Legislativa no apruebe su dimisión él sigue siendo el presidente. Por su parte, el diputado Henry Cabrera (MAS) agregó que en la asamblea se analizará el reglamento de la selección y elección de vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para que estas autoridades convoquen a las nuevas elecciones generales, pero tampoco aclaró la posición del partido sobre las cartas de renuncia.

Desde el sector del gobierno, el senador Óscar Ortiz, del mismo partido que Áñez (Unidad Demócrata), invalidó el llamado a la asamblea de mañana. "Lo decimos claramente: no debe haber sesión de la asamblea hasta que no se haya concertado la conformación del TSE y la convocatoria a elecciones en el marco de la mediación internacional que se está viendo con la OEA y la Unión Europea y otros países", dijo, en declaraciones difundidas por el canal Unitel. Además, anticipó que impugnarán todos los actos que viene realizando la Asamblea Legislativa controlada por el MAS.

Todo esto sucede en el marco de una gran convulsión social del país, con amenazas de nuevos enfrentamientos entre manifestantes y militares en El Alto, para desbloquear la planta de provisión de combustible, y en Cochabamba, donde una marcha de cocaleros mantiene el cerco sobre la ciudad y dio un plazo hasta hoy a Áñez para que renuncie.

En varios mercados de La Paz había desde la noche del domingo largas filas de familias a la espera de comprar alimentos cuando abrieran los negocios ayer por la mañana, luego de que el gobierno anunció que ya había traído 35 toneladas de carne y 25 toneladas de pollo desde Santa Cruz de la Sierra.

En el Mercado Rodríguez, que ocupa toda una manzana, era ayer muy escasa la variedad de carne, solo carne picada y carne con hueso, y el precio ya subió alrededor de diez dólares el kilo.

"Estamos racionando la cantidad que vendemos, no más de dos kilos por persona", comentó a LA NACION Natividad Soria, una puestera que desde hace diez años tiene su local en el mercado, sobre la calle Max Paredes. Natividad contó que en la madrugada había ido al matadero de la ciudad de El Alto y que luego de varios días de escasez ya comenzó a haber provisiones por la gestión del gobierno.