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Las rutas de la inmigración a Estados Unidos

La crisis por el arribo de decenas de miles de niños centroamericanos, que cruzaron la frontera desde México solos y sin un acompañante adulto, ha puesto bajo la luz pública un fenómeno que en realidad no es reciente, si bien en diferentes etapas de la historia moderna estadounidense ha tenido momentos álgidos y puntos de quiebre.

La inmigración es un factor constitutivo de Estados Unidos, el alma de su población está atravesada por la historia y el viaje de un migrante, ya sea europeo, africano, latinoamericano o asiático. Hoy la presente crisis se desarrolla en la extensa frontera entre Estados Unidos y México, con ciertos puntos calientes en zonas fronterizas de Texas, Arizona y California. Pero las rutas que siguen los migrantes en su camino y entrada al país son diversas y han ido cambiando conforme a las épocas.

Las rutas históricas

A finales del siglo XIX y principios del XX se suscitó una ola de inmigración mayúscula, sobre todo de europeos que emigraron a Estados Unidos. Entonces no existía, como ahora, la noción de inmigrante indocumentado y millones de personas abordaron buques desde numerosos puertos europeos. Algunos, de acuerdo a la televisora pública PBS, lo hicieron desde Amsterdam (Holanda) o Bremen (Alemania). Otros incluso desde costas más lejanas, en el Mar Negro, como Constanza (Rumania) u Odessa (en Rusia, hoy Ucrania). Muchos partieron de los puertos  ingleses e irlandeses e incluso de ciudades en el Mediterráneo.

Su destino fue la costa este de Estados Unidos, mayoritariamente la isla Ellis, frente a Nueva York, donde tan solo entre 1892 y 1954 unos 12 millones de inmigrantes fueron procesados por las autoridades. Otros ocho millones al menos entraron vía Nueva York antes de la apertura del centro de procesamiento en Ellis Island. Además, ciudades como Boston, Baltimore y Filadelfia habrían recibido en conjunto a unos 4 millones de inmigrantes durante el siglo XIX y los primeros años del 20.

Esas primeras oleadas no se limitaron a la costa este pues Nueva Orleans y Galveston, en la costa del Golfo de México, recibieron también a numerosos inmigrantes y, en la costa Oeste, San Francisco, por ejemplo, fue un puerto de entrada masivo para miles de inmigrantes de origen chino, cuya fuerza laboral construyó enormes extensiones de ferrocarriles en el país. Hawaii fue también un importante puerto de entrada para inmigrantes asiáticos, gran parte de ellos japoneses (en 1920 los nipones constituían el 40% de la población de ese archipiélago).

Much antes, en tiempos de las 13 colonias y las primeras décadas del siglo XIX, el tráfico de esclavos creó una ruta de inmigración, en este caso forzada, que trajo a cientos de miles de africanos a Estados Unidos vía marítima.

 La frontera Sur

En el caso de la frontera sur, inmigrantes mexicanos han llegado a lo que hoy es territorio de Estados Unidos  prácticamente en todo momento entre la época de la anexión de Texas, California, Nuevo México y Arizona (antes territorio mexicano) en 1848 y a lo lardo de todo el siglo XX y lo que va del XXI. En las primeras épocas los cruces por la frontera eran mucho menos complicados y dramáticos en comparación con la situación actual, aunque durante la Gran Depresión a principios de la década de 1930 se restringió la inmigración e incluso unos 2 millones de mexicanos inmigrantes fueron deportados.

En contraste, durante 1942 y 1964 existió un programa para trabajadores temporales mexicanos –el Programa Bracero- que permitió el ingreso legal de miles de trabajadores. Con todo, los cruces no autorizados eran frecuentes en la zona del Río Grande/Bravo al grado de que en 1954 se estableció un programa específico de detención de indocumentados en la frontera –la llamada Operación Wetback (espalda mojada)- que operó en algunas de las principales áreas de cruce al país, en las fronteras de Texas y California.

Tras las Guerras Mundiales la situación se modificó, pues las fronteras de Estados Unidos dejaron de ser permeables y comenzaron restricciones mayores a la inmigración. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX las áreas de cruces fronterizos entre México y EEUU fueron cambiando a medida que se agudizaba la vigilancia fronteriza del lado estadounidense y se levantaba el muro.

Así, mientras que inicialmente los cruces se hacían en áreas cercanas a áreas urbanas, como en Tijuana, Ciudad Juárez o Nuevo Laredo, donde el cruce era relativamente fácil y poco peligroso, en los años 70, 80 y 90 los inmigrantes debieron internarse cada vez más en áreas mucho más aisladas y peligrosas, como los desiertos en amplias áreas del sur de California, Arizona y Texas, lo que incrementó el sufrimiento y las muertes de inmigrantes que realizaban el cruce.

La inmigración actual

En los tiempos contemporáneos la situación es distinta, aunque muchos patrones de migración permanecen. La frontera sur es la principal vía de entrada para los migrantes indocumentados provenientes de México y Centroamérica, y Florida ha sido un punto de entrada crucial en el caso de la inmigración desde Cuba y otras islas del Caribe. Además, las ciudades de la costa Oeste han visto el arribo de grandes cantidades de inmigrantes provenientes de Vietnam, por ejemplo, que llegaron en fuertes oleadas en los años 70 luego de la retirada estadounidense de ese país y la caída del régimen de Vietnam del Sur.

Además, los aeropuertos internacionales del país son de los principales puntos de entrada de inmigrantes de todo el mundo que, en muchos casos, se convierten en indocumentados al permanecer más allá del tiempo de vigencia de sus visas.

En datos del 2006, por ejemplo, de acuerdo a datos del Centro Pew, del total de 12 millones de indocumentados en el país entre 6 y 7 millones de personas cruzaron la frontera sin autorización evadiendo a las autoridades fronterizas, pero hasta 5.5 millones habrían entrado legalmente, vía aeropuertos o entrando por los cruces fronterizos regulares, pero habrían perdido su estancia legal tras quedarse en el país después de la expiración de sus visas.

En general, gran parte de los indocumentados que no provienen de América Latina entraron legalmente y se quedaron cuando expiraron sus documentos. Con todo, muchos de los de origen sudamericano arriban por vía aérea con visas a ciudades como Miami, Houston o Nueva York, y se convierten en indocumentados al quedarse en Estados Unidos al expirar éstas. Los aeropuertos han sido, en las últimas décadas, la vía de entrada para gran parte de los inmigrantes provenientes de Europa, Asia y África.

‘La Bestia’

En años recientes una de las más notorias y terribles rutas que los migrantes toman en su intento de llegar a Estados Unidos es el llamado camino de "La Bestia", como llaman al tren que atraviesa México de Sur a Norte y que conduce, en sus techos, a inmigrantes mexicanos y centroamericanos hacia la frontera con Estados Unidos. Muchos de los niños que cruzaron solos llegaron a Estados Unidos tras realizar el recorrido en ese tren. 

Aunque los mexicanos y centroamericanos son los más numerosos, por razones geográficas, en esta ruta, otros migrantes también la utilizan, entre ellos sudamericanos e incluso personas de la India que vuelan a Guatemala y, desde allí llegan a México y a la frontera con Estados Unidos, de acuerdo al periódico ‘India Today’.

La ruta de "La Bestia" es larga y múltiple. Primero, los inmigrantes cruzan las selvas o el río Suchiate, entre Guatemala y México, y luego, según diversas fuentes, toman "La Bestia" en un recorrido que comienza en la frontera de México y Guatemala, en las ciudades de Tenosique y  Tapachula (Chiapas), confluye en el área de Coatzacoalcos (Veracruz) y luego se separa en dos ramales: uno ‘corto' que sigue la costa del Gofo de México hasta llegar a la ciudad fronteriza de Reynosa (Tamaulipas), a orillas del Río Grande/Bravo y frente a Texas; y otro más largo que entra hacia el centro de México, pasa cerca de la Ciudad de México, y pasa por ciudades como León (Guanajuato) y Guadalajara (Jalisco) para avanzar luego hacia el norte, por la costa del Pacífico, a través de Sinaloa y Sonora hasta la ciudad fronteriza de Nogales, frente a Arizona. Algunos inmigrantes siguen luego su camino hasta Tijuana, Baja California, ciudad fronteriza con el área de San Diego, California.

Al principio, la ruta es netamente tropical y rural al cruzar por los estados del sur y el Golfo. En el centro de México se vuelve templada y cercana a grandes áreas urbanas. Pero en su avance hacia el Norte, sobre todo en Tamaulipas y Sonora, el panorama se vuelve más agreste, caliente y en muchos casos desértico y desolado. Y si se considera que los migrantes viajan de modo precario, sin acceso a servicios de ningún tipo y solo con lo que son capaces de cargar por sí mismos, el viaje en ‘La Bestia’ y sus rutas secundarias es siempre difícil.

Además, ese camino coincide en buena parte del trayecto con áreas de operación de bandas del crimen organizado, narcotraficantes y traficantes de personas, que frecuentemente amenazan, explotan y agreden a los migrantes. El hallazgo, hace unos años, de fosas comunes ilegales con decenas de cuerpos de migrantes en Tamaulipas es una muestra del terrible peligro que se corre en el trayecto.  Y las autoridades mexicanas muchas veces cometen también abusos contra los migrantes.

En fechas recientes el cruce fronterizo en el área del llamado Valle del Río Grande, Texas, fronterizo justamente con el área de Reynosa, en México, ha sido intenso y la mayor parte de los menores solos ingresaron al país por allí, cruzando el río. Muchos de los migrantes entran a Estados Unidos asistidos por "coyotes" o "polleros", que por un pago los pasan desde México. La delincuencia, la violencia, la inseguridad y el desamparo campean a todo lo largo de la ruta.

Aunque en el 2014 estalló la crisis de los menores solos, en realidad el flujo de migrantes mexicanos y centroamericanos de todas las edades a través de México, vía La Bestia u otros medios, ha sido constante a lo largo de décadas, y ha tenido lugar con intensidad en lo que va del presente siglo.

El Caribe

La inmigración desde las naciones caribeñas hacia Estados Unidos ha tenido patrones distintos. Ha sido ardua y políticamente conflictiva, como en el caso de los inmigrantes cubanos desde 1960 a la fecha, abierta como en el caso de los puertorriqueños, y con múltiples factores involucrados en la que tiene su origen o su escala en República Dominicana y Haití.

Para los cubanos, basta recordar imágenes icónicas como las de los balseros que se lanzan al mar en embarcaciones improvisadas para aprovechar la ley que les concede estancia legal si logran llegar por sí mismos a la costa estadounidense, generalmente en el sur de Florida. La inmigración cubana está ligada al conflicto político entre Estados Unidos y Cuba que data de tiempos de la Guerra Fría. Pero las vías de entrada han sido variadas a lo largo de los años.

Algunos, los más ricos, llegaron a principios de los años 60 de modo relativamente fácil, por barco o avión. Pero muchos otros tuvieron que hacer el difícil cruce marítimo, a veces de modo individual o en pequeños grupos, y otras veces de modo masivo como en el caso del Mariel, en los años 80. En números generales, unos 500,000 cubanos habrían llegado al área de Miami entre 1959 y 1975, y alrededor de 125.000 durante el éxodo del Mariel.

Justo hace 20 años tuvo lugar un momento de tensión en la migración entre Cuba y Estados Unidos, la “Crisis de los balseros”. Entre agosto y septiembre de 1994 miles de cubanos se lanzaron al mar en embarcaciones muy precarias para tratar de llegar a las costas de la Florida. Según la Fundación Éxodo 94, unos 60,000 balseros murieron ahogados en el intento y unos 30,000 fueron rescatados en el mar. No obstante, la contabilización exacta de las personas que emigraron en esas circunstancias es una tarea difícil.

Muchos de los “balseros” fueron ubicados en la base estadounidense de Guantánamo durante meses, y desde allí eventualmente aceptados en Estados Unidos.

En el caso de los dominicanos y puertorriqueños la inmigración ha sido menos dramática, aunque no por ello sin problemas. De acuerdo al Migrant Policy Institute, la mayor parte de la inmigración desde Dominicana es legal, por lo que sus rutas son las normales en el transporte internacional, sobre todo vía aérea. Nueva York y en menor medida Boston y Miami son los focos de la inmigración dominicana en el país.

En el caso de los puertorriqueños, que tienen ciudadanía estadounidense, la migración tampoco requiere de vías o métodos irregulares, y la vía aérea hacia los grandes centros de concentración de población puertorriqueña es común. Y aunque a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ha existido un constante flujo de puertorriqueños a Estados Unidos, ciertas épocas han visto grandes oleadas.

Una de las más grandes se ha registrado en los años recientes, al grado de que  los puertorriqueños que viven en Estados Unidos (4.9 millones en 2012) exceden a los que habitan en la isla (3.6 millones en 2013), de acuerdo a datos del Censo. Los boricuas arribaban tradicionalmente al área de Nueva York y la costa noreste, pero en tiempos recientes han llevado en gran número a Florida, siendo ya el Condado Orange, en el área de Orlando, el principal foco de población puertorriqueña después de Nueva York.

La inmigración desde Haití es un caso peculiar. Ha sido considerable y en muchos casos originada en razones humanitarias, luego de tensiones políticas y desastres naturales como terremotos y huracanas que han afectado al territorio haitiano. 

Muchas veces la inmigración de refugiados haitianos fue impulsada por las propias autoridades estadounidenses,  que comenzaron a llegar por vía marítima a Florida en los años 60, pero en otras épocas la situación no ha sido tan fácil, como cuando refugiados haitianos fueron detenidos en Guantánamo en los años 90. Florida y Nueva York han sido los puntos de concentración de estos inmigrantes.

La salida de personas en botes de Haití hacia Florida ha persistido al margen del flujo de refugiados. Por ejemplo, en 2009 unas 80 personas murieron o quedaron como desaparecidas luego de que un bote de madera naufragó en su viaje desde Haití hacia Estados Unidos. Muchos de los barcos con inmigrantes haitianos indocumentados navegan por el Atlántico en torno a las islas Turks and Caicos y las Bahamas en su ruta hacia Florida. Autoridades han detectado que esa ruta ha sido usada también por inmigrantes indocumentados provenientes de Jamaica en su intento por llegar a Florida.

Otra ruta para los haitianos para llegar a Estados Unidos, que ha crecido en tiempos recientes, es vía Puerto Rico: haitianos cruzan a Dominicana y de allí llegan a Puerto Rico por vía marítima, para luego volar a Miami, Boston o Nueva York, muchas veces sin necesidad de someterse a revisiones fronterizas.

Además, muchos de los que llegaron con visas y excedieron su tiempo de estancia se han convertido en indocumentados.

La ruta del Caribe también es aprovechada por inmigrantes de otras nacionalidades: por ejemplo, personas provenientes de India y China vuelan ahora a Haití y de allí utilizan rutas marítimas para llegar a Cuba y luego a Florida.