El ambicioso proyecto para subsidiar el carísmo cuidado infantil en EEUU

Trabajar y al mismo tiempo cuidar de los hijos pequeños es una labor titánica por muchas razones, pero en EEUU es una circunstancia que cada vez resulta más costosa, al grado de volverse prohibitiva e inasequible para millones, lo que a su vez implica otros costos económicos y sociales enormes.

Según un artículo del Washington Post, el alto costo de las guarderías y el cuidado infantil (clave para las madres y padres de hijos que aún no tienen edad para ir a la escuela formal) se ha vuelto un obstáculo a veces infranqueable y, en promedio, resulta más elevado que el promedio de la educación en un colegio universitario público. Pero para millones de familias tener donde dejar a los niños es imperativo para poder salir a trabajar y obtener el ingreso necesario para sobrevivir.

Las guarderías y otras instancias de cuidado infantil tienen costos elevadísimos en EEUU. (SkyNews)
Las guarderías y otras instancias de cuidado infantil tienen costos elevadísimos en EEUU. (SkyNews)

Por ejemplo, señala el Journal, un padre o madre en California debe pagar en promedio 11,628 dólares al año por cuidado de un niño pequeño (y, con ello, poder ir a trabajar), cifra que es 12,500 dólares en Illinois y 16,500 dólares en Massachusetts. Esto es muy oneroso en sí, pero para las familias de bajos recursos, y para las muchas que tienen a la cabeza a una madre soltera, la carga financiera se vuelve simplemente inmanejable.

Algunas personas, cuando pueden, optan de plano por no trabajar o deben dejar a sus hijos con familiares o en situaciones precarias, que tienen otros riesgos. Las familias de minorías, entre ellas las hispanas y afroamericanas, son especialmente afectadas, pero el problema es, en realidad, de alcance general y nacional.

Un panorama de esa grave crisis se explicó hace unos meses en este mismo espacio, y se mencionó entonces sobre soluciones e iniciativas para resolver, o al menos paliar, el dilema.

Por ejemplo, la campaña Make It Work, promueve el establecimiento de mejores condiciones laborales en el país y ha pedido a la población que se comprometa a dar su apoyo, en las elecciones de 2016, solo a los candidatos que defiendan soluciones para las familias trabajadoras. Entre esas soluciones está el ofrecer servicios de cuidado infantil asequibles y de calidad.

A principios de año, el presidente Barack Obama propuso la creación de un crédito fiscal de hasta 3,000 dólares por niño para apoyar a las familias y mencionó su interés por construir un fondo de recursos públicos para apoyar a los estados y a los padres a crear y tener acceso a servicios de cuidado infantil a precios razonables y de alta calidad. Algunos legisladores republicanos han sugerido la posibilidad de situar ese crédito en 2,500 dólares y en el otro extremo hay voces que piden la creación de un sistema de cuidado infantil de acceso universal y ampliamente subsidiado, como es el caso de Medicaid, para que todos puedan acceder a esos servicios.

Pero casi nada, con todo, es lo que se ha avanzado al respecto y en las condiciones actuales la idea de crear un sistema de cuidado infantil público universal resulta inviable por cuestiones políticas.

La idea de un subsidio fiscal de hasta $14,000 por niño ha sido propuesta para lograr un cuidado infantil asequible. (ABC)
La idea de un subsidio fiscal de hasta $14,000 por niño ha sido propuesta para lograr un cuidado infantil asequible. (ABC)

Ahora, la organización Center for American Progress (CAP) ha lanzado una propuesta audaz y amplia, que algunos interpretan como una vía que podría ser recogida por los candidatos demócratas en el proceso de las campañas rumbo a la presidencia. En un nuevo reporte el CAP indica que 12 millones de niños menores de 5 años dependen de servicios de cuidado infantil en el país, y en promedio el costo anual por cada niño es de 10,000 dólares. Y va al alza. Ante ello, el CAP propone crear un crédito fiscal de hasta 14,000 dólares por niño, lo que le daría a las familias el suficiente dinero para poder acometer el peso de pagar por el cuidado infantil. Este beneficio, que estaría disponible para las familias de medianos y bajos ingresos, se ajustaría en función del ingreso y tendría la peculiaridad de que en lugar de ser otorgado a la hora de presentar la declaración de impuestos, se entregaría a las familias en pagos mensuales, a lo que los beneficiarios deberían añadir una contribución proveniente de sus bolsillos.

Así, por ejemplo, una familia de cuatro con ingresos de 32,253 dólares recibiría 13,240 dólares anuales en subsidios fiscales y tendría que poner por su parte 660 dólares, el 2% de sus ingresos. Una familia similar con ingresos anuales de 60,625 dólares recibiría al año 7,900 dólares y debe aportar 6,100 dólares, el 10% de sus ingresos.

Además, se propone, este beneficio podría complementar una segunda propuesta: educación preescolar voluntaria universal para los niños de 3 a 4 años.

Este plan, indica el Journal, está a disposición de todo candidato que esté interesado, y podría influir la estrategia de Hillary Clinton en materia de opciones de cuidado infantil. Del lado republicano, siempre renuente ante esquemas de gasto público en bienestar social, no habría mucha receptividad ante el hecho. Una variante, quizá, es que esos fondos en vez de entregarse a los padres se canalizaran a centros de cuidado infantil privado, que a su vez atenderían a las familias beneficiarias a cambio de su parte del pago, en un esquema similar en parte a los ‘vouchers’ educativos pregonados por muchos conservadores como alternativa a las escuelas públicas, pero igualmente polémicos.

Sea como sea, en las condiciones de crispación política y atorón legislativo, es poco probable que nada de esa naturaleza podría ser avalado hasta, al menos, pasadas las elecciones generales de 2016.

En tanto, el problema de cómo pagar por el cuidado de los hijos es cotidiano y acuciante para millones, mientras que las soluciones, amplias o acotadas, van muy despacio. Y existe, ciertamente, la posibilidad de que nada cambie en el corto plazo. La propuesta del CAP, con todo, está sobre la mesa y tiene el ‘timing’ de las elecciones para cobrar fuerza.