El campamento de verano que exalta el punzante pasado confederado

Durante el verano, millones de niños y jóvenes adolescentes que están de vacaciones escolares acuden a campamentos y actividades sociales similares en Estados Unidos, tanto para divertirse como para reforzar sus habilidades, relaciones y conocimientos como porque los padres, que con frecuencia trabajan todo el día, necesitan un lugar donde los menores puedan estar seguros en un ambiente educativo y armonioso.

O esa es la idea.

Pero uno de esos campamentos, el llamado Sam Davis Youth Camp, ha suscitado controversia porque su tema está inspirado nada menos que en la forma de vida de las élites blancas de los estados confederados en la época de la Guerra Civil, y porque uno de sus administradores tendría, de acuerdo al portal Vocativ, ligas con grupos de odio como el Ku Klux Klan.

Una de las actividades del campamento juvenil Sam Davis Youth Camp: un baile a la usanza del sur confederado (Facebook/SamDavisYouthCampScholarships)
Una de las actividades del campamento juvenil Sam Davis Youth Camp: un baile a la usanza del sur confederado (Facebook/SamDavisYouthCampScholarships)

Imágenes promocionales tomadas de una página de Facebook vinculada a ese campamento muestran a jóvenes parejas en un baile, ellos en uniforme militar al estilo de las fuerzas confederadas, ellas con guantes y vestidos largos. Detrás, en la pared, se ven diversas banderas, entre ellas la de los ejércitos de la Confederación, insignia que está en el ojo del huracán tras la matanza de nueve afroamericanos dentro del templo Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur. La bandera confederada ha sido denunciada como un símbolo de racismo y odio, aunque hay quienes quieren verla como parte del legado histórico del sur estadounidense.

En todo caso, la intención de los organizadores del Sam Davis Youth Camp (el grupo Hijos de los Veteranos Confederados) y lo que se les dice en él a los asistentes es, según el propio sitio web de ese campamento, que los jóvenes de 12 a 20 años escucharán “las verdades sobre la Guerra de Independencia del Sur… historia sureña, la guerra entre los estados, la teología del Sur durante la guerra, lecciones sobre héroes del sur” y más. Todo inspirado en una frase del general confederado Patrick Cleburne que señaló, durante la propia Guerra Civil, que “si el Sur ha de perder, eso significa que la historia de la heroica lucha será escrita por el enemigo, que nuestros jóvenes será entrenados por profesores del Norte…, serán imbuidos de todas las influencias de la historia y la educación para ver a nuestros valientes caídos como traidores y a nuestros mutilados veteranos como objetos de ridículo”.

Así se podría decir que este campamento es una suerte de actividad revisionista en la que los jóvenes participantes son expuestos a la versión confederada de las cosas, no la que, según ellos, escribieron los vencedores norteños. Y de acuerdo a uno de los organizadores, citado por Vocativ, ellos no pueden permitir que “grandes héroes americanos como Jefferson Davis [el presidente de la Confederación] y el general Robert Lee [el máximo líder militar del Sur]” sean presentados ante los niños como “malvados, esclavistas practicantes del odio, y no hacer nosotros algo para corregirlo”.El problema no es, con todo, que en ese campamento les guste vestirse como en una escena de ‘Lo que el viento se llevó’ o que enaltezcan la figura de Lee, sin duda uno de los mayores generales de la segunda mitad del siglo XIX, sino que su enseñanza buscaría también desligar los conceptos de la Confederación y de la Guerra Civil de la lucha contra la esclavitud (para de ese modo volverlos asépticos y quitarles el estigma del racismo y la dominación racista que allí existía y contra la que se luchó).

Y, sobre todo, según Vocativ, que uno de sus organizadores, Kirk Lyons, habría sido miembro de un grupo neonazi y defendido ante tribunales a miembros del KKK y otros grupos de odio.

Por su parte, Lyons ha negado tener ligas con tal clase de grupos y el director del Sam Davis Youth Camp ha afirmado que su campamento está abierto a jóvenes de todas las razas y religiones, entre ellos dos afroamericanos, tres hispanos, y varios nativoamericanos y asiáticoamericanos que participarán este año, de acuerdo a Vocativ.

Este campamento no es en realidad único, pues otros similares se desarrollan cada año en varios estados del sur. Pero a la luz de la tragedia de Charleston, y al hecho de que su presunto autor gustaba de portar banderas confederadas y era simpatizante de grupos supremacistas blancos, toda la parafernalia confederada está ahora en el centro de una áspera controversia.

La pretensión de desligarla de su pasado vinculado a la defensa del modelo esclavista y, antes y después de la Guerra, de la discriminación, el racismo y la segregación ha sido también denunciada abundantemente en días recientes, algo en lo que han coincidido personas de muy diversa ideología y origen, entre ellos muchos que nacieron y viven actualmente en estados del sur.